Ejemplos con aléjate

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Dinero rápido: Ayuda a Snake con su ayuda comunitariay destruye el auto armado y aléjate del jefe Wiggum.
Armas de delincuencia masiva: Colecta las dinamitas alrededor del centro de Springfield antes que le tiempo se acabe y aléjate del Jefe Wiggum.
Aléjate de la maldad! Tu obtendrás nada de Bófi.
Explota a los cinco segundos de tirarla, aléjate después de soltarla.
Aléjate con todas las mentiras viejas de que te han atiborrado el cráneo ¡ignorante!.
Aléjate en tu buque, como los héroes de las leyendas, ya no nos veremos más.
Ponte en el exacto punto de mira, y aléjate del sentimentalismo, que te alteraría las líneas y color de los objetos.
Luego ofreció los tres dinares a la vieja, y le dijo: ¡Toma, tía mía, los tres dinares que creo se han caído de tu jarra! Ella contestó: ¡Aléjate de mí con ese dinero! ¡No, nunca fui de las que se ocupan de las cosas mundanas! ¡Puedes guardarte ese dinero y mejorarte con él un poco la existencia, resarciéndote de los salarios que te debe el emir! Entonces el portero alzó los brazos, y exclamó: ¡Loores a Alah por su ayuda! ¡He ahí una revelación!.
::¡Pero aléjate del contacto del hombre vil, de alma vil, de extracción vil, porque siempre verás que el hombre vil ha nacido de padre vil!.
aléjate, que el ánimo comienza a faltarme, y no quiero que otros ojos que los tuyos miren mi debilidad.
¡Asesino de Enrique, aléjate, huye, o te doy mi maldición!.
Aléjate de mí para siempre.
Camina toda la noche, haz de modo que tus huellas no se puedan seguir fácilmente: ¡ojalá pudieras pisar como los genios o los ángeles, que ni hacen ruido ni ajan la yerba! Mañana no malogres la luz del sol, y sigue andando, acércate unas veces a la orilla del Palora, otras aléjate de ella, otras pasa a nado a la opuesta margen, y andando sin descansar puedes caer en Andoas en cuatro soles y cuatro noches, o quizás antes.
Ponte en el exacto punto de mira, y aléjate del sentimentalismo, que te alteraría las líneas y color de los objetos.
Pero el anciano exclamó: ¡Oh tentadora del infierno, aléjate! ¡Déjame entregarme a la adoración de Aquel que no muere!.
Al oír estas invocaciones, y al ver a aquella santa vieja vestida como los sufis pordioseros, todas las mujeres del barrio acudieron a besar la orla de su hábito y a pedirle su bendición, y pensó la joven esposa del emir Azote-de-las-Calles: ¡Alah nos concederá sus gracias por intercesión de esa santa vieja! Y con los ojos húmedos de emoción, la joven llamó a su servidora y le dijo: Ve a buscar a nuestro portero el jeique Abu-Alí, bésale la mano, y dile: ¡Mi ama Khatún te ruega que dejes entrar en nuestra casa a esa santa vieja, con el fin de que obtenga para nosotros los favores de Alah! Y la servidora bajó en busca del portero y le besó la mano, y le dijo: ¡Oh jeique Abu-Alí! mi ama Khatún te dice: ¡Deja entrar en nuestra casa a esa santa vieja, con el fin de que obtenga para nosotros los favores de Alah! ¡Y quizá su bendición se extienda sobre todos nosotros! Entonces se acercó el portero a la vieja y quiso primeramente besarle la mano, pero ella retrocedió con viveza y se lo impidió, diciendo: ¡Aléjate de mí! ¡Tú que rezas tus plegarias sin abluciones, como todos los criados, me mancharías con tu contacto impuro y haría nula y vana mi ablución! Alah te libre de tu servidumbre, ¡oh portero Abu-Alí! porque te distinguen los santos de Alah y los walíes.
¡Devuélveme mi manto y te prometo salir del agua para distraerme contigo, y hasta te dejaré que me acaricies y me beses cuanto quieras! Yo dije: ¡Oh, luz de mis ojos, eh dueña mía, oh soberana de belleza, oh fruto de mi hígado! ¡Si te devolviera tu manto, sería como darme la muerte con mi propia mano! ¡No puedo, pues, hacerlo, por lo menos mientras no llegue mi amigo el jeique, gobernador de las aves! Ella me dijo: Entonces, puesto que no cogiste más que mi manto, aléjate un poco y vuelve la cabeza a otro lado para dejarme salir del baño y dar tiempo a que se cubran mis hermanas, ¡y para ocultar lo más esencial, me prestarán ellas entonces algunas de sus plumas! Yo dije: ¡Eso sí, puedo hacerlo! Y me alejé y me puse detrás del trono de rubí.
¡Aléjate! Unos pocos días felices son mucho en el destino humano.
Aléjate, ve a correr sobre el sendero que se alza ante ti y no pretendas mirar los abismos que cubre.
-En cuanto a ti, niña -añadió, suavizando con una expresión de piedad el fulgor de sus ojos-, no te diré: vete en paz, porque desde hoy la paz habrá huido de tu alma, pero sí te digo: aléjate y no vuelvas, porque la sombra que quieres iluminar, oculta abismos que te darán el vértigo del espanto.
¡Por SAMAEL SABAOTH, y en nombre de ELOHIM GIBOR, aléjate Andramelek!.
Aléjate de ciertas compañías.

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