Ejemplos con alocución

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Durante la reunión, el líder de la delegación filipina ante las Naciones Unidas, Lorenzo Sumulong, había hecho la siguiente alocución, en referencia a la política exterior soviética durante esa época de Guerra Fría.
El General John Adams Dix presentó el retrato acompañado de un pergamino, con una breve alocución en la que se expresaba la esperanza de una mayor unión entre Estados Unidos y Rusia.
Otra de sus formas consiste en expresar ideas y pensamientos fuera de la lógica racional, como en la alocución:.
Chávez fue arrestado y privado de su libertad por fuerzas de seguridad de la DISIP, aunque poco antes se le dio la oportunidad de dirigirse al país en una alocución transmitida ante los medios de comunicación, en donde asumía la responsabilidad del alzamiento, y ordenaba a los insurgentes que aún luchaban en Aragua y Valencia que se rindieran para evitar mayores derramamientos de sangre, a la vez que pedía a sus partidarios deponer las armas.
Por último, en una de las historias más irónicas de la serie, el Presidente intenta grabar su alocución en la radio, necesitando más de una docena de tomas.
En una alocución dirigida al grupo por el capitán Claude Cumberlege, les explicó que el buque, no podía retrasar su partida, debido al apretado horario, tras lo cual, los marineros, se dispersaron descontentos, pero voluntariamente, aunque cuando se dieron las ordenes de partir, se descubrió que los fogoneros, habían abandonado sus puesto, evitando con ello la salida del HMAS.
Inmediatamente inició su alocución, Sanz llamó al Vicepresidente Julio Cobos a que presidiera la sesión.
En otra parte de su alocución y refiriéndose a los males de la Nación, el varón de Cuatrociénegas expresa: La imaginación no puede figurarse el sinnúmero de amparos por consignación al servicio de las armas, ni contra arbitrariedades de los jefes políticos, que fueron, más que los encargados de mantener el orden, los verdugos del individuo y la sociedad.
También destacó la actitud del presidente de la Generalidad de Cataluña, Jordi Pujol, quien poco antes de las diez de la noche transmitía a toda España por las emisoras de Radio Nacional y Radio Exterior una alocución donde llamaba a la tranquilidad.
Al final de su alocución fue muy aplaudida, marcando un hito en la historia del feminismo peruano.
La breve alocución de Gallieni al encargarse de la defensa de París la hacía suya.
Leí la expresiva alocución que dirigió a las Milicias Republicanas y a la guarnición de Madrid, felicitándolas por su actitud patriótica en los pasados disturbios.
Ni los de la vibrante alocución de Ayala, ni la presencia de Prim y Serrano, saludada en calles y balcones por la frenética multitud, distraían a Santiago Ibero de su melancolía y abatimiento por no haber encontrado en Cádiz la esperada carta de Teresa.
Dos palabras dijo al oficial, mientras el bravo Montes de Oca, con acento firme y sonora voz, dirigía la breve alocución a los granaderos y daba los vivas a Isabel y a Cristina.
Esta alocución del veterano hizo reír a muchos de sus amigos, y casi, casi.
Y en su alocución al Ejército, bien claro lo expresa.
¿Qué hay? dijo este acercándose e interrumpiendo una patriótica y barberil alocución que había comenzado.
«¿Qué hay?» dijo este acercándose e interrumpiendo una patriótica y barberil alocución que había comenzado.
Y esto es tanto más cierto cuanto que no ha mucho vi cierta alocución de usted al pueblo zamorano, y animada como está de sentimientos patrióticos de que yo participo en gran manera, parece mal que personas de iguales opiniones den que decir a los mismos de su partido con desavenencias gramaticales, ni el que usted haya podido redactar mal una real orden prueba nada contra su aptitud para cargos públicos, pues ni yo consideré aquello nunca sino como un descuido, ni yo lo llamé delito ni traición, ni cosa que se le parezca, soy además tan enemigo de cuestiones personales que critiqué la real orden en cuanto a real orden, es decir, en cuanto a acto público del Gobierno, de donde infiero que usted anduvo ligero en descubrirse, pues ninguna importancia tiene a los ojos del público el redactor de una real orden, sino únicamente el Gobierno que la adopta, firma y publica.
