Ejemplos con almacenes

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los almacenes, vacíos y sonoros como naves de catedral, exhalaban aún los fuertes olores de los géneros que habían guardado en tiempo de paz: vainilla, canela, rollos de cuero, nitratos y fosfatos para abonos químicos.
A estas horas, muchas amigas suyas debían andar por las inmediaciones, a causa de la proximidad de los grandes almacenes Buscaron el refugio de una esquina del monumento, metiéndose entre éste y la.
Las modistillas, al salir de los obradores, y las señoras, de vuelta de los almacenes, lo atravesaban para ganar terreno.
Además, podían atravesar el jardín algunas de las personas amigas que una hora antes había entrevisto en la muchedumbre que llenaba los grandes almacenes próximos.
Y Desnoyers se veía consultado por ellas en materias de elegancia cada vez que encargaban algo a los almacenes de ropas hechas de Buenos Aires.
Los almacenes de comestibles se veían asediados por las mujeres, que hacían acopio de alimentos rancios a precios exorbitantes, para guardarlos en sus casas.
Tal vez esta retirada comprendía únicamente los hospitales, los almacenes, todo lo que se estaciona a espaldas de un ejército.
Mostraban los proyectiles los sirvientes de las piezas: grandes cilindros ojivales extraídos de los almacenes subterráneos.
Las bóvedas y paredes estaban tapizadas con cretona de los almacenes de París.
Estos almacenes, llamados abrigos , eran profundas madrigueras, pozos oblicuos reforzados con sacos de tierra y maderos.
¡Lástima que no estemos en los tiempos heroicos y románticos, cuando Lord Byron y Espronceda cantaban el pirata! Sublevábamos usted y yo a la gente de tercera, echábamos al mar al capital y a todos los tripulantes, desembarcábamos en una isla a los pasajeros serios, destapábamos los miles de botellas y toneles que hay en los almacenes, y nos íbamos ya se vería adonde, con todas las mozas rubias, polacas y vienesas de la compañía de opereta que viene abajo.
Grandes salones, un café igual a los de las ciudades, comedores en los que caben cientos de personas, largos y complicados pasillos, lo mismo que en los hoteles, dormitorios de alta numeración, almacenes, músicas, y la gente formando clases separadas, estableciendo divisiones sociales, lo mismo que si estuviéramos en tierra.
Pasó por fin la última , la , donde iba la gente de trueno, más atroz en sus obsequios y tenaz en proporcionar ganancias a los almacenes de cristales, y la calma se restableció en la plaza, comenzando a aclararse el gentío.
Ella inició el sacrílego comercio, que ya ha trascendido hasta nosotros, de las , y vende en las avenidas del Cementerio del ! ¡Allí encontraréis epitafios de padres a hijos y de esposas a esposos, a cinco francos el lamento! Cuando perdáis un pedazo de vuestro corazón, ya no tendréis que llorarlo, sino que iréis a aquellos almacenes de sensibilidad y diréis al mercader de lágrimas:— Deme usted una corona de , o una lápida de.
Después bajó, y al llegar a los Almacenes de la Villa, otra vez para arriba.
Al llegar junto a los almacenes de la Villa, pasó junto a varios chicos, barrenderos, que estaban sentados en sus carretillas con las escobas en la mano.
Aquella noche no ocurrió nada, pero a la tarde siguiente, , fue a buscarle a la botica de Samaniego, y le dijo que Fortunata tenía citas con un señor en una casa del paseo de Santa Engracia, un poquito más arriba de los almacenes de la Villa.
Pasó el joven más allá de los Almacenes de la Villa y examinó las casas de un solo piso alto que allí existen.

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