Ejemplos con apetitoso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Eléctrico y llegar al apetitoso mundo de la Leche y las Galletas.
El dragón lo vio y decidió que era un apetitoso bocado comparado con las vacas, pero que lo dejaría para más tarde, porque ya estaba lleno.
La fuente tenía una orla de rodajas de huevo cocido, y sobre la capa amarillenta que cubría el apetitoso animal, tres filas de aceitunas y alcaparras marcaban el contorno del lomo y la espina.
Pero como es la contrariedad en los amores cebo apetitoso y señuelo el más eficaz, el amor de Rosa hacia Andrés vago hasta entonces, lleno de vacilaciones y dudas, tomó cuerpo de pronto y se transformó en verdadera pasión.
Pareciole, así que la vio, un bocado apetitoso.
En lechos de hojas estaban alineados y colocados con cierto arte los pimientos y tomates, con sus rubicundeces falsas de productos casi artificiales, los guisantes en sus verdes fundas, todo apetitoso y exótico, pero tan caro, que al oír sus precios retrocedían con asombro los buenos burgueses que por espíritu de economía iban al Mercado con la espuerta bajo la raída capa.
Despidiéronse con derroche de caricias, hubo dúo de amor con música de juramentos, partió el dichoso amante maldiciendo la separación, luego ella, a pesar de lo convenido, adelantó su marcha veinticuatro horas, y en premio de tanta priesa lo primero que vio al llegar al balneario fue al traidor don Juan, no entretenido, sino embobado en decir melosidades a una señorita pazguata y cursi, cuyo modesto atavío y encogidos modales formaban nuevo y apetitoso contraste con la elegancia de la viuda.
Allí se asaban las chuletas de ternera, que con la chamusquina en tan viva lumbre, despedían un olor apetitoso.
Ella tiene las llaves de todo, y no sale nunca de casa, por miedo a que les roben, y la casa es bocado apetitoso para los ladrones, porque se dice que en el sótano está la caja del dinero.
Aquella noche, noche de invierno algo brumosa y seguramente bastante fría, estaba el señor X sentado a la mesa, sólo, teniendo por delante un diario del día anterior, nuevo para él, y engullendo lentamente unas costillas de cordero que expedían el más excelente y apetitoso olor.
Ya había probado dos veces los deleites de aquel apetitoso magisterio, que a tantos mortales, tan firmes de mollera como yo, ha hechos unos pobres mentecatos antes y después acá.
No era muy buen panadero Giuseppe, y el primer pan que hizo fue poco apetitoso.
No era para menos, y si algo se consoló fue al ver que no por esto había muerto del todo la planta, pero sólo recuperó su tranquilidad cuando, a los cuatro o cinco días, pudo comprobar que volvía a brotar con una lozanía tan extraordinaria que de cada una de las ramitas cortadas por el diente del animal salían dos cargadas de hojas anchas y frescas que daba gusto, de un verde claro lo más apetitoso, y lo mejor fue que del mismo tronco de la planta salían retoños por todas partes y crecían a ojos vistas.
La oficialidad colombiana era, pues, motivo de zozobra para las muchachas, de congoja para las madres y de cuita para los maridos, porque aquellos malditos militronchos no podían tropezar con un palmito medianamente apetitoso sin decir, como más tarde el valiente Córdova: Adelante, y paso de vencedor, y tomarse ciertas familiaridades capaces de dar retortijones al marido menos escamado y quisquilloso.
Estos dos versecitos han hecho más víctimas que el cólera morbo, porque nosotros los pícaros hombres, a fuerza de oírlos repetir, nos imaginamos que ha de ser verdad evangélica aquello de que el bien ajeno es manjar apetitoso y del que podemos darnos un atracón sin necesidad de pagar bula.
Fue el caso que, a pesar de sus diciembres, a su excelencia se le encandilaban los ojos cada vez que por esas calles tropezaba con una de aquellas hembras hechas de azúcar y canela, vulgo mulatas, manjar apetitoso para libertinos y hombres gastados.
Había en el lugar una señora, viuda de un cabildante, jamón apetitoso todavía a pesar de los tres quinces que peinaba, la cual gozaba fama de ser cumplidora del precepto evangélico que manda ejercer la caridad dando de beber al sediento.
Como nadie alcanzaba a hacer competencia a la acreditada mazamorrería de mama Salomé, otra del gremio levantó la especie de que la terranova era bruja, y que para hacer apetitoso su manjar meneaba la olla, ¡qué asco!, con una canilla de muerto, y canilla de judío, por añadidura.
El carnero estaba a medio asar, pero esta circunstancia lo hizo más apetitoso para el Ogro.
Yo no había comido más que un churrasquito, desde el día antes, el puchero estaba muy apetitoso y bien condimentado.
García Grande había sido hombre de negocios, de estos que tienen una mano en la política menuda y otra en los negocios gordos, un bifronte de esta raza inextinguible y fecundísima, que se reproduce y se cría en los grandes sedimentos fangurales del Congreso y la Bolsa, hombre sin ideas, pero dotado de buenas formas, que suplen a aquellas, apetitoso de riquezas fáciles, un sargentuelo de pandilla de esas que se forman con las subdivisiones parlamentarias, una nulidad barnizada, agiotista sin genio, orador sin estilo y político sin tacto, que no informaba sino decoraba las situaciones, una sustancia antropomórfica, que bajo la acción de la política apareció cristalizada de distintas maneras, ya como gobernador de provincia, ya como administrador de patronatos, ahora de director general, después de gerente de un desbancado Banco o de un ferrocarril sin carriles.
Aquel tan apetitoso era un pepino, escándalo de la salud, y.
Siempre nos lleva a buscar a otro la concupiscencia propia, ya interesal, ya desvanecida, mas aquí gustosa por lo agradable del saber, por lo apetitoso del notar.
Entonces cobraron nuevo brío nuestras ansias de explorar en varios sentidos todo lo encerrado entre aquel monte y aquellas olas, y de dormirnos al son de aquellas olas mismas, -como se aumenta el hambre cuando no se ha hecho más que probar el apetitoso guiso, o como redobla el incendio cuando se le echa poca agua, o como.
Los esclavos vinieron cargados con grandes bandejas repletas de apetitoso contenido.
Y el ratón contestó: ¡Cuán verdad es todo eso, buena amiga! ¡Por eso, aunque haga pocos días que estés aquí, me congratulo tanto de las buenas intenciones que manifiestas! ¡Plegue a Alah que todos los vecinos sean tan buenos y tan simpáticos como tú! Pero ¿qué tienes que anunciarme? La comadreja dijo: La buena mujer que vive en esta casa ha recibido una medida de sésamo fresco muy apetitoso.
¡Con tan liviano presupuesto se procuraba a la florida juventud santanderina el más apetitoso deleite de cuantos ofrecérsele podían!.
No me resulta nada apetitoso, Pero ¿qué sucede, Arthur? ¡Estás muy pálido!.
Yo reía, charlaba, jaraneaba con todos los que rodeaban el fogón, en el que un apetitoso asado se doraba al calor de abundante leña.
Los ojos se me iban, viendo el apetitoso asado.

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