Ejemplos con borrascas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Las dificultades del viaje, la cada vez mayor incertidumbre en el éxito de la expedición, y las inclemencias crecientes de un Invierno que se avecina, con borrascas de vientos gélidos cada vez más frecuentes, en medio de un paraje desolado, hacen que cunda el descontento.
El transporte de calor en las latitudes medias y altas está gobernado por sucesiones de borrascas y anticiclones con frentes de aire cálido procedentes desde las latitudes inferiores y de aire frío procedentes de las latitudes superiores.
La influencia del Mistral produce ocasionalmente rachas de vientos y borrascas.
El único lugar que posee una climatología particular es el monte Krakan, donde debido a su gran altitud reina un clima de montaña, con frecuentes borrascas y nevadas.
Y entre estas borrascas y remolinos se perdieron dos navíos que estaban en este puerto, y la ciudad quedó arrasada por tierra, sin quedar pared en ella que no se arruinase.
Los frentes, son consecuencia del choque de masas de aire distintas, frentes fríos y cálidos, borrascas ligadas a depresiones,.
De su accidentada historia de marino, Febrer desechaba el relato de hambres y borrascas, y sólo sentía curiosidad por los amoríos en los grandes puertos internacionales, donde se amontonan los vicios exóticos y las hembras de todas las razas.
Dios te hizo, aún más que para ser el cantor de las flores y de la primavera, para ser el cantor de las olas y de las borrascas.
Con estas dos vejigasdecíase Apoloniome mantengo a flote sobre las borrascas de mi espíritu.
Según la gente de mi pueblo, la indolencia mía ha sido de esas extraordinarias: borrascas, tempestades, rayos, truenos, nada ha logrado sacarme de mi pasividad habitual.
Al doblar el Cabo de Buena Esperanza luchamos con una violenta tempestad, que por poco no nos arrastra hacia los escollos del continente africano, y en todo el resto del viaje fuimos padeciendo borrascas y tiempos duros.
Con un viaje muy malo, después de siete meses de navegación con temporales y borrascas, llegamos a Cádiz.
Con tiempos horribles y borrascas salimos de la bahía de Nassau, atravesamos el Estrecho de , y en medio de una tormenta de nieve llegamos al puerto Cook de la isla de los Estados.
Vinieron luego las pequeñas infidelidades y los pequeños desencantos, sufridos sin reproche, perdonados sin restricción, que no lograron derribar el ídolo de aquella alma enamorada, manso río sin borrascas, arpa eolia en que hasta los mugidos del huracán se transformaban en suspiros Después vinieron las grandes ofensas, y a poco los terribles descubrimientos de vicios enormes, que brotaban como setas monstruosas bajo el aspecto de seductor de aquel esposo adorado, de inclinaciones depravadas, pasiones indómitas, costumbres disolutas e innumerables defectos, que nacían y vivían en su alma como en la carne podrida los gusanos asquerosos.
Era, pues, para el Delfín una dicha verdadera y casi nueva volver a su puerto después de mil borrascas.
Pues esa buena pieza, en una de las tremendas borrascas que le produce el maldito vicio, fue recogida de la calle por los protestantes, que tienen su capilla y casa en las Peñuelas.
de Torquemada, faro luminoso que le marcaba el puerto en todas las borrascas de la vida.
Valentín sino un hombre cuya serenidad era el perpetuo sarcasmo de las borrascas de su corazón, cuya unión con ella había hecho que lo que pudo ser un bien lícito, una felicidad santificada, fuese un pecado abominable, y cuya salud corporal parecía una burla de los achaques y padecimientos que a ella la atormentaban.
son las únicas personas que pueden ofrecer algún consuelo entre las borrascas del día -dijo Coletilla con voz menos áspera que de ordinario, pues sólo era afable tratándose de las Porreñas-.
En fin, trasnochados, mojados y con ojeras llegaron a la hermosa y bellísima ciudad de Génova, y desembarcándose en su recogido mandrache, despues de haber visitado una iglesia, dió el capitan con todos sus camaradas en una hostería, donde pusieron en olvido todas las borrascas pasadas, con el presente gaudeamus.
Pusiéronle temor las grandes borrascas y tormentas, especialmente en el golfo de Leon, que tuvieron dos: que la una los echó en Córcega, y la otra los volvió a Tolon, en Francia.
Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca.
En la otra buhardilla habita solo otro marinero, sesentón, de complexión hercúlea, y un tanto encorvado por los años y las borrascas del mar.
Durante los tragos, los mordiscos al pastel y las chupadas a los cigarros, el convidante narraba sus primera borrascas en la mar y sus aventuras en los puertos.
Observaba que cuando no vivía solo en aquel mismo albergue, no reparó jamás en que, al tornar a él después de sus francachelas y regodeos, sentía un placer tranquilo y consolador, veía la faz del anciano envuelta en serena y misteriosa luz, y hasta el vulgar condumio, servido por tosca cocinera, le gustaba más que los refinados manjares de la fonda, venía a ser en fin el hogar doméstico, para él, cuando le buscaba después de las borrascas de sus pasiones, lo que el seguro puerto para la nave batida en el mar por los huracanes.
borrascas de la mar, cuando se alivian en ellas los navíos.
Ya no eran aquellos los días de las borrascas sensuales, en que el amor físico, mezclándose al platónico, se entregaba al arabesco de la pasión disparatada y caótica, el alma ya se había sobrepuesto y daba el tono al cariño, que, al arraigarse y convertirse en costumbre, se había hecho espiritual.
, y atraídos, no por los juegos de nadie, sino por efectos naturales! Dios lo puede todo: sí que puede, pero Dios no trastorna todos los días las sabias leyes que rigen la naturaleza por un jugador más o menos, ni porque le dé la gana a monsieur Ducange, que efectivamente no merece la pena de que se trastorne el orden universal, y que los hombres jueguen o que no jueguen, pueden estar bien seguros de que si bien a cada uno no le faltará su castigo correspondiente, también es cierto que es mucho más terrible para un jugador medio alguacil que una docena de borrascas, y es hacer mucho menosprecio de la Divinidad el pensar otra cosa y el traerla a cada triquitraque como instrumento de los caprichos de un autor.
Gimió con los truenos el cielo, tronó con las borrascas el mar, y faltó voz a las esquinas.
¡Cuántas veces al través del tiempo, lo mismo en el seno de la patria que en extranjera playa, sean cuales sean las borrascas que hayan azotado el bajel de nuestra fortuna, el título de condiscípulo suele ser un talismán!.

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