Ejemplos con beatífica

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se llega a afirmar que toda criatura racional será ordenada inmediatamente a la visión beatífica.
Nadie me ha insultado con más fruición, saña y fanatismo como las que ejercen los antitaurinos con su beatífica máscara de antiviolentos.
La teología católica llama Pena de Daño a la privación de la Visión Beatífica, que consiste en gozar de la presencia de Dios.
¡Con qué fruición beatífica, acogido ya a seguro, contemplaba Belarmino el airado mar del mundo! Ahora Belarmino reposaba.
Con la sonrisa beatífica de los fumadores de opio, aceptaba la caricia turbadora de sus labios, el enroscamiento de sus brazos, que le oprimían como boas de marfil.
Brillaron los ojos del alemán al ver el oro, una sonrisa beatífica dilató su boca casi de oreja a oreja.
Como de lejos mamá no podía ver su palidez ni la ridícula mueca que él pretendía ser beatífica sonrisa, todo fué bien.
El le miró con sus ojos claros que parecían de ámbar: unos ojos pasivos, de hombre acostumbrado a permanecer largas horas en la catedral sin que la más leve rebeldía de pensamiento llegase a turbar su inmovilidad beatífica.
Para vivir santamente bastaba con la sabiduría de los sacerdotes y la ignorancia popular, que proporciona una beatífica tranquilidad.
El canónigo Obrero, de quien impetraba socorro, no quería turbar la calma beatífica de su existencia mezclándose en la rebelión de la gente menuda.
Mas de improviso se iniciaba un radical cambio en el temple, si así puede decirse, de la señorita, y viéraisla tan cariñosa y tierna con el mancebo que los ojos de este revelaban una satisfacción beatífica.
¿Lo ves? ¿Lo ves cómo la Virgen Nuestra Señora te concedió la misericordia? Yo se lo pedía, se lo pedíay sin dejar de sonreír cruzaba las manos y las levantaba, mirando al cielo con expresión beatífica, porque me dijo Miguelito Tacón hace algún tiempo, cuando lo vi en Cuba de capitán general, el año treinta y cinco, que andabas, vamos, un poco alegre ¡Y mira qué buena fue nuestra Madre! ¡Porque lo viese yo, me ha conservado ochenta y seis años, Perico, ochenta y seis años! Sí, por cierto.
Quintín permanecía de pie, moviéndose de aquí para allá, atusándose la barba o retorciéndose el bigote con beatífica dulzura.
que le distraiga de sus devociones y que turbe la visión beatífica de que sin duda goza, pero me urge hablar con V.
Al decir esto, la señora había descubierto su rostro y contemplaba a su sobrino con expresión beatífica.
O el entendimiento humano puede ver lo absoluto de tal manera que con una intuicion simple descubra todo lo que en él se encierra, todo lo que es y puede ser bajo todas las formas posibles, o está condenado a seguir el desarrollo de lo incondicional, absoluto y permanente, al través de sus formas condicionales, relativas y variables: lo primero, que es una especie de plagio ridículo del dogma de la vision beatífica, es un absurdo tan palpable tratándose del entendimiento en su estado actual, que no merece ni refutacion ni contestacion, lo secundo sujeta al entendimiento si todas las fatigas de la observacion, destruyendo de un golpe las ilusiones que se le habian hecho concebir prometiéndole la ciencia trascendental.
Quien la posea plenamente lo verá todo en ella, pero como esta plenitud, que en términos teológicos se llama comprension, es propia únicamente de la inteligencia infinita de Dios, las criaturas cuando en la otra vida alcancen la vision beatífica, que consiste en la intuicion de la esencia divina, verán mas o menos objetos en Dios segun sea la mayor o menor perfeccion con que le posean.
¡Cosa admirable! El dogma de la vision beatífica bien examinado, es tambien una verdad que derrama torrentes de luz sobre las teorías filosóficas! El sueño sublime de Malebranche sobre las ideas, era quizás una reminiscencia de sus estudios teológicos.
