Ejemplos con antifaz

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En el dibujo preparatorio a la sanguina, conservado en el Museo del Prado,la petimetra lleva careta en lugar de antifaz.
Haciendo gira en la provincia, dirige La verdadera historia del Herrero del Antifaz, de Enrique del Pino, también en el Alameda.
Cachavacha tomará vida propia y aparecerá en otros ámbitos ficticios de García Ferré, como Antejito y Antifaz.
Sobre sus densos ojos negros tiene una banda o mancha oscura que recuerda un antifaz.
Tiene el cuello y las patas muy largas, pico cónico y aguzado, los colores de las plumas del dorso son grises, las del cuello, blancas y la cabeza esta surcada de un antifaz negro que se prolonga en dos larguísimas plumas.
La túnica que visten se compone de túnica y capillo negro en tela mate, cordón rojo que cae del lado derecho, rosario del izquierdo, cruz de Jerusalén bordada en rojo sobre el antifaz, guantes y calzado negro, portando un hachón de cera encendido.
De color crema, con capa y antifaz y botonadura azul celeste y cíngulo azul y crema.
El video musical fue dirigido por Fabien Baron que también fue el director artístico del libro SEX, fue grabado en Nueva York y en él aparece el personaje que encarna Madonna Dita Parlo con un antifaz negro, pelo rubio y corto y un diente cubierto de dorado, realizando sus fantasías sexuales confesadas en el libro SEX.
Posteriormente modificó el diseño de su máscara original conservando el color azul pero agregando un antifaz plateado tomando como base el diseño de la máscara del luchador El Médico Asesino.
Su estatura es desproporcionada respecto a la de un humano normal, que casi cuadriplica la estatura de Ichigo o Ishida, su máscara le cubre la cara como un antifaz con dos extraños emblemas lineales entre los ojos, su aspecto es el de un humano deforme y desproporcionado de tez oscura, posee una enorme y deformada mandíbula , un cuello laxo y flácido y suele encorvarse debido a sus larguísimos brazos, que rozan el suelo como si fuera un primate, su pelo es negro y está agruapdo en echones, al final de los cuales hay varios adornos que los sujetan.
Los restos de su máscara Hollow se encuentran en su nariz en un protector similar a un antifaz nasal.
Se trataba de la inexpresiva Jamie, con disfraz de payaso, antifaz y un cuchillo en la mano.
Sin embargo, alguien coge un cuchillo, se pone un antifaz y apuñala a la madre adoptiva de Jamie.
Túnica: Antifaz negro con la Cruz de Jerusalén y hábito negro de cola, con cinturón ancho de esparto, calcetines negros y sandalias franciscanas.
Los Viper's fue en un entonces un grupo formado por El Cibernético, Psicosis II, Abismo Negro, Antifaz, Histeria II, Mosco de la Merced II, Maniaco, Electro Shock, Tokio Viper y Shiiba, en el cual empezaron a causar disturbios al entonces dueño de la empresa Antonio Peña.
Lleva un antifaz negro y se combina en su cabello con otro que forma una cabeza de rata o de perra.
Esta especie zoológica, también llamada Búho de antifaz, Oropopo o Lechuzón grande de collar, es un estrígido de la selva, grande y de cabeza redondeada, con un dibujo cefálico inconfundible, que le da el nombre.
Sus largas horas de contemplación silenciosa habían acabado por borrar el rugoso antifaz, obra de los siglos.
Julio veía llegar a su amada a la luz de los reverberos, encendidos recientemente, con el busto envuelto en pieles y llevándose el manguito al rostro lo mismo que un antifaz.
Marchaban agarrados del brazo, embozado él en una capa andaluza con vueltas rojas, cubierta ella el rostro con un antifaz negro y envuelta en un abrigo de pieles grises, vio también al mismo tiempo, a través de la verja de la calle Alcalá, venir por aquel lado dos hombres gritando y cantando, cual si estuviesen borrachos, cruzáronse ambas parejas delante del pabellón, por la fachada que da a Recoletos, y allí los perdió el centinela de vista, mas oyó a poco en el silencio de la noche el rumor de un cuerpo que cae a tierra y uno de esos gritos de agonía que jamás se olvidan ni se confunden, vio huir desesperadamente por la calle de Alcalá a la mujer enmascarada y vio correr a los dos hombres, borrachos antes y bien firmes entonces, uno hacia la Castellana y otro hacia la Plaza de Toros.
La grey femenil hizo coro a los vituperios de Currita, y todos convinieron en que la marquesa de Sabadell era una intriganta, una beata hipocritona, una mala esposa que, habiendo campado por su respeto diez años entre curas y monaguillos, quería ahora oscurecer al pobre Jacobo bajo la tutela del padre Cifuentes, y que era caso de conciencia y obligación imprescindible de todo fiel cristiano arrancar a la pícara el antifaz y advertir al cándido muchacho el lazo que le tendían.
