Ejemplos con arremetida

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al verse asediado por el fuego y la arremetida de las embarcaciones enemigas.
En su Nueva Historia de la India ',' Stanley Wolpert escribió, La Rajputs fueron la vanguardia de los hindúes en la India frente a la arremetida islámica.
Son poderosas aves con largos arpones, cuellos y patas, que cazan esperando la detención de su presa o acechándola en aguas tranquilas antes de atraparlas con una violenta arremetida.
La siguiente arremetida fue contra los indios de Nochistlán, que a diferencia de los que controlaban Acatic se habían negado a capitular.
Ante la arremetida defensiva de los españoles, estos quedaron estupefactos porque uno de los indios atacantes les habló en perfecto castellano y los sorprendidos soldados de Alcocer quisieron saber quien era aquel personaje, ataviado y embijado a la usanza indígena, que les hablaba en castellano.
A duras penas, y atacados en su regreso, pudieron esquivar la arremetida y volver nuevamente hasta la ciudad.
Pabón, con maniobras acrobáticas buscó ángulos favorables de tiro pasando muy cerca del Potez y con una certera ráfaga acabó con el observador que le disparaba intermitentemente con sus dos ametralladoras apareadas, en una nueva arremetida, el Cap.
Fue por tanto una arremetida brutal y sanguinaria de reconquista por parte del Imperio Español, a los territorios de las Provincias Unidas de la Nueva Granada.
Mas adelante vuelve a aparecer su nombre por haber sido encargado por el virrey Francisco Xavier Venegas de contener a los revolucionarios que en el Sur del país estaban organizándose bajo el liderazgo del clérigo insurgente José María Morelos y Pavón, quien en solo una marcha, había logrado convocar a más de cien hombres y provocar la huída del capitán Juan Antonio Fuentes, comandante de la III división de milicias, quien no contaba con pie de fuerza para resistir una arremetida de la masa rebelde a su llegada a Técpan.
Por eso prefiere imaginar a Drake haciendo una arremetida por la vida en lugar de una rendición calculada a la muerte.
—Todo en él tenía este carácter de prontitud y fuerza, propio de los leones: lo mismo la cólera que el reposo, así el dolor como el consuelo, así la arremetida como el perdon,—segun que veremos más adelante.
Digo, pues, que, cuando dieron la señal de la arremetida, estaba nuestro lacayo transportado, pensando en la hermosura de la que ya había hecho señora de su libertad, y así, no atendió al son de la trompeta, como hizo don Quijote, que, apenas la hubo oído, cuando arremetió, y, a todo el correr que permitía Rocinante, partió contra su enemigo, y, viéndole partir su buen escudero Sancho, dijo a grandes voces:.
Finalmente, don Quijote, encomendándose de todo su corazón a Dios Nuestro Señor y a la señora Dulcinea del Toboso, estaba aguardando que se le diese señal precisa de la arremetida, empero, nuestro lacayo tenía diferentes pensamientos: no pensaba él sino en lo que agora diré:.
Después de la cuarta arremetida, Lavalle contó su gente.
Y tan furiosa fue la arremetida sobre la división Villalobos, en la cual venía el virrey, que el batallón Vargas no sólo alcanzó a derrotar el centro enemigo, sino que tuvo tiempo para acudir en auxilio de La-Mar, cuyos cuerpos empezaban a ceder terreno ante el bien disciplinado coraje de los soldados de Valdez.
En esto, Sebia, como buque en marejada, después de haber estado largo rato balanceándose de medio arriba, pegó una arremetida hacia adelante, faltóle apoyo y dio con las manos en la ceniza del brasero.
Entonces se presentó como un relámpago a su imaginación la idea de que la arremetida conocidamente falsa de los enemigos podría tener relación con la impensada ausencia de su ahijado.
No obstante esta actitud, digna de consideración y de respeto, el coronel, que tenía ojos de lince, vio cómo algunos muchachos azorados se guardaban en los bolsillos precipitadamente las armas «mortíferas» de marras, y quitándose de ruidos, dando una formidable arremetida, cogió por el cuello al primer patriotero, y le gritó:.
A Marcos Saravia no le cuajaba de miedo la saliva en la boca, y en la primera arremetida, que fue de hacer castañetear dientes y muelas, se vio en tan serio peligro que hizo formal promesa al apóstol Santiago de regalarle su caballo si con vida libraba de la batalla.
En esta arremetida el valiente general Salaverry, lanza en mano, alentaba a sus soldados.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba