Ejemplos con bañó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sin contar como un extra genial las millones de experiencias prácticas que él mismo hizo en el torno, los kilómetros de líneas trazadas por sus manos sobre el tablero de dibujo, las herramientas que empuñó mientras se iba haciendo mago, el aceite que le bañó el cuerpo en infinitas oportunidades y esa grandeza suya que no le impidió convertirse en el más humilde de los manyagrasas cuando hubo que cambiarle el aceite a algún diferencial.
la Referencia a otro mundo de los Alter, un lugar se bañó de la luz psicodélica.
Una finísima lluvia de escalofríos me bañó la médula hasta la cintura.
Al llegar a cierto paraje, una ola más fuerte que las demás le bañó enteramente con su espuma.
¡Con qué dulcísima emoción recibió ésta la noticia! Ante la idea de verle, su alma se bañó en alegría, después frunció el lindo ceño, revelando perplejidad, y, por último, su actitud y la expresión de su rostro fueron los mismos que cuando dos años atrás quedó abandonada en la fonda de Santurroriaga.
La claridad que bañó la habitación, una vez abiertas las maderas de la ventana, permitió a Nucha distinguir al fin el sofá de azul, los dos sillones haciendo juego, el velador de caoba, la alfombra tendida a los pies del sofá y que representaba un ferocísimo tigre de Bengala, color de canela fina.
La aurora, que sólo tenía apoyado uno de sus rosados dedos en aquel rincón del orbe, se atrevió a alargar toda la manecita, y un resplandor alegre, puro, bañó las rocas pizarrosas, haciéndolas rebrillar cual bruñida plancha de acero, y entró en el cuarto del capellán, comiéndose la luz amarilla de los cirios.
Al introducirla en la cerradura y empujar la puerta, otro relámpago bañó de claridad fantasmagórica el sitio en que iba a penetrar, rodó el carro del trueno, pausado al principio, después ronco y formidable, como una voz hinchada por la cólera, y Nucha retrocedió con espanto.
La chacha Victoria recibió y bañó en lágrimas las amadas reliquias.
Cuando Sancho vio que no hallaba el libro, fuésele parando mortal el rostro, y, tornándose a tentar todo el cuerpo muy apriesa, tornó a echar de ver que no le hallaba, y, sin más ni más, se echó entrambos puños a las barbas y se arrancó la mitad de ellas, y luego, apriesa y sin cesar, se dio media docena de puñadas en el rostro y en las narices, que se las bañó todas en sangre.
Sancho, que se vio acometer tan de improviso y oyó los vituperios que le decían, con la una mano asió de la albarda, y con la otra dio un mojicón al barbero que le bañó los dientes en sangre, pero no por esto dejó el barbero la presa que tenía hecha en el albarda, antes, alzó la voz de tal manera que todos los de la venta acudieron al ruido y pendencia, y decía:.
Pero, como vio que la moza forcejaba por desasirse y don Quijote trabajaba por tenella, pareciéndole mal la burla, enarboló el brazo en alto y descargó tan terrible puñada sobre las estrechas quijadas del enamorado caballero, que le bañó toda la boca en sangre, y, no contento con esto, se le subió encima de las costillas, y con los pies más que de trote, se las paseó todas de cabo a cabo.
Besóle las manos por fuerza don Luis, y aun se las bañó con lágrimas, cosa que pudiera enternecer un corazón de mármol, no sólo el del oidor, que, como discreto, ya había conocido cuán bien le estaba a su hija aquel matrimonio, puesto que, si fuera posible, lo quisiera efetuar con voluntad del padre de don Luis, del cual sabía que pretendía hacer de título a su hijo.
El barbero aporreaba a Sancho, Sancho molía al barbero, don Luis, a quien un criado suyo se atrevió a asirle del brazo porque no se fuese, le dio una puñada que le bañó los dientes en sangre, el oidor le defendía, don Fernando tenía debajo de sus pies a un cuadrillero, midiéndole el cuerpo con ellos muy a su sabor.
Encendido de súbito rojo de emoción, un tinte lívido, terroso de cadáver, bañó luego el semblante de Genaro.
Un relámpago vivísimo bañó en ese instante el matorral y la loma, y permitiole ver a pocos metros al jefe del destacamento portugués que dirigía en persona un despliegue sobre el flanco, montado en un caballo tordillo.
Y un sudor frío bañó mis sienes y alzando los ojos al cielo, oré con fervor, pidiendo a Dios que apartara de mí aquella horrible alucinación.
La cabeza del hombre, dormido, cayó otra vez sobre su pecho, su respiración se volvió por grados anhelante, fatigosa, y copioso sudor bañó sus sienes.
Y Nureddin se bañó y salió del hammam con su traje nuevo y estaba más hermoso que la luna llena en la más bella de las noches.
El bastón del administrador había zumbado fuertemente en el aire, cayendo pesado, recio sobre la frente del adversario, que bañó la sangre en profuso chorro.
bañó tierras y cielos la luz de un nuevo día,.
Guardó de nuevo silencio ella, de nuevo el llanto bañó su rostro:.
Esa lluvia caliente y humeante bañó el seno de Cata, corriendo hasta el suelo.
La hermosa luz del claro día bañó al mismo tiempo aquella extremidad de la gruta.
A todo esto, ella me miraba de hito en hito, hasta que, sin llegar yo a decirla cuanto pensaba decir, bañó toda su faz noblota y rozagante en una sonrisa que pudiera llamarse inmensa, si se midieran las sonrisas como las superficies, arrancó hacia mí con ambas manos tendidas, y exclamó cortándome el descosido discurso de repente:.
Y sin transición recayó sobre la almohada y una serenidad augusta bañó su semblante, que empezaba a helar la muerte.
bañó de fuego el alma.
Emma se bañó al día siguiente, con los cuidados que el médico del pueblo, consultado por Bonis, aconsejó.
Baigorrita se levantó muy temprano, se fue a la laguna y se bañó, para corregir los excesos de la noche.
El hierro ahondó la herida con el movimiento, despedazó la carne, abrió un boquete como cloaca que bañó de inmundo vómito cuatro manos crispadas sobre la misma empuñadura.

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