Ejemplos con amontonamiento

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Milladoiro: amontonamiento de piedras y bloques de diverso tamaño que señalaría un lugar sagrado.
Cerca de las antiguas piedras, el amontonamiento de rezantes es sofocante.
Delante de la dama había un pequeño amontonamiento de armas quemadas y otros objetos que formaban la panoplia de un guerrero.
Lo curioso es el amontonamiento de huesos de grandes huesos de saurópodos que pudieron ser cazados por sus protectoras.
El amontonamiento de nieve, el carámbano pendiente realizado por un solitario rayo de sol en un momento pasajero, todo ha sido dotado de una verosimilitud que resultará adorable para quienes exaltan la Escuela Holandesa por sus características similares en la más absoluta excelencia.
Lugares identificados como tumbas de los caciques mapuches, donde al morir se los enterraba junto con sus pertenencias como: los trahuiles, flechas, utensilios domésticos y su caballo de batalla, se distinguen por el amontonamiento de rocas, encontrándose en el Bajo.
Un amontonamiento de nubes densas y nítidas cual blancos vellones atrajo su mirada.
Y cuando al fin, molidos de cansancio, medio asfixiados por el calor y el amontonamiento, entraban los fugitivos en París, a media noche o al amanecer, no sabían adonde dirigirse, vagaban por las calles y acababan instalando su campamento en una acera, como si estuviesen en pleno desierto.
Los hombres venidos de todas partes para recoger la cosecha huían del amontonamiento en las casas de los peones y en las dependencias donde estaban guardadas las máquinas de labranza con los fardos de alfalfa seca.
Todos, desde Ferragut a los últimos marineros, contemplaban como algo propio la ciudad que iba asomando en el fondo de la bahía, sus bosques de mástiles y su amontonamiento de edificios grises, sobre los cuales brillaban las cúpulas bizantinas de la nueva catedral.
Entre el ramaje verde asomaba el extremo de algo semejante a una viga gris, otras veces, esta aparición emergía de un amontonamiento de troncos secos.
Apuntábanse las filas de gemelos a lo largo de la borda, y en el redondel de sus oculares aparecía un amontonamiento de rocas flanqueado por otras sueltas en forma de islotes, pedruscos negros, rugosos, que recordaban la piel de los paquidermos, y en torno de los cuales levantaba la resaca enormes rociadas de espuma.
Una espesa cortina de álamos cerraba la plazoleta formada por el camino al ensancharse ante el amontonamiento de viejos tejados, paredes agrietadas y negros ventanucos del molino, fábrica antigua y ruinosa, montada sobre la acequia y apoyada en dos gruesos machones, por entre los cuales caía la corriente en espumosa cascada.
De pronto, entre el amontonamiento de vehículos, surgió uno que fue a detenerse cerca de la anciana.
La Musa de la Noche sabe la cifra del amor, del dolor y del misterio, y me inicia en sus ritos sobrehumanos, mientras los otros hombres—los hombres sanos que viven de día—duermen en un grotesco amontonamiento de carnaza, como cansadas bestias sin horizontes en el pensamiento.
Golpeó el gong, y un muchachito morisco, descalzo, corrió sobre las esteras hacia la mesa, recibió el duro assani, presto como un galgo le trajo el vuelto, y pronto Fernando se encontró bajo las techadas callejuelas caminando al lado de su misterioso compañero, que, a pesar de gastar una magnífica chilaba, no se recataba de pasar al lado de grasientas tiendas donde hervían pescado día y noche, y puestos de té verde, donde en amontonamiento bestial se hacinaban piojosos campesinos descalzos.
Tres mujeres vestidas de negro ascendieron a él entre el amontonamiento que en ese instante salía de la función.
Y todos guardaban sumisamente, como domeñados, el momento de llegar a la ventanilla de préstamos para obtener lo que tanto ansiaban, a costa del sacrificio de ver perderse entre el amontonamiento de objetos, lo que tal vez era muy preciado y por lo cual les sería adjudicada alguna miserable cantidad.
Por dentro la casa era un amontonamiento de antigüedades, entre las que destacaban por su belleza, dos decimonónicos pianos negros de cola, convertidos en grisáceos por el polvo que los cubría.
En las extensas piezas, junto a las ventanas abarrotadas, por donde entraba el fresco matinal renovando el ambiente cargado por el vaho del amontonamiento de la carne, formábanse los grupos, las tertulias de la desgracia, buscándose los hombres por la identidad de sus hechos: los delincuentes por sangre eran los más, inspirando confianza y simpatía con sus rostros enérgicos, sus ademanes resueltos y su expresión de pundonor salvaje, los ladrones, recelosos, solapados, con sonrisa hipócrita, entre unos y otros, cabezas con todos los signos de la locura o la imbecilidad, criminales instintivos, de mirada verdosa y vaga, frente deprimida y labios delgados fruncidos por cierta expresión de desdén, testas de labriego extremadamente rapadas, con las enormes orejas despegadas del cráneo, peinados aceitosos con los bucles hasta las cejas, enormes mandíbulas, de esas que sólo se encuentran en las especies feroces inferiores al hombre, blusas rotas y zurcidas, pantalones deshilachados y muchos pies gastando la dura piel sobre los rojos ladrillos.
Era como si un amontonamiento de imágenes jamás presentidas me rodeara tratando de hacerme caer.
Los hombres venidos de todas partes para recoger la cosecha huían del amontonamiento en las casas de los peones y en las dependencias donde estaban guardadas las máquinas de labranza con los fardos de alfalfa seca.
Al desfilar por él las naves pudieron distinguir el bullicioso y agitado amontonamiento de gentes que había en las riberas.
Y sumergió su cuerpo amorosamente en medio de aquel amontonamiento de oro, en tanto que, a la luz de la antorcha, la sala blanca y azul unía el resplandor de sus paredes milagrosas a las fulgurantes chispas y las llamaradas gloriosas que escapábanse del seno de aquel incendio frío.
Inquiriendo sobre la causa, decía que no la había encontrado, ni quien se la declarase, pues si bien en las guerras civiles, cuando llega el momento de una derrota, es preciso que mueran muchos más, por no hacerse cautivos, porque no hay para qué guardar a los que se cogen, para aquel amontonamiento y hacinamiento no hay ninguna causa racional y probable.
Esto mismo sucedió entonces a Tacio con Tarpeya, porque mandó a todos los Sabinos que tuviesen en memoria lo convenido con aquella, y ninguno la defraudase de lo que llevaran en la mano izquierda, y él fue el primero que al tiempo de quitarse el brazalete dejó también caer el escudo, y haciendo lo mismo todos, cargada de oro y abrumada de escudos, el peso y el amontonamiento la acabaron.
Nada de amontonamiento de inútiles detalles, en que todos los planos tienen igual valor.
Después de aquella noche del baile, origen de aquel amontonamiento social en que vivían cómicos, alemanes y gente de su casa, su Emma, el tío, él mismo, después de aquella noche en que él, si no fuera enemigo de admitir intervención directa, en sus asuntos, de lo sobrenatural, hubiera visto la mano de la Providencia, la revelación del destino, ¿había estado a la altura ideal de las grandes cosas que había soñado? No, de ningún modo.
Un amontonamiento de niebla, sinuosamente extendida sobre el campo, acusó la presencia del río.
A aquella hora asomaban en «las piezas» las galoneadas gorras de los empleados, saludados con el respeto que inspira la autoridad donde impera la fuerza, pasaban los cabos, vergajo al puño, con sus birretes blancos escasos de tela, como de cocinero de barco pobre, y comenzaban los «quinceneros» la limpieza de la casa, la descomunal batalla contra la mugre y la miseria que aquel amontonamiento de robustez inútil dejaba como rastro de vida al agitarse dentro del sombrío edificio.

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