Ejemplos con batería

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Aprovecha más eficazmente el uso de la batería incrementando el tiempo de uso y de espera del terminal.
Cerca de su objetivo, el avión fue derribado por una batería antiaérea, muriendo los siete miembros de la tripulación.
Fue en su mayor parte grabado en vivo en el estudio y el tema de difusión fue Batería de Jesús en una versión reducida que editaba la coda final.
El batería Mark Hansen formó parte del nuevo proyecto creado por Hawkins, Ron Hawkins and the Rusty Nails.
La banda no dio ningún tipo de explicación respecto a la salida de su batería.
Mike G, el batería de la banda, es su hermano mayor.
More Yom es un trío formado por Blotus como cantante y bajista, Spud como guitarrista y Mike G como batería.
Afirmando que la batería de su automóvil esta baja y él necesita ver a un doctor urgentemente ya que su esposa esta enferma, el hombre es llevado por Prescott.
Amante de la música y ejecutante de batería.
Algunos días después vió el vecindario dos carros a la puerta de la abacería, luego vió cargar en uno de ellos las aceiteras, los barriles, los cacharros, las chucherías de la tienda, ¡hasta los estantes y el mostrador!, vió en seguida cómo en el otro carro se colocaron los colchones, las camas desarmadas, la batería de cocina, todo el ajuar de la casa de Simón, cómo se acomodaron en un hueco dejado al efecto sobre los colchones, Juana y su niña, después de haberse restregado la primera los zapatos contra el suelo repetidísimas veces, mirando al mismo tiempo a todas partes, cual si quisiera, con alarde tan necio, dar a entender que hasta el polvo de aquel suelo la ofendía, vió la gente también cómo, después de sacar hasta la escoba, cerró Simón la puerta y se guardó la llave en el bolsillo, y luego ponerse en movimiento los carros, a los cuales seguía Simón, saludando con gravedad a cuantas personas le despedían desde lejos con un movimiento de cabeza, no vió una sola vez asomar la de Juana fuera del toldo bajo el cual iba, y vió, por último, que los dos carros y Simón, que marchaba siempre junto a ellos, después de atravesar la plaza, tomaron el camino de la villa y desaparecieron en él.
Habían avisado por teléfono a su batería, emplazada a un kilómetro de distancia: debía aprovechar el tiempo para verle.
Un proyectil había estallado sobre su batería, matando a muchos de sus compañeros.
¡Adiós, papá! Estaba haciendo falta en su batería.
Vió una serpiente alada vomitando chispas y humo, una especie de monstruo wagneriano que al aplastarse contra el suelo abría sus entrañas, esparciendo miles de culebrillas ígneas que lo cubrían todo con sus mortales retorcimientos El proyectil debía haber estallado muy cerca, tal vez en la misma plazoleta ocupada por la batería.
Le vió aparecer en forma de nube, agrandóse como si fuese a desplomarse sobre la batería.
¿No había dicho él que los enemigos iban a contestar? Obedeciendo al santo instinto de conservación y empujado al mismo tiempo por su hijo, se vió en un abrigo de la batería.
La rociada de la batería oculta pasó a lo largo de la avenida, barriendo los vivos, destrozando por segunda vez a los muertos, matando los caballos, rompiendo las ruedas de las piezas, haciendo volar un armón con llamaradas de volcán, en cuyo fondo rojo y azulado saltaban cuerpos negros.
De tarde en tarde pasaba un batallón suelto, una batería, un grupo de jinetes, las últimas fuerzas de la retaguardia que habían tomado posición en las cercanías del pueblo para cubrir el movimiento de retroceso.
En los espacios libres de este desfile, en los paréntesis abiertos entre una batería y un regimiento, corrían pelotones de paisanos: grupos miserables que la invasión echaba por delante, poblaciones enteras que se habían disgregado siguiendo al ejército en su retirada.
Su batería, descubierta en un combate desfavorable por los aeroplanos enemigos, había recibido el fuego concentrado de la artillería de enfrente.
Pertenecían a distinta batería, pero figuraban en la misma división y habían tomado parte en iguales combates.
Y fueron viniendo botellas, aumentándose copas a la ya formidable batería que cada convidado tenía ante sí, anchas y planas, como las de los relieves antiguos, para el espumante Champagne, verdes y angostas, finísimas, para el Rhin, cortas como dedales, sostenidas en breve pie, para el Málaga meridional.
Una batería oculta de luces eléctricas iluminaba esta exhibición de feria.
La movible batería de brazos disparaba ruidosa metralla, cubriendo el aire de objetos, los cristales caían rotos, y hasta las persianas quedaban desvencijadas bajo la granizada de confites.
Él no tenía miedo, ¡vive Dios! ¿qué había de tener? Pero bien mirado, era una vulgaridad, un detalle de mal gusto, el enredarse a golpes en medio de la calle con un majadero sin otra sociedad que la de las muías de su batería.
Hallábame, pues, aquella mañana en la tal Batería, viendo con el anteojo a las lindas malagueñas que se creían más solas y menos observadas en sus gabinetes, patios o azoteas, y saludando a mis amigos con tal o cual toque de corneta, cuando, en un momento de descanso, distinguí a la simple vista.
Aquella batería es una torrecilla almenada, que domina a Málaga más que ninguna otra del Castillo.
A cada momento se arrancaba Aurora del pecho una aguja enhebrada o se la clavaba en él, pues el pecho era su acerico, y allí tenía también una batería de alfileres.
De este modo vino a mostrarse complacidísima con la salida próxima, y dijo mil cosas oportunas acerca de los muebles, de la vajilla y hasta de la batería de cocina.
No te muestres, aunque por ventura lo seas lo cual yo no creo, codicioso, mujeriego ni glotón, porque, en sabiendo el pueblo y los que te tratan tu inclinación determinada, por allí te darán batería, hasta derribarte en el profundo de la perdición.

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