Era alto, enjuto, desgarbadote y algo cargado de espaldas, la barba espesa y crespa se le comía gran parte del rostro, dándole un aspecto terrorífico de bandido de melodrama, pero no era más que un antifaz, pues examinándolo bien, bajo la máscara de pelo veíase la cara sonrosada e inocente de un ruño, la mirada tímida y la sonrisa bondadosa de esos seres detenidos en la mitad de su crecimiento moral, que aunque mueran viejos son débiles y blandos, faltos de voluntad, incapaces de vivir sin el calor que presta el cariño.
A cierta hora los palcos se llenan, o de parejas que siguen el drama , sin que la protagonista se haya quitado el antifaz, o de familias pacíficas que han arrojado la inútil máscara y contemplan desde allí el animado espectáculo del salón, como los que ven desde un balcón artificial la catarata del Niágara.
¡Ved! Los mismos carpinteros que ayer improvisaban un tablado sobre las butacas de los Teatros para disponer aquellas mascaradas frenéticas de toda una noche, que terminaban siempre con la consabida , arreglan hoy en las Iglesias los Monumentos del Jueves-Santo: las mismas damas que diableaban hace un mes en el Teatro Real bajo un antifaz de seda, o mejor dicho, sin el antifaz que usan todo el año, se preparan hoy a pedir limosna para los niños de la Inclusa en las puertas de los templos: los tertulios de sus salones y de sus palcos, o los ginetes que en el Prado suelen acercarse a la portezuela de sus coches, son invitados, no a una , ni a una conferencia matinal en el tocador, ni a un día de campo en Aranjuez, sino a San Luis, a San Antonio de los Portugueses o a Santo Tomás, a que contribuyan con un pedacito de oro a dejar bien puesto el pabellón de las bellas postulantes: los más empedernidos Lovelaces obedecerán el Jueves a tan piadosa intimación, después de lo cual se plantarán en frente de las iglesias a ver entrar y salir a las mujeres, lo mismo a las casadas que a las solteras y a las viudas, pareciéndose en esto a aquel de quien se dijo:.
Y diciendo esto, alzó la mano y con honesto comedimiento quitó el antifaz del rostro de Leonisa, que fué como quitarse la nube que tal vez cubre la hermosa claridad del sol, y prosiguió diciendo:.
Admirados desta primera vista el cadí y los demas bajáes, ántes que otra cosa dijesen ni preguntasen, mandaron al judío que hiciese que se quitase el antifaz la cristiana: hízolo así, y descubrió un rostro que así deslumbró los ojos y alegró los corazones de los circunstantes, como el sol que por entre cerradas nubes despues de mucha escuridad se ofrece a los ojos de los que le desean: tal era la belleza de la cautiva cristiana, y tal su brio y su gallardía, pero en quien con mas efecto hizo impresion la maravillosa luz que habia descubierto, fué en el lastimado Ricardo, como en aquel que mejor que otro la conocia, pues era su cruel y amada Leonisa, que tantas veces y con tantas lágrimas por él habia sido tenida y llorada por muerta.
Hízolo así el espantajo prodigioso, y, puesto en pie, alzó el antifaz del rostro y hizo patente la más horrenda, la más larga, la más blanca y más poblada barba que hasta entonces humanos ojos habían visto, y luego desencajó y arrancó del ancho y dilatado pecho una voz grave y sonora, y, poniendo los ojos en el duque, dijo:.
No consintió el cura que le tocasen, sino púsose en la cabeza un birretillo de lienzo colchado que llevaba para dormir de noche, y ciñóse por la frente una liga de tafetán negro, y con otra liga hizo un antifaz, con que se cubrió muy bien las barbas y el rostro, encasquetóse su sombrero, que era tan grande que le podía servir de quitasol, y, cubriéndose su herreruelo, subió en su mula a mujeriegas, y el barbero en la suya, con su barba que le llegaba a la cintura, entre roja y blanca, como aquella que, como se ha dicho, era hecha de la cola de un buey barroso.
Y que el don que le pensaba pedir era que se viniese con ella donde ella le llevase, a desfacelle un agravio que un mal caballero le tenía fecho, y que le suplicaba, ansimesmo, que no la mandase quitar su antifaz, ni la demandase cosa de su facienda, fasta que la hubiese fecho derecho de aquel mal caballero, y que creyese, sin duda, que don Quijote vendría en todo cuanto le pidiese por este término, y que desta manera le sacarían de allí y le llevarían a su lugar, donde procurarían ver si tenía algún remedio su estraña locura.

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