Ejemplos con arduos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Durante su estancia en el puesto apoyó la política de guerra fría de la Administración de Eisenhower y mantuvo arduos debates con los representantes de la Unión Soviética.
Poseía además una gran inteligencia musical fruto de sus arduos estudios en Londres y Leipzig.
Los efectos de esta convocatorias eran obligatorios para todos los municipios a quienes iban dirigida, aunque ningún perjuicio se les seguía de que no concurriesen con sus procuradores a las Cortes aunque no era tampoco costumbre llamarlos por segunda vez, de lo cual hubo si que algún ejemplar cuando se trataba de ciudades importantes y se habían de resolver casos arduos y difíciles.
El Club tuvo arduos trabajos de relleno para rellenar el campo de juego.
La historia militar de la Guerra de la Independencia es amplia y meritoria, ya que los asuntos más arduos y complejos le eran encomendados.
Asimismo, se recomienda no llevar a cabo arduos ejercicio durante un máximo de una semana, ya que esto puede traumatizar el ojo y afectar la cicatrización.
Asuntos profesionales, ¿eh?, empeños arduos y piadosos de ciencia y humanidad, ¿no?.
Y poco a poco estos hombres fueron ganando la simpatía y la confianza de todos, y en sus manos se confiaron los más arduos negocios humanos, es decir, la dirección y gobierno de las naciones.
Tales eran las cualidades principales y la brillante posición del antiguo maestro del Comendador, con quien éste iba ahora a consultar y tratar negocios arduos, y de quien esperaba obtener poderoso auxilio.
A una inteligencia tierna, se la ejercita luego con lo mas difícil que ofrece la ciencia, el reflexionar: lo que es tan desacertado como si se comenzase el desarrollo material del niño, por los ejercicios mas arduos de la gimnástica.
Si queremos alzar un poco el discurso, ¿crees poco inconveniente, nacido de esta libertad, el que un ministro, con la cabeza llena de negocios arduos, tenga que exponerse, digámoslo así, a las especulaciones de veinte desocupados, o tal vez espías, que con motivo de la mesa franca van a visitarle a la hora de comer, y observar de qué plato come, de qué vino bebe, con cuál convidado se familiariza, con cuál habla mucho, con cuál poco, con cuál nada, a quién en secreto, a quién a voces, a quién pone mala cara, a quién buena, a quién mediana? Piénsalo, reflexiónalo, y lo verás.
¿Qué se entiende por libertad humana? ¿Qué es la conciencia? ¿Qué significa la palabra querer? ¿Qué la cosa en sí? ¿Qué papel desempeña ante la percepción exterior la voluntad? ¿En qué consiste un hecho primordial metafísico? Al profundizar tan arduos qués, la cabeza latía queriendo romperse, los sesos echaban humo a modo de cabecera donde hierve el agua, y la sustancia gris, o lo que fuese, soltaba lumbres fosfóricas.
Mas no es Solita juez que sentencia en arduos litigios sin maduras reflexiones.
En la provincia, cuya capital era Vetusta, abundaban por todas partes montes de los que se pierden entre nubes, pues a los más arduos y elevados ascendía el Magistral, dejando atrás al más robusto andarín, al más experto montañés.
Un buen médico, un excelente farmacéutico, un notable matemático, hasta un abogado que estudie a conciencia las leyes, están incapacitados de hecho: son especialistas, hombres técnicos, que no pueden «abrazar en su totalidad los arduos y complejos problemas de la política y de la administración».
Y Alberto Dupont completó, en una hora de conversaciones con gentes de allá, los datos que ya tenía sobre la calidad y ubicación probables de su lote, bastante para sentir nacer y crecer en su pecho de neófito audaz, el irresistible arranque que cambia los destinos del hombre resoluto, y le abre los arduos caminos de la fortuna, y juró, al ver perderse en el horizonte, el penacho negro del vapor, que el primero que saliese lo contaría, costase lo que costase, entre sus pasajeros.
Pero ello es que, para todo el que piense que la independencia del juicio en los más arduos y principales problemas de la vida es muy importante, no podrá menos de ser un anhelo, legítimo anhelo, ver aparecer.