Basta leer la obra inmortal del insigne metafísico para convencerse de que su sistema no era el de esa intuicion primitiva, purísima, que es un acto despegado de todo empirismo, y que parece salir de las regiones de la individualidad, de esa intuicion del hecho simple, orígen de todas las ideas y de todos los hechos, y en que, uno de los dogmas de nuestra religion, la vision beatífica, parece realizado sobre la tierra, en la region de la filosofía.
El dogma de la vision beatífica nos enseña que el alma humana en la mansion de los bienaventurados, está unida íntimamente con Dios, viéndole cara a cara, en su misma esencia.
En la pasada época oscurantista de la Era Pisciana, fueron los proselitistas intereses sacerdotales y los prejuicios de una falsa moral beatífica unidos a las ambiciones monárquicas, totalitarias y absolutistas de algunos caudillos religiosos de mente cerrada y de criterio estrecho, los que hicieron construir los muros ortodoxos del fanatismo dogmático, del divisionismo sectario y de la intolerancia religiosa.
De hojas, frutos y pájaros, el Ghirlandajo teje las guirnaldas con que él circunscribe y atenúa la trágica expectación de la última Cena, detrás de una de sus Madonas, alza el primer Bellini un árbol, en cuya copa se complace con tan extrema nimiedad infantil, que se la podría suponer la más nítida y acabada copa de cedro, si el pensamiento del pintor no hubiera sido, como es probable, hacer de ella una ingenua evocación de catedrales y basílicas, por su redondez categórica de cúpula, y suave y rápidamente, a partir de la visión cuasi beatífica del Giotto, ahondándose en la perspectiva del Ghirlandajo, dilatándose por praderas en flor como la pradera de margaritas del Angélico, el paisaje va creciendo y afirmándose, hasta que, lleno de harmonía, de aire y luz, rompe a reír con gentil desenfado ante los triunfos de la muerte, en el bíblico paisaje semitropical con que Benozzo Gozzoli alegra y enciende los muros del Campo santo de Pisa.
Admirando en primer lugar el alma de ese divino Niño, consideremos en ella la plenitud de su ciencia beatífica, por la cual desde el primer momento de su vida vio la divina esencia más claramente que todos los ángeles y leyó lo pasado y lo porvenir con todos sus arcanos y conocimientos.
María no cesaba de aspirar el momento en que gozaría de esa visión beatífica terrestre, la faz de Dios encarnado.
¡Pobre poeta! ¿No podría mejorar su suerte prestando a lo malo que ve en la tierra algo de lo bueno que ha vislumbrado en el cielo? El genio que alcanza esta especie de visión beatífica, ¿no podría hacer el milagro de labrarse en el mundo alguna ventura superior a lo que el vulgo de los hombres llama dicha? ¿Está de Dios que la desgracia ha de ser siempre en la tierra la compañera de las grandes almas? ¿Está escrito que así como la beatitud se compra con penitencia y lágrimas, la gloria en el mundo ha de comprarse haciendo que el genio se purifique en las penalidades y dolores?.
Aquello no podía ser sino obra de influencia beatífica.
En la quietud beatífica duerme la hora impávida.
»Y aquí me pregunto: ¿Tengo vocación para hacer este idilio? Si Costancita fuese pobre, más pobre que yo, y me amara, ¿la amaría mi alma y olvidaría por ella todo otro anhelo, y hundiría y ahogaría en el piélago de luz beatífica de una mirada suya los mil ensueños de ambición y de gloria?.
La boca muy abierta y desdentada seguía a su manera los aspavientos de los ojos, y Celedonio en su expresión de humildad beatífica pasaba del feo tolerable al feo asqueroso.
Bismarck era de oficio delantero de diligencia, era de la tralla, según en Vetusta se llamaba a los de su condición, pero sus aficiones le llevaban a los campanarios, y por delegación de Celedonio, hombre de iglesia, acólito en funciones de campanero, aunque tampoco en propiedad, el ilustre diplomático de la tralla disfrutaba algunos días la honra de despertar al venerando cabildo de su beatífica siesta, convocándole a los rezos y cánticos de su peculiar incumbencia.

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