Ejemplos con arrimando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mirólos éste despacio, arrimando el farol a la cara de cada uno, y cuando los hubo conocido,.
Yo que amaba a esta mujerexclamaba con enternecimiento, arrimando el garrote a la pared.
Quieras o no, vas a tomar algo Ya son las dos de la tarde, y estoy segura de que no te has desayunadodijo la joven, arrimando una mesilla y poniendo sobre ella el caldo humeante.
-Bueno -exclamó arrimando su silla en el hueco que le hicimos y cogiendo el primer plato vacío que encontró-.
La falta de movimiento hacía que los ruidos fueran escasos: sólo se oían el penetrante sonido de una banda de cornetas que aprendía a tocar llamada por bajo del cuartel de la Montaña y el cansado grito con que se animaban varios mozos que, arrimando el hombro a un furgón, iban empujándolo hacia el muelle de descarga.
Pateta, gorra en mano, arrimando el rostro a los hierros, como mono enjaulado, prestó atención.
Y, arrimando la boca a su oido, añadió lo siguiente:.
Hablamos un rato del acontecimiento que mis lectores conocen, y después, arrimando con arte la conversación hacia asunto más de su gusto, me dijo:.
Nada, nada -añadió arrimando su hocico a la verja-.
ª Desde la Punta de los Zaramagullones hasta entrar en el Colorado, debe navegar de marea crecida, y a cualquiera hora, arrimando el costado de la embarcacion a las balizas, que allí dejé puestas a mi salida, dejándolas por la parte de babor.
Quiere el niño alcanzar un objeto, no puede llegar a él, y al instante improvisa su escalera arrimando una silla o un banquillo.
arrimando a Andrenio, y asiéndole de un cabello, que para ocasión basta y para afición.
Vieron otro que llegaba y arrimando su báculo a una montaña de dificultades, la.
Sin detenerse a llamar a la puerta, abriéronla de un empellón, y vieron a la Rámila acurrucada junto al llar de la cocina, soplando unos carbones a los cuales estaba arrimando un pucherete cubierto con un casco de teja.
-Ayer se hicieron, Juan -respondió doña Teresa arrimando la canastilla llena de bollos a su compadre.
Cabalgó don Lope ágil y vigoroso, salió a la plazuela, enderezó el rumbo a Carrascosa, y arrimando las espuelas al bruto, gallardo, firme, ceñido a él con las hercúleas piernas, se le vio muy pronto, como veloz Centauro, perderse entre los matos del sendero, aparecer en los tramos despejados, destacar su perfil sobre la cumbre de la sierra, y desaparecer como una sombra en la vertiente del otro lado.
-¡Pido la palabra! -gritó en esto Patricio, arrimando su estandarte a la pared.
»Ambos jóvenes adelantáronse entonces, pero a medida que avanzaban, Teresa, cada vez más trémula y sobrecogida, se iba arrimando a Luigi, porque a través de los árboles veíanse aparecer hombres y relucir los cañones de sus escopetas.
¡Como si no fueran más maravillosas estas producciones espontáneas que la existencia de un padre que las engendrara! A Homero le niega ya el último zarramplín de la crítica, y hay una Escuela antihomérica, a la cual se van arrimando todos los catasalsas del helenismo, se está negando también a Hesiodo, y hasta a Guttemberg y a Dante, y luego se negará la luz del mediodía.
Con su presa en el morral, salió otra vez al camino que antes llevaba, y echándose la escopeta al hombro, marchó a largos pasos hacia su casa, pues ya había oído tocar a medio día y no le gustaba hacer esperar a don Silvestre que, de fijo, estaría arrimando las sillas a la mesa.
y, arrimando dos silletas,.
Y fuime arrimando, arrimando a la puerta de la sala, según que él se iba metiendo poco a poco en la alcoba del señor cura.
-Ocurre también que tú eres vehemente y testarudo, y estás poco avezado a contrariedades, por lo cual quieres poseer inmediatamente el poderoso talismán que ha de abrirte las encantadas puertas, y que ya andas en su busca con el mismo afán con que estarías arrimando las espaldas a los Picos de Europa para derrumbar la gigante cordillera si tal hubiera sido la condición impuesta.
Después examinó el doctor los jaropes que había sobre la mesa, arrimando la nariz a todos ellos.
Y Bonis, llorando al pensar esto, se decía, arrimando la cabeza contra una pared:.
Emma, en vez de levantar a su marido de la postrada actitud, después de dar un grito, como los que daba al entrar en su baño de agua tibia, fue doblándose, doblándose, hasta quedar con la boca al nivel de la boca de Bonis, con ambas manos le agarró las barbas, le echó hacia atrás la cabeza, y, como si los labios del otro fuesen oído, arrimando a ellos los dientes, dijo como quien hablando bajo quisiera dar voces:.
Penetró una zorra en un rebaño de corderos, y arrimando a su pecho a un pequeño corderillo, fingió acariciarle.
Comprendo, dijo Sócrates, pero al menos estará permitido, porque es justo elevar sus plegarias a los dioses a fin de que bendigan y hagan próspero nuestro viaje, es lo que les pido: ¡que escuchen mi ruego! Y arrimando la copa a los labios la apuró con una mansedumbre y tranquilidad admirables.

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