Ejemplos con bragado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La Laguna de Rocha nace a partir del ensanchamiento del Río Salado en tierras bajas de los partidos de Chacabuco y Bragado en la provincia de Buenos Aires, Argentina.
Fue comandante, sucesivamente, de los fuertes de Azul, Navarro, Bragado y Mercedes.
Actualmente cursa los estudios secundarios en la ciudad de Bragado, pero realiza estricto entrenamiento físico a diario, a fin demostrar su mejor condición en cada fecha de competencia.
Era un hombre de estudio, de una cultura excepcional y además estaba muy bragado en los asuntos de la curia romana, pero su experiencia pastoral y cardenalicia se limitaba a unos pocos meses.
También se presta servicio entre la estación Once y Bragado a cargo de la empresa Ferrobaires, haciendo parada en esta estación.
También conocerá a las garzas boyeras, los hoko guazú, mbigua, pato bragado, yryvu ruvicha, tinguasu, tucán, surucua, o descubrirá la magnifica fanea de un águila pescadora.
Abarca el territorio de los partidos de Alberti, Bragado, Carmen de Areco, Chivilcoy, General Las Heras, General Rodríguez, Luján, Marcos Paz, Mercedes, Moreno, Navarro, Nueve de Julio, Salto, San Andrés de Giles, San Antonio de Areco, Suipacha y Veinticinco de Mayo, en un área de.
Luego de esta victoria las fuerzas de Calfucurá atacaron los pueblos de Cabo Corrientes, Azul, Tandil, Cruz de Guerra, Junín, Melincué, Olavarría, Alvear, Bragado y Bahía Blanca.
Así también es una de las estaciones intermedias del ramal diferencial Merlo-Puerto Madero, además de ser una de las estaciones intermedias del ferrocarril interurbano que se presta desde la estación Once hacia las ciudades bonaerenses de Lincoln, Bragado y Pehuajó, servidos por la empresa estatal Ferrobaires.
Es momento de grandes persecuciones legales aún hoy recordadas: los presos de Bragado, el proceso a los ladrilleros de San Martín, las causas por asociación ílicita a los choferes, a los lavadores de autos, a los panaderos, entre otros.
Es un tío bragado, capaz de jugarse la vida cien veces por la Causa federalista.
Pues ya tenía unos noventa peregrinos, todos ellos de lo más bragado que existe en el mundo, cuando hubo de abandonar su empresa, porque Mazzini, a quien dio conocimiento de ella, le escribió diciéndole que no intentara locura tan descomunal.
Yo no conozco a los Chacones más que por la fama de su riqueza: sé que murió el padre, español bragado y de sangre en el ojo, que el hijo mayor, coplero, avispado, loco por ver tierras, se fue y volvió.
Bragado es el tío, como hay Dios, y de un temple que ya no se estila.
En una vuelta de mala suerte, un tal Demetrio se pasó de largo al tiempo que el bragado, habiendo conseguido doblarle el cogote a su contrario, ponía todas sus fuerzas en un envión.
Perdiéronse por los campos, porque no eran baqueanos y porque temerosos de ser descubiertos y aprehendidos no querían acercarse a las estancias a preguntar dónde quedaba el Bragado, pueblito que conocían por haber andado maloqueando por allí siendo muchachos.
Un bayo bragado era el peor y ya, unas cuantas veces, se nos había trenzado con un palomo, obligándonos a separarlos a argollazos.
Lo peor es que tuvo la tontería de escribir a Lima, informando minuciosamente de todo a su excelencia el virrey marqués de Castellfuerte, que fue un virrey muy bragado y de malas pulgas.
Las de Beaus, Lezica, Quiroga, Iramain, y todas las que ocupaban las inmediaciones de la Laguna del Bragado, las de los.
Sabido es que el de Cañete, apenas llegó al Perú, probó que era hombre bragado y de sangre en el ojo, pues bastole el simple informe de que los conquistadores Piedrahita y Díaz el Membrudo estaban siempre así listos para un fregado como para un barrido, esto es, con ánimo dispuesto al barullo, para que, sin más averiguarlo, exclamase su excelencia:.
Hacía también muchos años que faltaba de los campos del Bragado, donde había nacido y pasado su juventud, y bien se figuraba que si, por el Gualichú, todo había cambiado tanto, igual debía de ser por las costas del Saladillo.
Pero no porque don Pedro fuese gran persona, pensó el oidor Bravo de Saravia, hombre bragado y tesonero y que era quien llevaba la voz en la Audiencia, que debía ser excusada la notificación, y un día presentose el escribano real Avendaño en casa del general.
Antonio Arnao, soldado de la cáscara amarga y hombre bragado si los hubo.
Entrando ahora en la tradición, cuéntase de la tal doña Ana algo que no se le habría ocurrido al ingenio del más bragado gobernante, y que prueba, en substancia, cuán grande es la astucia femenina y que, cuando la mujer se mete en política o en cosas de hombre, sabe dejar bien puesto su pabellón.
Es un tío bragado, capaz de jugarse la vida cien veces por la Causa federalista.
Dice que es el General más bragado y de más meollo que tiene España».
Yo no conozco a los Chacones más que por la fama de su riqueza: sé que murió el padre, español bragado y de sangre en el ojo, que el hijo mayor, coplero, avispado, loco por ver tierras, se fue y volvió.
Juan Taracena, dándole una palmadita en la rodilla, le dijo: «Alforjero te llaman, no porque las haces, sino porque las llevas, bragado, porque no hay quien te tosa, hidalgo, porque lo pareces.
¿Para qué nos servía esa Reina, viuda de Fernando VII, casada hogaño con un Muñoz, dama graciosa y bonita, cuya linda mano movía el timón de la nave como si este fuera el abanico? ¡Cuánto mejor gobernaría Espartero, hombre de buen puño! El trono de Isabel necesitaba un protector macho, y España un Regente bien bragado y de muchísimos riñones.
El diablo lleva en el cuerpo el torillo, sus partes tiene de hosco y de bragado, si no me tiendo, me lleva de vuelo.

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