Ejemplos con bardas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Las iniciativas para las grandes hazañas, tan numerosas bajo su gobierno, no partieron de su persona, sino de los grandes hombres que tuvo a su servicio: Bardas y Focas.
Está dividido en dos cuerpos: las butacas principales que están techadas y se extienden desde atrás de home hasta las bardas de los jardines derecho e izquierdo, y el segundo que está conformado por las gradas de concreto atrás de la barda.
Se dice que antiguamente ese cerro había quedado aislado del resto de las bardas, y para cuando el mar subía, a gran parte de esta meseta el agua la rodeaba haciendo que esta fuera más fértil que cualquiera.
Desapareció Pep tras las bardas de.
Sólo sabía llorar, y se opuso a que el muchacho cumpliera su propósito de escaparse por las bardas del corral.
El caballero se alzó sobre los estribos y alargando cuanto pudo la cabeza, miró por encima de las bardas.
Aún hay sol en las bardas dijo don Quijote, y, mientras más fuere entrando en edad Sancho, con la esperiencia que dan los años, estará más idóneo y más hábil para ser gobernador que no está agora.
Así había de ser dijo Sancho, pero cuando a mí me manteaban como a miembro, se estaba mi cabeza detrás de las bardas, mirándome volar por los aires, sin sentir dolor alguno, y, pues los miembros están obligados a dolerse del mal de la cabeza, había de estar obligada ella a dolerse dellos.
Aquí debe de estar sin duda, porque éste es el coche que él dicen que sigue, quédese uno de nosotros a la puerta y entren los demás a buscarle, y aun sería bien que uno de nosotros rodease toda la venta, porque no se fuese por las bardas de los corrales.
Así que, señor, el no poder saltar las bardas del corral, ni apearse del caballo, en ál estuvo que en encantamentos.
Estando en estas y otras muchas razones, llegó un moro corriendo, y dijo, a grandes voces, que por las bardas o paredes del jardín habían saltado cuatro turcos, y andaban cogiendo la fruta, aunque no estaba madura.
Bien puede eso ser así, y yo la tengo por buena usanza, pero eso debió de ser en los tiempos pasados, que ahora sólo se debe de acostumbrar a dar un pedazo de pan y queso, que esto fue lo que me dio mi señora Dulcinea, por las bardas de un corral, cuando della me despedí, y aun, por más señas, era el queso ovejuno.
Probó a subir desde el caballo a las bardas, pero estaba tan molido y quebrantado que aun apearse no pudo, y así, desde encima del caballo, comenzó a decir tantos denuestos y baldones a los que a Sancho manteaban, que no es posible acertar a escribillos, mas no por esto cesaban ellos de su risa y de su obra, ni el volador Sancho dejaba sus quejas, mezcladas ya con amenazas, ya con ruegos, mas todo aprovechaba poco, ni aprovechó, hasta que de puro cansados le dejaron.
Yo así lo creo respondió Sancho, pero tengo por dificultoso que vuestra merced pueda hablarla ni verse con ella, en parte, a lo menos, que pueda recebir su bendición, si ya no se la echa desde las bardas del corral, por donde yo la vi la vez primera, cuando le llevé la carta donde iban las nuevas de las sandeces y locuras que vuestra merced quedaba haciendo en el corazón de Sierra Morena.
Eso no puede ser respondió don Quijote: digo que no puede ser que haya caballero andante sin dama, porque tan proprio y tan natural les es a los tales ser enamorados como al cielo tener estrellas, y a buen seguro que no se haya visto historia donde se halle caballero andante sin amores, y por el mesmo caso que estuviese sin ellos, no sería tenido por legítimo caballero, sino por bastardo, y que entró en la fortaleza de la caballería dicha, no por la puerta, sino por las bardas, como salteador y ladrón.
Ahora acabo de creer, Sancho bueno, que aquel castillo o venta, de que es encantado sin duda, porque aquellos que tan atrozmente tomaron pasatiempo contigo, ¿qué podían ser sino fantasmas y gente del otro mundo? Y confirmo esto por haber visto que, cuando estaba por las bardas del corral mirando los actos de tu triste tragedia, no me fue posible subir por ellas, ni menos pude apearme de Rocinante, porque me debían de tener encantado, que te juro, por la fe de quien soy, que si pudiera subir o apearme, que yo te hiciera vengado de manera que aquellos follones y malandrines se acordaran de la burla para siempre, aunque en ello supiera contravenir a las leyes de la caballería, que, como ya muchas veces te he dicho, no consienten que caballero ponga mano contra quien no lo sea, si no fuere en defensa de su propria vida y persona, en caso de urgente y gran necesidad.
Todo pudo ser respondió Sancho, pero a mí bardas me parecieron, si no es que soy falto de memoria.
El paraguas chorreaba, el sombrero, negro-parduzco, estaba erizado como si tiritase de frío, la extremidad inferior de la capa, parte de las medias y los zapatos, estaban salpicados de lodo y empapados en agua, y la cabeza cubierta por unas greñas muy alborotadas, que se iban en vicio por las sienes y la frente abajo, como se van por una pared vieja y descuidada las bardas y los helechos.
-Es que yo no puedo querer a quien se recata para quererme, que han de decírmelo a la luz del mediodía, y no por las bardas y a medianoche.
Me he detenido en lo más alto de la cumbre que domina el valle donde viví para contemplar por última vez las bardas del corral paterno.

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