Ejemplos con arredraba

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No me arredraba perder la libertad, ni la honra, ni la vida, la idea de la cárcel y del patíbulo no aplacaban mi furor.
Solos al fin Halconero y Enrique, este seguía encadenando con sus dos brazos al amigo, que, poseído de frenética indignación, no se arredraba ante el número y fuerza superior de la mesnada de Paúl.
Pero ningún peligro le arredraba: con una o dos palabras pondría el remate a su gran obra y convertiría su idea en acción real.
¡Adiós esperanza, amor, todo! No se arredraba pensando en la vuelta al estanco y la pobreza, pero Juan, Juan ¿Por qué se le habría metido aquel hombre tan adentro del alma? De todos modos, era imposible prolongar mucho la situación.
No le arredraba el miedo de ser vencido, porque su amor y su misión le darían seguramente coraje, pero convenía proceder con tacto y diplomacia, pensar bien lo que iba a decir para no ofender a su tía, y, si era posible, ponerla de su parte en aquel tremendo pleito.
Nada de esto me arredraba, porque mi exaltación me infundía grandes alientos, y hablando al oficial de artillería logré pasar hasta la orilla, donde algunas tablas sostenidas sobre pilotes servían de muelle.
Jamás me he considerado héroe, pero es lo cierto que en aquellos momentos ni temía la muerte, ni me arredraba el espectáculo de las catástrofes que a mi lado veía.
Como él no se arredraba por nada, y sabía arrostrar impasible lo mismo la indiferencia que el odio de las gentes, resolvió descubrirse a ella, más por curiosidad que por deseo de humillarla.
Ya más adultos se vio que ambos eran resueltos y esforzados, de ánimo intrépido para peligros, y de una osadía que con nada se arredraba, pero en Rómulo se descubría mayor disposición para manejarse con prudencia y cierto tino político: así, en los encuentros que con los vecinos se ofrecían en pastos y cacerías se echaba luego de ver que su genio era más de jefe que de súbdito.
¿Y qué detenía entonces a los ''Voluntarios de la Pampa'', que así se llamaron al fin, qué los arredraba?.
No pocas veces proyecté robarla o matarla, y me disuadía y me arredraba luego mi honradez.
Lo que hubiera que pasar lo pasaría, no le arredraba nada.
Cobarde, como su padre valiente, cruel, como aquel generoso, y fanático, como religioso era Carlos, ningún crimen arredraba a Felipe cuando se trataba de su seguridad, de su venganza, o de los mal entendidos intereses de su religión.
Como él no se arredraba por nada, y sabía arrostrar impasible lo mismo la indiferencia que el odio de las gentes, resolvió descubrirse a ella, más por curiosidad que por deseo de humillarla.
No me arredraba perder la libertad, ni la honra, ni la vida, la idea de la cárcel y del patíbulo no aplacaban mi furor.
Ningún obstáculo lo arredraba.

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