Ejemplos con bellos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Por sus increíbles paisajes es considerado uno de los parques más bellos de Argentina.
Como homenaje a su caballo, el Duque de Wellington dijo que puede haber habido muchos caballos más rápidos y sin duda muchos más bellos, pero nunca vi uno tan resistente.
Tras numerosas reformas se puede decir que la Plaza Mayor ha conseguido una simetría perfecta en la que tres de sus paredes están ocupadas por viviendas y comercios y la otra la ocupa la Casa Consistorial de Palencia que es uno de los más bellos monumentos neoclásicos de Palencia.
La entrada en la catedral de la Virgen en la madrugada del viernes al Sábado Santo es uno de los momentos más bellos de la Semana Santa ciudadrealeña.
Destaca la obra Gramática o Retórica cuyos ejemplos imitados de los más bellos pasajes de los escritores del Paganismo, se armonizaban con los preceptos y hechos del Evangelio:.
El municipio tiene como economía principal la pesca y el turismo, por sus playas atractivas e innumerosos peces en la zona, además de que cuentan con el Parque Nacional Mochima, uno de los parques más bellos de Venezuela.
supondrá, lo que verdaderamente valían las órdenes religiosas en México, comprendí, con dolor, que habían acabado ya los bellos tiempos en que el convento era el plantel de heroicos misioneros que a riesgo de su vida se lanzaban a regiones remotas a llevar con la palabra cristiana la luz de la civilización, y en que el fraile era el apóstol laborioso que iba a la misión lejana a ceñirse la corona de las victorias evangélicas, reduciendo al cristianismo a los pueblos salvajes, o la del martirio, en cumplimiento de los preceptos de Jesús.
Acuérdate de la lira de VIRGILIO, que cantó nuestras glorias y moduló las quejas del amor desgraciado, sus dulcísimos y melancólicos versos conmueven el alma: él alabó la piedad, encarnada en el hijo de ANCHISES: sus combates no son menos bellos que los que se efectuaron a los pies de los muros troyanos, ENEAS es más grande y piadoso que el iracundo AQUILES: en fin, en mi sentir, VIRGILIO es muy superior al poeta de Chío.
Todo en la tierra, en estos tiempos negros, tiende a rebajar el alma, todo, libros y cuadros, negocios y afectos, ¡aun en nuestros países azules! Conviene tener siempre delante de los ojos, alrededor, ornando las paredes, animando los rincones donde se refugia la sombra, objetos bellos, que la coloreen y la disipen.
Enrique, y las narraciones amenas, los discursos elevados, los bellos pensamientos y nobles sentimientos brotaban de sus afluentes labios y penetraban en los corazones y en la mente del poco numeroso auditorio, aunque mejor sería decir de sus pocos interlocutores, porque el Padre evitaba, cuanto podía, monopolizar la palabra y prefería el diálogo en que todos hablasen.
Enrique, que a penas se fijaba en la belleza y elegancia del cuerpo y rostro de doña Luz, ni en la distinción de sus modales, ni en el reposado y majestuoso continente de toda su persona, hundía la mirada a través de estas prendas corporales y exteriores, y llegaba al alma, donde resplandecía un mundo de pensamientos, que eran los suyos propios, pero mil veces más bellos, reflejados por doña Luz, que tales como ellos eran.
De aquí, sin duda, los interminables noviazgos de mi tierra, en los cuales además se dan los más bellos ejemplos de firme constancia que pueden registrar las historias de amor.
Presentía yo hermoso día, uno de esos inolvidables días que dan a las almas de los niños festivo buen humor, uno de esos días que convidan, a sacudir el yugo escolar para irse por los campos a tenderse bajo los álamos del río, cabe las ondas murmurantes, cerca de las piedras cubiertas de musgo, lejos del dómino cetrino e irrascible, lejos de las coplas del Iriarte, de las discusiones del Foro y de las catilinarias terríficas, día de los más bellos para.
Juan con lijereza de ánimo me descubrió quién era: primero le conocí yo, y primero me descubrieron sus ojos sus intentos: primero le dije yo quién era, y primero le adiviné la prision de su voluntad que tú señalas, y él dándome el crédito que era razon que me diese, fió de mi secreto el suyo, y él es buen testigo si alabé su determinacion y escogido empleo, que no soy, o Preciosa, de tan corto ingenio que no alcance hasta dónde se estienden las fuerzas de la hermosura, y la tuya, por pasar de los límites de los mayores estremos de belleza, es disculpa bastante de mayores yerros, si es que deben llamarse yerros los que se hacen con tan forzosas causas: agradézcote, señora, lo que en mi crédito dijiste, y yo pienso pagártelo en desear que estos enredos amorosos salgan a fines felices, y que tú goces de tu Andres, y Andres de su Preciosa en conformidad y gusto de sus padres, porque de tan hermosa junta veamos en el mundo los mas bellos renuevos que pueda formar la bien intencionada naturaleza: esto desearé yo, Preciosa, y esto le diré siempre a tu Andres, y no cosa alguna que le divierta de sus bien colocados pensamientos.
Y mostróle uno de los más bellos y gallardos mozos que pudiera pintar la humana imaginación.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba