Ejemplos con búscalo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

-Pues busca tú ese medio, Pepe, búscalo con ayuda de los Cuatro Evangelistas, de los Siete Sabios de Grecia y de las Nueve Musas, porque yo he pensado mucho en ello, y no veo de dónde puede venir ese consuelo, que deseo más que nadie.
Lo que te falta, aprecio de ti mismo, conciencia robusta de tu valer, créalo tú con potente audacia, fundando un hombre nuevo sobre las ruinas del pobrecito chasqueado en la Villa heroica, lo que de menos tienes en dignidad por tu origen, búscalo ahora y agrégatelo y complétate.
Búscalo bien por toda la casa, y entrégalo a esos señores.
Te diré con entera franqueza lo que pienso sobre el particular. La catástrofe de tus amores en Bilbao me obligó a imponerte una sumisión absoluta, y con ella te salvé de mayores desastres, pero no he querido, no, decapitar tu voluntad ni matar tu iniciativa. No puedo menos de considerar, al propio tiempo, que al revelarme a ti y descorrer el velo de tu origen, si te he dado el consuelo dulcísimo de poseer una madre, he quitado a tu personalidad en el mundo aquel brillo, aquella dignidad ¿por qué no decirlo?, que ostentan personas nacidas de padres menos ilustres, pero en condiciones normales y regulares. Esto es tan delicado que no sé cómo decirlo. Pero tú lo entiendes, mi bien, y me basta. Bueno: pues el conocimiento de tu origen nos trajo, creo yo, la abdicación de tu voluntad. Mi amado hijo me resulta un muñequito, ¡ay, sí!, un lindo juguete sin vida para recrear la mía. No, no: esta condición muñequil no puede satisfacerte, ni a mí tampoco me satisface. El vacío de que antes hablé, producido por la irregularidad del origen, no se llena sino con la rehabilitación de la voluntad, para que con ella emprendas altas y nobles acciones. Lo que te falta, aprecio de ti mismo, conciencia robusta de tu valer, créalo tú con potente audacia, fundando un hombre nuevo sobre las ruinas del pobrecito chasqueado en la Villa heroica, lo que de menos tienes en dignidad por tu origen, búscalo ahora y agrégatelo y complétate... ¿Me entiendes? Creo que sí... Pues bien: tus impulsos de caballería me saben a gloria... Soy muy caballeresca. Te reconozco. Apruebo plenamente que quieras ganar lo perdido. Tus ideas cristianas de suprema hidalguía y virtud son la grandeza que yo quiero para mi hijo. Sí, da libertad a ese hombre.
Búscalo, aconséjalo, cálmalo, y si Dios no quiere evitarme la nueva prueba, házmela menos dura diciéndole tú la verdad de mi falta y de mi terrible expiación.

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