Ejemplos con bicoca

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se libraron numerosas guerras con batallas destacadas como Cerisoles o Bicoca y episodios como el Saco de Roma.
Pues bien, para que veas si te estimo, Valeria, hoy he dado a Pepa los dos mil y pico, encargándole que no vuelva a molestarte por esa bicoca.
También se atracó allí, como de costumbre, el cetáceo Mora, y a los postres, al olor del riquísimo café y de los puros de a cuarta, acudió el brigadier Rotalde, que ahora pide la bicoca de ochenta mil duros por las obras del Teatro Real.
Nos sale por una bicoca, y es tal que, poniéndole riego, será, según dicen, el Potosí del espárrago y la California del melón.
-Bicoca: el patrimonio de Rumblar es de esos que hacen en las ciudades chicas un mediano papel, pero aquí apenas puedo presentarme en quinta fila.
Por cuatro veces se echaron los encima, hasta que en la última dijeron ya no más y retiraron, dejando sobre aquellas peñas la bicoca de dos mil hombres entre muertos y heridos.
El caballo que montaba su hijo lo había comprado casi por una bicoca, y confiaba ahora tener la misma suerte.
Severiana tenía su cama en la alcoba interior, y la sala primera estaba destinada a recibir visitas, como lo declaraban el relativo lujo de la cómoda, las sillas de Vitoria nuevecitas, el sofá de lo mismo, la mesa con cubierta de hule, el cuadrito de los , el de la en mar de musgo, los retratos de militares cuñados de Severiana, la estera de esparto flamante y sin ningún agujero, de empleitas rojas y amarillas, y en fin, las laminotas que recientemente habían sido adquiridas en el Rastro por una bicoca.
Especialmente los marinos a quienes se debía la bicoca de pagas, no dejaban pasar un año sin importunar al Gobierno con ridículos memoriales que destilaban lágrimas.
Bueno, pues eso, digan lo que quieran, es bien poco, es poquísimo, y aún me parecían una bicoca los tres entorchados.
Una bicoca, tres primos que fueron beneficiados y ahora se les ha antojado ser deanes.
-Este soberbio no cede con cualquier bicoca -pensó-.
¡Lástima que tan grandes guerreros no tengan una conciencia a prueba de sobornos! Y después de todo, el buen cura recibiría una bicoca.
-¡Bicoca!, ahí es nada lo del ojo.
-¡Hombre, eso es una bicoca! -exclamó don Romualdo-, y es un dolor que por ella haya un desgraciado hoy en esta familia tan digna de ser feliz.
-¿Es que hay vino potable en vuestra bicoca? - preguntó Athos.
primo, una bicoca, como él te lo asegura, acéptala desde luego, sé feliz, y olvida al otro a quien, por las trazas, no has de ver más.
¡Medio embarullaría el signo $ él al llenar la letra, leería pesos ella, o ni eso, ni leería, ni se fijaría y más que mala, más que perra se portara, yendo a negarle su firma por semejante bicoca!.
Por ella abandoné la bella «Urca», de sombrías velas, terror del Archipiélago, por ella, disfrazado bajo el vestido de marino calabrés, manejo el timón de esta bicoca, esperando el día que debía traerla a nuestro bordo.
Sabido es que cuando el gaucho está en este género de diversiones no se aleja de la pulpería hasta que en los bolsillos de su tirador no queda nada que se parezca a dinero, y muchas veces habiendo hecho desaparecer de él hasta las monedas de plata que lo adornan constituyendo su lujo, y que deja empeñadas por una bicoca.
El frecuente trato con los oficiales del ejército que pasaban por allí para dirigirse a Junin, al Fuerte General Paz, o a la Blanca Grande, y con los vivanderos que iban a comprarles por una bicoca los cueros y la pluma de avestruz, había civilizado mucho a aquellos indios que miraban ya como la cosa más natural del mundo el que gente cristiana estuviese y aún meses alojada en los toldos y haciendo con ellos vida completamente común.
País de pirueta y de lotería, donde reina lo imprevisto, y la aventura, y salto mortal, donde el Arte y la Ciencia son pordioseros, donde se mendiga todo, desde la bicoca política hasta el duro pan proletario, donde el esfuerzo personal no da derecho a esperar nada, ¿con qué autoridad queremos suprimir la mendicidad pintoresca? ¿No os parece que toda España va envuelta en una capa de mendigo?.
Vende¬rán al país por una bicoca, y eso es injusto.
Lima encerraba entonces entre sus murallas la bicoca de mil trescientos frailes, y los monasterios de monjas la pigricia de setecientas mujeres.
¿Qué tiene de extraño que quisiéramos vivir, y apeláramos a un recurso del ingenio, a un arte, a una industria? ¿Para qué ha dado Dios al hombre las habilidades? ¿Eres tú acaso más pobre que antes por aquella bicoca que te sacamos, y con la cual salimos de penas? ¿Qué razón hay para que nosotros nos muramos, y vivas tú y otros que no trabajan ni tienen ninguna habilidad? Fíjate bien, piensa un poco».
¿No lo sabías? Pues el Marqués de Beramendi le pidió a Cánovas esa bicoca, y don Antonio al instante.
Pues bien, para que veas si te estimo, Valeria, hoy he dado a Pepa los dos mil y pico, encargándole que no vuelva a molestarte por esa bicoca.
También se atracó allí, como de costumbre, el cetáceo Mora, y a los postres, al olor del riquísimo café y de los puros de a cuarta, acudió el brigadier Rotalde, que ahora pide la bicoca de ochenta mil duros por las obras del Teatro Real.
¡Ánimo, amigo don Restituto, ánimo! Más trabajo pasaría Colón para descubrir el Nuevo Mundo, y usted no podrá menos de convenir que se trataba de una bicoca comparado con el asunto que traemos entre manos.
Nos sale por una bicoca, y es tal que, poniéndole riego, será, según dicen, el Potosí del espárrago y la California del melón.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba