Ejemplos con atentado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Proscrito bajo el Consulado por haber sido encausado en el atentado de la calle Saint-Nicaise, se refugió en los Países Bajos y sólo regresó con el Imperio Francés.
Uno de los logros más importantes de esta labor fue la identificación de José Joaquín Valenzuela Levi, quien con el nombre de Ernesto comandó el fallido atentado a Pinochet.
Gran parte de los datos de la CNI llegaban gracias a la información obtenida tras los fracasos de la internación de armas de Carrizal Bajo y el atentado a Augusto Pinochet en el Cajón del Maipo, ocurridas meses antes, operaciones en las que decenas de frentistas y militantes del PC cayeron detenidos.
Los gobiernos de Centroamérica, viendo que dicha intromisión suponía un atentado contra su soberanía, formaron un alianza para reclamar a los Estados Unidos esa actitud de colonialismo.
Este galanteo nada tenía de extraordinario dentro de las costumbres de la isla, pero no obstante, producía en Febrer sorda cólera, como si viese en él un atentado y un despojo.
El buque iba hacia el lugar donde el otro había sido torpedeado, y esto era suficiente para que los alarmistas se imaginasen que el enemigo permanecía aún inmóvil en el mismo sitio, esperando su llegada para repetir el atentado.
Su primer movimiento fué de fuga, para no verse complicadas en el atentado de este desconocido.
Urquiola calló, desconcertado ante este elogio a su querido tío, temiendo que el millonario tomase la menor respuesta como un atentado a la gloria de su nombre.
Poner su mano los hombres sobre cuanto existe en el mundo será la obra santa, la revolución redentora del porvenir, apoderarse ahora unos cuantos de lo que con arreglo a la moral imperante no es suyo, resulta un delito para las leyes burguesas, y para mí es un atentado contra los desheredados, únicos dueños de lo existente.
Alfonso VI, en tres días, viene sobre Toledo desde el fondo de Castilla, dispuesto a matar al arzobispo y aun a su propia mujer por este atentado que pone en entredicho su palabra de caballero, pero tan grande es su furia, que los mismos árabes se conmueven, el alfaquí sale a su encuentro para rogarle que respete lo hecho, ya que los perjudicados se conforman, y en nombre de los vencidos le releva de cumplir su palabra, pues la posesión de un edificio no es motivo bastante para que se altere la paz.
¿No sería un atentado premeditado fríamente contra el porvenir?.
No sé cómo la policía que vigilaba su carruaje no me repelió lejos de allí, creyendo en un posible atentado.
El villano atentado del gobernador de Madrid ha sido el primer paso dado hacia el Terror Mas¡renazca la esperanza!ya.
! Una vez entregados los sellos, imposible era colocarlos en su lugar y devolver los papeles, conservando copia de ellos, como había sido su primera idea, y hacíase preciso correr los riesgos de aquel audaz atentado, sin que hubiese ya lugar al arrepentimiento.
Eran ya las once, y estaba citado a las once y cuarto con el cardenal arzobispo de Toledo: tratábase de un atentado de la canalla gubernamental republicana contra la Iglesia y deseaba él representar en aquel conflicto el papel de Constantino.
Embarazado Jacobo al ver en manos del tío Frasquito aquella prueba flagrante de su atentado, no contestaba, y el viejo, volviendo y revolviendo en todas direcciones los dos sellos verdes, preguntaba sin cesar:.
El padre, con gesto fosco y severas ojeadas, le recordaba mudamente que debía mostrarse indiferente, ya que sus penas eran un atentado a su autoridad paternal.
Nada, no, lo real, lo inmediato a su persona no lograba fijarse en su retina, pero en cambio, veía siempre, con una tenacidad desesperante, la blanca chaqueta arrugada brutalmente como la sábana del lecho después de una noche de placer, y luego luego veía también la cortina alzada revelando una parte del atentado vergonzoso, de la degradación maternal, que era para él un golpe de muerte.
Tenía por suyo el paseo, la calma de la noche, el puro silencio que le envolvía, la impúdica invasión de libertinos callejeros y mercenarias ambulantes causábale el efecto de un atentado contra su propiedad.
Había llegado la ocasión de consumar el atentado, y el que durante la premeditación se mostraba tan valeroso, cuando se aproximaba el instante crítico sentía vivísima inquietud.
Guillermina las gastaba así, y lo que hizo con Felisa habíalo hecho con otras muchas, sin dar explicaciones a nadie de aquel atentado contra los derechos individuales.
Alabóle ser honradísima y valentísima su determinación, y advirtióle que anduviese más atentado en acometer los peligros, a causa que su vida no era suya, sino de todos aquellos que le habían de menester para que los amparase y socorriese en sus desventuras.
Hácense odiosos a los bien entendidos, con el pueblo pierden el crédito, si alguno tuvieron, para admitir sus escritos y los vicios que arrojada e imprudentemente quisieren corregir en muy peor estado que antes, que no todas las postemas a un mismo tiempo están dispuestas para admitir las recetas o cauterios, antes, algunos mucho mejor reciben las blandas y suaves medicinas, con cuya aplicación, el atentado y docto médico consigue el fin de resolverlas, término que muchas veces es mejor que no el que se alcanza con el rigor del hierro.
Mi señor don Quijote de la Mancha, que un tiempo se llamó el Caballero de la Triste Figura y ahora se llama el Caballero de los Leones, es un hidalgo muy atentado, que sabe latín y romance como un bachiller, y en todo cuanto trata y aconseja procede como muy buen soldado, y tiene todas las leyes y ordenanzas de lo que llaman el duelo en la uña, y así, no hay más que hacer sino dejarse llevar por lo que él dijere, y sobre mí si lo erraren, cuanto más, que ello se está dicho que es necedad correrse por sólo oír un rebuzno, que yo me acuerdo, cuando muchacho, que rebuznaba cada y cuando que se me antojaba, sin que nadie me fuese a la mano, y con tanta gracia y propiedad que, en rebuznando yo, rebuznaban todos los asnos del pueblo, y no por eso dejaba de ser hijo de mis padres, que eran honradísimos, y, aunque por esta habilidad era invidiado de más de cuatro de los estirados de mi pueblo, no se me daba dos ardites.
No haya más dijo Dorotea: corred, Sancho, y besad la mano a vuestro señor, y pedilde perdón, y de aquí adelante andad más atentado en vuestras alabanzas y vituperios, y no digáis mal de aquesa señora Tobosa, a quien yo no conozco si no es para servilla, y tened confianza en Dios, que no os ha de faltar un estado donde viváis como un príncipe.

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