Ejemplos con aya

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sólo aparece en un capítulo y es amigo de los otros dos, su compañera es una molesta chica llamada Aya.
Pero ya nadie recordaba aquellas historias y Miraz por supuesto no creía en ellas, entonces, enojado, le preguntó a Caspian, quien le había contado todas esas mentiras y Caspian contestó en un profundo sollozo que fue su aya, el aya era la única persona por la cual Caspian sentía un profundo cariño, ella le había relatado todas las fantásticas historias de ls épocas doradas de Narnia, y Caspian no dejaba de pensar ni un segundo en ellas.
Esto enfureció a Umako, y temiendo que se cristalizara dicha idea, envío a Yamato no Aya no Ataikoma para que asesinara al emperador.
- Et el que ffesiere ssolar de nuevo que por cinco años que non dé enfurción, et el que quissiere dessasseñorearse del nuestro sseñorio, que tanga la campana e que aya nueve dias e que venda el ssolar e a que lleve lo suyo.
Que se haga la portada de Sant Francisco, sacándola a nivel de las demas y encima se haga un corredor con un altar para decir misa y sobre este corredor, aya otros hasta ygualar con el alto de las casas de vn lado y del otro, de manera que el texearoz sea todo vno.
Gran parte de las inversiones que se realizan en las zonas rurales proviene de donaciones canalizadas a través del AyA.
Debido a que el gobierno no subsidia directamente al sector rural, no está consciente de la magnitud del problema y de su impacto financiero sobre AyA.
Esta situación representa una gran carga financiera para AyA, y es una de las razones explicativas de sus problemas económicos.
AyA no ha recibido compensación alguna por parte del gobierno por haber asumido el rol que desempeña como principal proveedor de subsidios para el sector rural.
AyA solicita incrementos tarifarios cuando su situación financiera es precaria, y no como resultado de una planificación de inversiones a largo plazo.
En el caso del AyA, se emplean subsidios cruzados de la zona metropolitana de San José hacia otras zonas urbanas y rurales del país.
La gerencia del AyA es electa políticamente y es reemplazada con frecuencia según los distintos ciclos políticos.
De hecho, AyA desempeña un rol indirecto y significativo en las políticas y las regulaciones, ya que supervisa el cumplimiento con las normas técnicas, puede hacerse cargo de los sistemas defectuosos, y asesora al Ministerio en asuntos relacionados con el desarrollo del sector.
En especial, el Departamento de Obras Rurales dentro del AyA es responsable por la planificación, el diseño, el financiamiento y la construcción de sistemas rurales de abastecimiento de agua y de saneamiento.
Además de su función como proveedor de servicios en su área de competencia, las responsabilidades de AyA incluyen:.
Este mismo, enseñaba a una joven muchacha que guardaba cierto parecido con la anterior protagonista de los otros dos títulos de la saga, Aya Brea, en una iglesia, enfundada en un traje nupcial.
Vivió en Madrid, San Sebastián y la pequeña localidad guipuzcoana de Aya.
Aya Steinovitz es Yaeli, una de las chicas que llega al puesto fronterizo con el coronel.
Y con ambos puños cerrados se daba terribles golpes en el pecho, que retumbaban en todo el aposento y le hacían toser horriblemente, y le produjeron a poco un ligero vómito de sangre Monina, falta ya de valor al verse al lado de allá de la puerta, agarrábase, con los labios blancos, a las faldas de su aya, preguntando muy bajito:.
Mientras tanto, enviábale el cielo un auxilio inesperado en aquel mismo coche en que su desasosegada imaginación fantaseaba huir del Juez Supremo, en él volvía de Zaldívar, cuyas aguas medicinales tomaba todos los años, la marquesa de Villasis, con su nieta Monina, el aya de esta, una doncella, un mayordomo viejo que la acompañaba en todos sus viajes y un criado antiguo que venía en el pescante, era su idea alcanzar el sudexpreso que pasa por Zumárraga a las dos y media y estar en Madrid aquella noche misma.
A poco entraba Monina seguida del aya, y corrió a echarse en el regazo de su abuela, mirando a Jacobo con esa media sonrisa de los niños mimados, acariciados por todo el mundo, que parece decir al extraño: ¿Pero no me dice usted que soy muy bonito?.
Entonces concertaron su plan: Elvira había de partir aquella misma noche a Lourdes, acompañada de mademoiselle Carmagnac, señora muy respetable, que había sido aya de la única hija de la marquesa de Villasis.
Había sido educada por un aya inglesa que había sido menester despedir por falta de dinero antes de venir a Villafría, pero ya la niña hablaba inglés y francés con perfección y estaba muy instruida.
a su casa, primero bajo el cuidado de una buena mujer, y más tarde con un aya inglesa, la cual vino porque la condesa se empeñó en que viniese.
Todas se recataban de la gente, estaban allí con cierto misterio, y nunca el aya las vio.
Mi aya era el deber personificado, pero, como el deber, sin calor, sin entusiasmo y sin afecto.
A los pocos meses de estar con mi padre, donde me cuidaba una criada anciana, vino de Inglaterra el aya que mi padre encargó para mí y que ha estado conmigo hasta pocos días antes de que mi padre y yo viniésemos a Villafría.
Acisclo, la firme persuasión que abrigaba, de que con otro cualquier administrador de por allí, la ruina de su padre hubiera sido diez años más pronto, y ella no se hubiera criado como una dama elegante, en el seno del bienestar, con aya inglesa, y con todos los cuidados debidos.
Su buen natural, rectamente encaminado en su niñez y en su adolescencia por las lecciones del aya, no la había abandonado nunca.
La tierna Leonora aun no sabia lo que la habia acontecido, y así llorando con sus padres, les pidió su bendicion, y despidiéndose dellos, rodeada de sus esclavas y criadas, asida de la mano de su marido, se vino a su casa, y entrando en ella les hizo Carrizales un sermon a todas, encargándoles la guarda de Leonora, y que por ninguna via ni en ningun modo dejasen entrar a nadie de la segunda puerta adentro, aunque fuese el negro eunuco: y a quien mas encargó la guarda y regalo de Leonora, fué a una dueña de mucha prudencia y gravedad, que recebió como para aya de Leonora, y para que fuese superintendente de todo lo que en la casa se hiciese, y para que mandase a las esclavas y a otras dos doncellas de la misma edad de Leonora, que para que se entretuviese con las de sus mismos años asimismo habia recebido.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba