Ejemplos con amanerado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Es una de las obras más conocidas de Botticelli, por su gran eficacia y la calidad de una pintura excelente, si bien ha podido influir en la percepción vulgar del artista como pintor amanerado y un poco insulso.
en que con un tono instruido, aunque algo amanerado, procura instruir a los fieles en las verdades del catolicismo.
A partir de las obras escritas para él se puede deducir que el actor debía ser amanerado y jugar con la ambigüedad, lo que precisamente le daba tanto éxito.
La característica física de Sparrow es un ligero balanceo de borracho, acompañado de un habla farfullada, muecas extravagantes y unas sacudidas de mano que lo hacen parecer desequilibrado y amanerado.
voz de amanerado: ¡Ay, esta grasa no se quita!.
También se sumó el comediante Coco Silly que da La Catedra del Macho es decir como se deben comportar los hombres, en varias oportunidades intento conquistar a Mariana llevandole flores, un coro y hasta un picnic y por último Freddo el amanerado y bailarin barman de la barra de tragos que simula estar enamoradode Mariana y ser bisexual.
Más tarde, Homer visita a Marge, pero su encuentro termina mal y la familia nota el nuevo Homer más amanerado.
Desde hacía años se había cuestionado la orientación sexual del infante, abiertamente amanerado y al que el populacho madrileño llamaba el rey de los maricas.
Tras el asesinato de un joven homosexual, el Capitán Wilkens, idea que el mujeriego Sargento Benson y el amanerado policía Fred Kerwin que está dentro del armario, se hagan pasar por pareja de amantes para investigar dicho asesinato, de manera que se infiltren en los ambientes frecuentados por la víctima.
Macaroni, en la Inglaterra de mediados del siglo XVIII, designaba al hombre obsesionado con la moda que vestía y hablaba de un modo amanerado.
Su estilo es un poco amanerado, poco natural, didáctico por parecer erudito conocedor de la Historia y Mitología y el deseo de presentar comparaciones y recuerdos mata el afecto y el sentimiento que es el alma de la elegía.
No quiere esto decir que Juan Ramón Jiménez sea amanerado y difícil, al contrario, nadie más sencillo y puro.
Lo convencional, lo falso, lo amanerado no es doctrina de ninguna escuela, sino práctica funesta y viciosa de muchos artistas, que pueden caer en ella hasta por el camino del naturalismo.
Por segunda vez iba a darse por terminado el asunto, cuando pidió la palabra un hombre joven, rechoncho, de escasa frente, pero de mucha cara, abultado de pecho, ancho de espaldas, muy atusado de pelo y crespo de bigote, grueso de manos y amanerado en el vestir.
Henos aquí, mi buen Fernando, en presencia del fenómeno histórico que singulariza a la España de nuestros días, y perdona que tome este tonillo cargante y este amanerado estilo de discurso para señalarte el dicho fenómeno.
En la brega perdió la amistad de sus dos más ardientes defensores, Istúriz y Alcalá Galiano, en quienes ya, desde Diciembre, se columbraban las ganitas de formar rancho aparte, juego escénico que ha llegado a constituir el resorte más rutinario y más amanerado de nuestra fastidiosa comedia política.
Pero no se sabe cómo se las componía, que siempre estaba , y se lamentaba con amanerado pesimismo de su pícara suerte.
¿Quién será el juglar de este escenario amanerado? Pues el agua.
El pincel más amanerado nos servirá para apuntar, oscilando sobre esta multitud de cabezas, como las llamas de Pentecostés, los pompones de los militares, y si hubiera tiempo y lienzo, pondríamos en último término, con tintas graciosas, un zaguanete de alabarderos, que, semejante a un ejército de zarzuela, pasa por el jardín precedido de su música de tambor y pífanos.
Pero lejos de considerar a Glauben como anticuado, estudiantes y profesores asistían a su cátedra, o leían sus artículos, con atención, con profunde interés, y más bien se caía al principio en la tentación de tacharle de amanerado, de demasiado innovador y revolucionario en filosofía, de amigo de encontrar caminos sin huellas, esto al principio, porque a las pocas conferencias se advertía que Glauben era todo sinceridad, que tenía en la cabeza un corazón, y que buscando con rigorosa lógica aquella idea de paternidad celestial, como explicación única racional del mundo, exponía la historia de su amor, el supremo anhelo de su existencia.
El amanerado imitador de los prerrafaelistas no hizo.
El irresistible atractivo que de ella nace, y que en otro tiempo esparcían las mujeres alrededor de sí, como la llama su brillo y las flores su perfume, se lo debían a los hombres, que aborrecían cuanto era afectado y supuesto, amanerado y estudiado, anatematizándolo bien y varonilmente con la despreciativa voz de monada.
Os llama la atención otro prójimo amanerado, que en el paseo no saluda a nadie con desembarazo: pues no dudéis en asegurar que no tiene entrada en la Guantería.
Han visto ustedes el panteón, de severa arquitectura románica, sublime en su desnudez, han visto el claustro, ojival puro, han recorrido las galerías de la bóveda, de un gótico sobrio y nada amanerado, han visitado la cripta llamada Capilla Santa de reliquias, y han podido ver un trasunto de las primitivas iglesias cristianas, en el coro han saboreado primores del relieve, si no de un Berruguete, de un Palma Artela, desconocido, pero sublime artífice, en el retablo de la Capilla mayor han admirado y gustado con delicia los arranques geniales, sí, geniales puedo decir, del cincel de un Grijalte, y reasumiendo, en toda la Santa Basílica han podido corroborar la idea de que este templo es obra de arte severo, puro, sencillo, delicado.
Empero aquí, señores, forzoso es confesarlo, el mal gusto desbordado, la hinchazón, la redundancia se han dado cita para labrar estas piedras en las que lo amanerado va de la mano con lo extravagante, lo recargado con lo deforme.
Considérese, pues, mi pasmo, al oírle decir, apenas estuvimos solos, con su amanerado y académico lenguaje, o, mejor dicho, prosodia:.
El Quin ocultaba sus gracias, su gran ingenio, pero se esmeraba en las artes de la buena conducta, era leal, discreto en el trato, varonil, hasta donde puede serlo un perro, en su fidelidad al regimiento no había nada de amanerado, de comedia.
¡No pudo! Pareció amanerado, inferior al modelo.
Este tipo amanerado ha desaparecido, y en prueba de ello ahí tienes a mi suegro, que es honrado, franco, liberal, y además guapo, simpático, amabilísimo y de agradable trato.

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