Ejemplos con búfalos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Un día, encuentra un manzano y, al probar las manzanas, ve que son deliciosas y que podrían comerse en lugar de los búfalos.
La fauna autóctona incluye jirafas, guepardos, leones, leopardos, hienas, búfalos, hipopótamos, cocodrilos, órices, gacelas, camellos, avestruces, chacales y asnos salvajes.
Entre los animales domésticos hay ovejas, cabras, vacas, caballos, búfalos de agua, burros y camellos.
En muchas lajas aparecen estampadas figuritas de animales identificables como cebúes, búfalos, rinocerontes, tigres, elefantes y asimismo ciertas criaturas fantásticas como unicornios o seres tricefálicos.
El logotipo, los colores y las siglas eran similares a las de los Búfalos de Colorado University, en agradecimiento por las clínicas deportivas que le habían dado a la Universidad.
Juanita estaba en contra de esta práctica, ya que decía que si la caravana no andaba con cuidado, terminarían matando a todos los búfalos y acabando con la especie.
Los visitantes tienen la posibilidad de ver elefantes, búfalos del Cabo, rinocerontes blancos, hipopótamos, alces y varios tipos de antílopes durante safaris en coche o caminando.
Pero ninguna de las que acabo de decir se cría entre los Nómadas, aunque se hallan entre ellos otras castas de animales, los pigargos, las cabras monteses, los búfalos, los asnos que no beben jamás, pero no los asnos cornudos, loories o unicornios, de cuyas astas hacen los fenicios sus varas de medir, siendo estos animales del tamaño de un buey, las basarias, especie de vulpeja, las hienas, los puercos–espines, los carneros salvajes, los dicties, los lobos silvestres, las panteras, los bories, los cocodrilos terrestres de tres codos de largo muy parecidos a los lagartos, los avestruces de tierra, y unas sierpes pequeñas cada una con su cuernecillo.
Y el jorobado, con la faz lastimosamente embadurnada de amarillo, gritó al visir: ¡Maldito seas tú, y maldita tu hija, la amante de los búfalos! Y por temor de que se le apareciese de nuevo el efrit, echó a correr con todas sus fuerzas, dando alaridos y sin atreverse a volver la cara.
Además, te odio, porque tú tienes la culpa de todas mis desdichas, al casarme con la querida de los búfalos, los asnos y los efrits.
Y el efrit le dijo: ¡Responde, o te haré morder tus excrementos! Entonces el jorobado, todo tembloroso por esta terrible amenaza, pudo decir: ¡Por Alah! ¡Yo no tengo la culpa, pues sabe que me han obligado! Y además, ¡oh poderoso soberano de los búfalos! yo no iba a adivinar que la joven tuviese un búfalo por amante.

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