Anduvo por los campos en calidad de sublevado días y días, hasta que se le rompieron los zapatos y emigró con otra porción de ilusos, como los llamaba en una alocución el Capitán general de Valencia.
A lo cual contesta el Caballero de Rodas con la siguiente alocución:.
Así concluye la alocución del Caballero de Rodas.
Este axioma se compone de una frase mía, de una alocución de Alfonso Karr y de un verso de lord Byron.
Con todo, levantándole y dándole la diestra, lo encomendó a Tuberón, y reuniendo después fuera de la tienda a sus hijos y yernos, y a los más jóvenes de los que tenían mando, estuvo largo rato pensativo entre sí con gran silencio, tanto, que todos estaban admirados, mas comenzando luego a disertar sobre la fortuna de los sucesos humanos: ¿Habrá hombre- exclamó- que en la presente prosperidad crea que le es dado engreírse y envanecerse de que ha sojuzgado una nación, una ciudad o un reino? La Fortuna, poniéndonos a la vista esta mudanza como un ejemplo en el que todo conquistador contemple la común flaqueza, nos amonesta que nada debemos considerar como estable y seguro, porque ¿cuál será el tiempo en que pueda el hombre vivir confiado, cuando el dominar a los otros obliga a estar más temeroso de la Fortuna, y la idea de que la suerte revuelve y acarrea por veces iguales desastres, ahora a unos y luego a otros, debe infundir recelos al que se huelga como más favorecido? ¿Acaso viendo que la herencia de Alejandro, cuyo poder y dominación llegó al grado más alto que se ha conocido, en menos de una hora la habéis humillado bajo vuestros pies, y que unos reyes, que poco ha imperaban a tantas legiones de infantería y a tantos escuadrones de caballería, reciben ahora la comida y bebida diaria de manos de los enemigos, podéis pensar que vuestras cosas han de tener una consistencia que pueda prevalecer contra el tiempo? ¿No será más razón que, dando de mano a ese orgullo y a esa vanidad de la victoria, reprimáis vuestros ánimos, estando siempre atentos a lo futuro, para ver qué fin prepara el hado a cada uno de vosotros en contrapeso de tamaña felicidad?” Pronunciadas estas y otras semejantes razones, se dice que despidió Emilio a aquellos jóvenes, y que los dejó muy corregidos de su vanagloria y altanería, conteniéndolos como un freno con aquella alocución.
Dos palabras dijo al oficial, mientras el bravo Montes de Oca, con acento firme y sonora voz, dirigía la breve alocución a los granaderos y daba los vivas a Isabel y a Cristina.
Esperar al día siguiente para visitar exteriormente a la capital sarda, era demasiado esperar para nuestro Ferrari, así fue que no bien tomamos alojamiento en el restaurant de la Caccia Reale tomó posesión de nosotros dos, y sin permitirnos quitar un solo grano de polvo que cubría nuestros vestidos, nos sacó a recorrer las brillantes galerías de la calle del Po, nos hizo atravesar los salones dorados del café-palacio que lleva el nombre de San Carlos, inundados de la claridad del gas, y poblados de brillantes mujeres, y, asegurados sin medio de evasión por el uno y otro de sus brazos, mi compañero y yo fuimos conducidos y presentados en muchos círculos de damas, con la siguiente alocución: «Aquí tienen ustedes a los señores doctores americanos D.
Se leyó una alocución patriótica, y después don Carlos, repitiendo el.
Pues bien, esa proposición está condenada por el Soberano Pontífice en las Encíclicas Qui pluribus y Singulari quadam, y en la Alocución Ubi primum.
Pues bien, esta proposición está condenada en las Letras Apostólicas Multiplices inter, y en la Alocución Maxima quidem.
la alocución del señor Wopsle había algo realmente notable, no a causa de antiguas asociaciones, según.

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