Ejemplos con bártulos

Baldomero liándose la manta, y una de dos: o el hombre sale por manchegas, haciendo una hombrada y metiendo a y en un puño, como sabe hacerlo cuando se le hinchan las narices, o tendrá que tomar el camino de Logroño y dejar a otro los bártulos de regentar.

Y como no paso por tal ignominia, tendremos que recoger los bártulos y volvernos a nuestro pueblo, y allí, pegados al terruño y a la labranza santísima, esperaremos a que una nueva revolución nos traiga otra vez el Progreso.

El motivo de haber tardado un poco más de lo presupuesto fue que al salir de casa de Iriarte, recogidos los bártulos y pagado el hospedaje, encontró interceptado el paso por la comitiva del Rey.

Mientras las manos trabajaban poniendo en orden los bártulos, el cerebro tampoco descansaba, saltando por encima de los sucesos del verano, o lo que es igual, por los varios y poéticos lances de su amoroso devaneo.

Según parecía, habían encontrado alguna cosa de gran valor jurídico, habían hecho provisión de pedacitos de papel, fragmentos de cartas, sin olvidar un polvoriento retrato de Riego, hallado entre los bártulos de D.

Lo que dice es que ella es la hermosura formal de todas, realce del mismo saber, ostentación del alma, y que tal vez aprovechó más saber escribir una carta, acertar a decir una razón, que todos los Bártulos y Baldos.

Afanosa, Zoraida empezó a arreglar los bártulos, abrumando a su sierva con.

Pero como cada día las cosas iban poniéndose más turbias para los partidarios del rey, decidiose el señor obispo a liar los bártulos y volver a España, no sin que su secretario se opusiese al viaje, diciéndole:.

Esos bártulos se arreglaban entonces autocráticamente.

¡Ay, ay! ¡Tan valiente y animoso! -y el infeliz había liado los bártulos por consecuencia del mal de espanto que le ocasionaron los duendes y las penas.

Llegado el guardián al sitio donde se elevaba el fatal palo y cuando el verdugo terminaba de arreglar los bártulos del oficio, sacó un pliego de la manga y lo entregó al capitán de la escolta.

Si él hubiera corrido con esos bártulos, como hay Dios que nos quedamos sin simpatía, y por consiguiente sin amor y otras pejigueras.

«¿Te parece bien que ahora, por seguir aquí el ejemplo de Francia, se nos cuelen en el poder los progresistas, que después de tantos años de oposición deben de traer hambre atrasada? Pues como levanten la cabeza Olózaga y Don Juan y Medio, Sancho y Madoz, con toda la taifa nueva de los democratistas, ya podemos recoger los bártulos.

Pero, en fin, por mí no quede, y vaya por el tribunal de honor literario, si usted lo nombra, y avíseme cuándo quiere que salga con los bártulos o textos correspondientes a sostener el derecho de mi acusación.