Ejemplos con ahorran

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Estas medidas ahorran mucho espacio dentro del casco de presión, que es mucho más pesado y requiere mucho más tiempo de fabricación que el ligero.
Algunos investigadores afirman que las pruebas indican que estos algoritmos especiales pierden más tiempo del que ahorran.
Los machos se ahorran el gasto energético que emplearían en una lucha mediante el uso de los sonidos para establecer su posición dominante.
Las políticas, las reglas o los procedimientos que usamos para tomar decisiones programadas nos ahorran tiempo, permitiéndonos con ello dedicar atención a otras actividades más importantes.
Yo he trabajado en el campocontinuó éste, y sé por experiencia que sólo puede emprenderse un negocio con trabajadores de raza blanca o con emigrantes de Europa, que conocen el valor del dinero, ahorran y tienen un concepto exacto de los deberes de la vida.
El mismo, echándola de cortés, sirvió del dulcísimo brebaje con su propia mano a doña Rosa y doña Juana, y habría servido a las demás señoras si Cocco y Meneses, modelos de cortesía, no se le anticipan y le ahorran el trabajo.
Y advertid, hijo, que al soldado mejor le está el oler a pólvora que algalia, y que si la vejez os coge en este honroso ejercicio, aunque sea lleno de heridas y estropeado o cojo, a lo menos no os podrá coger sin honra, y tal, que no os la podrá menoscabar la pobreza, cuanto más, que ya se va dando orden cómo se entretengan y remedien los soldados viejos y estropeados, porque no es bien que se haga con ellos lo que suelen hacer los que ahorran y dan libertad a sus negros cuando ya son viejos y no pueden servir, y, echándolos de casa con título de libres, los hacen esclavos de la hambre, de quien no piensan ahorrarse sino con la muerte.
¡Buenas noches! Aquel cuerpo y aquel alma se ahorran todo lo doloroso y lo ridículo de que la sociedad rodea al que se muere, el pesar verdadero de los que le aman, la hipócrita comedia del dolor de los que le heredan, los falsos consuelos de los que están deseando que expire pronto, ofendidos de su superioridad o envidiosos de su gloria, el entierro oficial, si es un personaje o una celebridad, el olvido inmediato tras de las ceremonias, y la profanación, en fin, de su tumba por la posteridad, encomendada por Dios de castigar al orgulloso que olvida que le dijo al crearle: ''Pulvis es et in pulverem reverteris''.
Pero si no tiene hijos y no le tasan el comedero y el vestidero, y la pompa y la fanfarria, ¡bah!, hasta le ahorran así molestias.
Si explican una materia difícil y abstrusa, también os ahorran mucho tiempo y fatiga.
Estos no se ahorran ni con el más amigo ni con el más compuesto, y es notable que jamás se les ofrece la prontitud en favor sino en sátira, tienen siniestro el ingenio.
Hay amantes lacayuelos, que arden llenos de cintas, otros crinitos como cometas, llenos de cabellos, y otros que en los billetes solos que llevan de sus damas ahorran veinte años de leña a la fábrica de la casa, abrasándose lardeados en ellos.
Y en parte los queremos bien, porque ellos se son diablos para sí y para otros, y nos ahorran de trabajos, y se condenan a sí mismos, y por la mayor parte en vida los más ya andan con marca del infierno, porque el que no se deja arrancar los dientes por dinero, se deja matar hachas en las nalgas o pelar las cejas, y así cuando acá los atormentamos, muchos dellos después de las penas solo echan menos las pagas.

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