Ejemplos con agujereado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Para explicar el trade-off entre igualdad y eficacia, Okun introdujo la metáfora del cubo agujereado, que ha llegado a ser famosa entre economistas: El dinero se debe llevar de los ricos a los pobres en un cubo agujereado.
Consta de una lengüeta simple, un tubo sonoro de madera agujereado en su parte superior e inferior y un pabellón de resonancia constituido por un cuerno.
Llegaron los primeros heridos retirados de la acción, unos por su pie, otros traídos en volandas, y al ver yo que arrojaban en tierra un mísero cuerpo agujereado de balazos por donde se le iba la sangre, al ver que aún tenía vida y que clamaba por conservarla pidiendo con desgarradores ayes auxilio y caridad, sentí que mi corazón cristiano hacia él se iba como las mariposas a la luz.
El estampador era un joven muy aficionado a la charla, hablaba sin ton ni son, escapándose de él el discurso y la palabra como se escapa el aire de un fuelle agujereado.
_Catan-lil_, peñasco agujereado, por una especie de horqueta,.
Tú, Juanillo Taracena, a quien he conocido mocoso y descalzo, con el calzón agujereado por las rodillas, trayendo leña y carbón del monte, tú no eres druida, tú no has cogido el muérdago.
Basta un instante de locura o de cobardía para abrir a nuestro lado un estrecho abismo sin fondo, y para que el universo agujereado pierda su sangre luminosa, y se hunda en la absoluta noche.
” Dicen que el recibimiento del que quería ser admitido a un banquete se hacía de este modo: tomaba en la mano cada uno de los de aquel banquete un trozo de masa, y al pasar el sirviente, que llevaba en la cabeza una vasija, lo echaba en ella como se echan los votos, el que admitía llanamente, pero el que repugnaba, apretándolo bien en la mano, haciendo aquí el mismo efecto el estar aplastado, que en los votos el estar agujereado, y con sólo encontrarse uno así, no lo admitían, porque querían que la reunión fuese con placer de todos.
»A fin lanza su último gemido, da sobre sí mismo la última vuelta, y se hunde, formando en el abismo un círculo inmenso, que gira y gira un instante, se calma poco a poco, y acaba por desvanecerse tan completamente que a los cinco minutos se precisaría el ojo de Dios para buscar en el fondo de las tranquilas aguas el buque agujereado.
¿Quiere decir que anda alrededor de aquella corte, sin poder nunca llegar a ella, como andaban las almas de los paganos cuyas exequias no se habían celebrado, en torno de la barca del viejo Caronte? ¿O padecen los pobres señores el tormento de la garrucha, que, como el lector sabe mejor que nosotros, consistía en colgar al paciente por los brazos, de suerte que tocasen las puntas de sus pies en el suelo al estirarse, pero sin poder nunca descansarlos en él, precisamente en la misma forma que dejó suspendido la pundonorosa Maritornes al hidalgo manchego del agujereado pajar? Nosotros no entendemos de otra manera aquello de andar cerca, y cierto que nos da verdadera lástima y dolor que unos señores de tal categoría se hallen en tan dificultosa posición.

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