Ejemplos con bergantín

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sin embargo, aprovechando el estado de desarme en que se encontraban los buques de guerra peruanos en el fondeadero, por las luchas internas de los años precedentes, esa misma noche llevó a cabo un sorpresivo ataque que le permitió capturar a la barca Santa Cruz , el bergantín Arequipeño y la corbeta Peruviana.
En dicho puerto el bergantín permaneció diez meses.
Así fue que, a pesar de haber llegado sucesivamente con algunos refuerzos considerables, Kempbell, Dalnipmpie y Leith, sólo pudo conseguirse que subiera hasta el lago el bote llamado Lord Germain, en el que los españoles creyeron ver un bergantín.
Por el mérito de esa acción, fue nombrado capitán del bergantín Patagones.
Tras su paso por el mando de una goleta, con el bergantín Republicano apoyó la campaña de Entre Ríos contra Juan Lavalle y López Jordán.
Habiendo sido enviado por la Junta el Bergantín Hiena para tomar contacto con la plaza, los sublevados consiguieron reducir a la tripulación y apoderarse del barco.
Santa Anna embarca con su Estado Mayor y la banda de música militar en la goleta Louisiana, mientras que sus soldados embarcaron en el bergantín Trinidad y las goletas mexicanas Concepción, Félix, Iris, Ursula y las americanas Splendid y William, y la caballería se junto con la tropa que arribó a Tuxpan, Santa Anna logró dispersar a los españoles que se encontraban en Tampico.
Fue así que el bergantín General Gamarra , al mando del capitán de fragata José María Silva Rodríguez, fue enviado a San Francisco, donde permaneció casi diez meses.
Luego de esta acción la corbeta Arequipeña y el bergantín Congreso incursionaron sobre Panamá, logrando rescatar una de las naves mercantes capturadas por los colombianos.
Un bergantín de esmalte plata, a toda vela, sobre un mar tranquilo como el que en días de bonanza, es apenas rizado por el suave soplo de la brisa que viene de tierra.
Luego de la victoria, el corsario General Quintanilla volvió a las correrías capturando en Arica un bergantín francés, el Vigie, el cual fue armado improvisadamente como corsario con cuatro cañones.
Sin embargo, el bergantín General Valdés que conducía a la oficialidad patriota de más alta graduación naufragó en un temporal a la altura de Chiloé, pereciendo todos sus tripulantes y prisioneros.
Fue capturado por el bergantín chileno Galvarino bajo la comandancia de Juan Tooker Spry, el cual era parte de la Armada Chilena que componían la escuadra de la expedición libertadora del Perú a cargo de Lord Cochrane.
Al año siguiente embarcó en el bergantín Descubridor, navegó por aguas del golfo de México, pasando luego a otros buques y siguió realizando cruceros por las Antillas y el seno mexicano en persecución de contrabandistas, manteniendo varios encuentros con éstos.
Gracias a su entrega y dedicación, se pudo efectuar el riguroso y efectivo bloqueo de Cayo Hueso, que obligó al comodoro Poters a desarmar sus buques, pues le resultó imposible hacerse a la mar durante más de un año, así como el apresamiento del bergantín mexicano Guerrero por la fragata Lealtad, uno de los escasos buques que componían la flota de Laborde en el apostadero de La Habana.
Era un joven que hablaba el castellano como yo lo he oído hablar allá en las Américas, cuando de chico navegaba en un bergantín.
Y al convencerse de que Ulises era capaz de confundir un bergantín con una fragata, rugía escandalizado:.
Como don Melchor nada podía oponer a este justo y laudable propósito, pocos días después Gonzalo recorría algunas casas de parientes y amigos, donde hacía años que no ponía los pies, para despedirse, y una tarde apacible y bella de primavera se embarcaba en el bergantín redondo con rumbo a la Gran Bretaña.
Se fue el de las odas en un bergantín que había venido cargado de vinos de Cádiz, y sentadito en la popa del barco, fijaba en la costa de su patria los ojos anegados de tan triste manera, que a pesar del águila nueva que llevaba en el alma, le parecía que iba todo muerto y sin capacidad de resurrección y que era él como un árbol prendido a aquella costa por las raíces, al que el buque llevaba atado por las ramas pujando mar afuera, de modo que sin raíces se quedaba el árbol, si lograba arrancarlo de la costa la fuerza del buque, y moría: o como el tronco no podía resistir aquella tirantez, se quebraría al fin, y moría también, pero lo que don Manuelillo veía claro, era que moría de todos modos.
Las que salieron a la mar, a obra de dos millas descubrieron un bajel, que con la vista le marcaron por de hasta catorce o quince bancos, y así era la verdad, el cual bajel, cuando descubrió las galeras, se puso en caza, con intención y esperanza de escaparse por su ligereza, pero avínole mal, porque la galera capitana era de los más ligeros bajeles que en la mar navegaban, y así le fue entrando, que claramente los del bergantín conocieron que no podían escaparse, y así, el arráez quisiera que dejaran los remos y se entregaran, por no irritar a enojo al capitán que nuestras galeras regía.
Los dos turcos, codiciosos e insolentes, sin guardar el orden que traíamos de que a mí y a este renegado en la primer parte de España, en hábito de cristianos, de que venimos proveídos, nos echasen en tierra, primero quisieron barrer esta costa y hacer alguna presa, si pudiesen, temiendo que si primero nos echaban en tierra, por algún acidente que a los dos nos sucediese, podríamos descubrir que quedaba el bergantín en la mar, y si acaso hubiese galeras por esta costa, los tomasen.
Vino también conmigo este renegado español señalando al que había hablado primero, del cual sé yo bien que es cristiano encubierto y que viene con más deseo de quedarse en España que de volver a Berbería, la demás chusma del bergantín son moros y turcos, que no sirven de más que de bogar al remo.
Dio luego traza el rey de que yo volviese a España en este bergantín y que me acompañasen dos turcos de nación, que fueron los que mataron vuestros soldados.
Porque me han muerto respondió el general, contra toda ley y contra toda razón y usanza de guerra, dos soldados de los mejores que en estas galeras venían, y yo he jurado de ahorcar a cuantos he cautivado, principalmente a este mozo, que es el arráez del bergantín.
Preguntó el general quién era el arráez del bergantín y fuele respondido por uno de los cautivos, en lengua castellana, que después pareció ser renegado español:.
Pero la suerte, que de otra manera lo guiaba, ordenó que, ya que la capitana llegaba tan cerca que podían los del bajel oír las voces que desde ella les decían que se rindiesen, dos toraquís, que es como decir dos turcos borrachos, que en el bergantín venían con estos doce, dispararon dos escopetas, con que dieron muerte a dos soldados que sobre nuestras arrumbadas venían.

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