Para conseguir transportarlos sobre las aguas, hubo que resolver los más arduos problemas de la navegación, y la carabela que llegó al Nuevo Mundo es un juguete ridículo al lado del crucero.
Tentaban en especial su atención los más arduos y enrevesados problemas de nuestra historia literaria, tales como el de la patria de Prudencio, aunque últimamente, a consecuencia decíase de unas calabazas, se dedicaba al estudio de mujeres españolas de los pasados siglos.
A pesar de la prohibición de don Víctor, vino el retroceso, recayó la enferma, y se volvió a los sustos, a los apuros, a las noches en vela, el médico volvió a ser un oráculo, los pormenores de alcoba negocios arduos, el reloj un dictador lacónico.
Antígono, luego que se le informó de la llegada de Arato, a los demás los saludó con un mediano y común agasajo, pero a éste desde el primer recibimiento le honró extraordinariamente, habiéndole experimentado en todo hombre de probidad y juicio, contrajo con él la mayor intimidad, porque realmente era Arato no sólo útil para los mas arduos negocios, sino grato al rey en los momentos de ocio como el que más.
Era este Oltaco excelente para todo lo que en la guerra pide valor y determinación, prudente y avisado en los negocios arduos y además afable y complaciente en su trato.
Haciendo Estesímbroto mención de este juicio, refiere que Elpinice, rogada por Cimón, fue a llamar a la puerta de Pericles, porque éste era el más violento de los acusadores, y que él, echándose a reír: “Vieja estás- le dijo-, vieja estás, Elpinice, para manejar tan arduos negocios”, mas que con todo, en la vista de la causa se mostró muy benigno con Cimón, no habiéndose levantado durante la acusación más que una sola vez, como para cumplir.
El que en Esparta, que entonces florecía en prudencia y buen gobierno, fue elevado a los mayores mandos y empleado en los más arduos negocios, probablemente era entre los mejores el mejor, y entre los primeros el primero.
Percibiendo ya entonces que Mario le miraba mal y no le daba fácilmente ocasiones de acreditarse, sino que más bien se oponía a sus aumentos, se arrimó al colega de Mario, Cátulo, hombre recto, pero de poca disposición para las cosas de la guerra, bajo el cual, encargado de los más graves y arduos negocios, adelantó a un tiempo en poder y en opinión, pues la mayor parte de las cosas en la guerra tenida contra los bárbaros en los Alpes se hacían por su medio, y habiendo faltado los víveres, encargado de la provisión, proporcionó tal abundancia que, estando sobrados los soldados de Cátulo, tuvieron para dar a los de Mario, lo que dicen fue causa para que éste se indispusiera cruelmente contra él.
Sabidos estos sucesos de los Romanos, parecióles sería bueno dejarse en la designación de generales del favor y la condescendencia, y llamar al mando a un hombre de juicio que supiera conducirse en los negocios arduos.
Todos experimentamos que en nosotros hay dos hombres: uno inteligente, activo, de pensamientos elevados, de deseos nobles, conformes a la razón, de proyectos arduos y grandiosos, otro torpe, soñoliento, de miras mezquinas, que se arrastra por el polvo cual inmundo reptil, que suda de angustia al pensar que se le hace preciso levantar la cabeza del suelo.
Los más nuevos, aunque arduos, suelen ser atajos para la grandeza.
-Y en cambio de esos sacrificios, ¿qué intervención tiene en la administración de los caudales del Estado? ¿Qué iniciativa es la suya en los arduos problemas de la política nacional?.
He buscado por todas las capas sociales la verdad, he asistido a todas las comedias con que se festeja el Carnaval y se rinde culto a la locura y a la ridiculez humanas, he divagado largamente por arduos problemas filosóficos y sociales, antiguos y contemporáneos, sin hallar más que representación, telones alzados, nombres distintos de los consagrados por la razón y la lógica a todas las cosas, palabras, palabras y más palabras, como dijo Hamlet, la verdad con antifaz de mentira, y viceversa, de modo que siempre tomé la una por la otra, he descendido a muchas oscuridades e intimidades de otras almas sin hallar nada, ningún elemento para hacer un disfraz original, el que yo deseaba, o sea uno que me representase a mí mismo, he ido por todas las tiendas, por todos los escaparates donde hay muestras de dominós caprichosos para todos los gustos, y.

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