Ejemplos con adán

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Según la tradición mística judía el ángel Raziel enseño a Adán y luego a Abraham las leyes del dios creador.
El autor conoce una especulación sobre la ayuda femenina que auxiliará a Adán, pero la desarrolla confusamente.
Eva y Adán hacen esto, y son expulsadas del jardín como en el Génesis, la diferencia está en que aquí el arconte principal es un ser ignorante, celoso y temeroso.
Por otra parte, Adán y Eva, de la misma manera que Sabaoth, uno de los hijos del demiurgo Ialdabaoth, se hacen modelos que alcanza el verdadero conocimiento desobedeciendo a su creador.
Adán Rivera Leal quien después de escuchar a La Rondalla, precisamente durante la serenata que se le llevó con motivo del Día del Maestro, quedó gratamente impresionado y a partir de ese día alentó al grupo a seguir adelante y los apoyó con el camión El Buitre , para las siguientes presentaciones.
Adán Chávez es el mayor de los hijos de Hugo de los Reyes Chávez y Elena Frías de Chávez, ambos maestros de escuela jubilados del pueblo de Sabaneta, estado Barinas.
Ya desterrados, Eva le pregunta a Adán cuanto tiempo puede estar enfadado Dios.
Dios los descubre y luego de ver muerto a su unicornio, destierra a Adán y a Eva.
Un tiempo corto después, Adán ayuda a Eva a volver al Paraíso, cavando un túnel con la ayuda de un castor y un unicornio llamado Gary, quien muere de cansancio.
Marge sueña que ella es Eva, y Homer es Adán.
Así sería Cristo el nuevo Adán.
La audiencia de Caravaggio habría visto el parecido entre el gesto de Jesús conforme apunta a Mateo, y el gesto de Dios al despertar a Adán en la Capilla Sixtina de Miguel Ángel.
Luego se muestra que ella había matado a Adán porque sintió culpa de dejarlo morirse lentamente.
En Saw III se especifica que Amanda había estado trabajando con Jigsaw desde el tiempo de la primera película, y que ella es la secuestradora de uno de los protagonistas de esa película, Adán Faulkner.
Entre ellos se reconoce a Adán y Eva, Judit con la cabeza de Holofernes y algunos ángeles que tocan instrumentos musicales.
El primer en escindirse del cromosoma Y Adán.
¿Qué solterón recalcitrante había de convencerse, en vista de las desdichas que sobre atrajeran sus personales manías y rarezas, o una serie de casualidades novelescas regidas por la mano del autor y no por el curso ordinario de las cosas humanas? tiene de hombre lo bastante para no ser una , en lo demás puede pasar por el de una clase entera, de las más numerosas, por desgracia, entre los hijos de Adán.
Pero tampoco le salía la cuenta, porque se levantaba una figura ruin y mal trajeada, que, con voz de grillo mal emitida, soltaba un aluvión de párrafos enmarañados que nadie se tomaba la molestia de desenredar, o un finchado presuntuoso, que entre período y período de su discurso ponía una eternidad de paseos en corto, estirones de chaleco, montaduras de lente y mares de agua con azúcar, ya un perezoso desaplomado Adán, que parecía las pocas y desmadejadas frases que decía a fuerza de restregarse contra el banco y de tirar de sus bragas hacia arriba, o un mozo encanijado y presumido, que sin ciencia, sin virtudes, sin voz y sin palabra, quería convencer como los sabios y convertir como los justos, ya un osado boquirrubio, cuyo único afán era medir sus fuerzas con las de los del Parlamento, que se guardaban muy bien de replicarle, ya un viejo atrabiliario, cuyos furores causaban risa y cuyos chistes hacían llorar de compasión, ya una especie de cuáquero mugriento, demagogo impenitente, que vociferaba sobre justicia y amor al prójimo, no en nombre de Dios, a quien negaba, blasfemo, sino de una razón que parecía faltarle a él, ya que no a los que en santa calma le escuchaban.
No quise omitir estos pormenores, a fin de que no se crea que Perico era malo, siendo así, que de investigaciones y curiosos datos estadísticos resulta que aún valía más que las dos terceras partes de la prole de Adán.
En un tríptico de rancio y acaramelado marfil, aparecía Eva, magra y desnuda, ofreciendo a Adán la manzana funesta, y la Virgen, en los misterios de su Anunciación y Ascensión, todo trabajado incorrectamente, con ese candor divino del primitivo arte hierático, de los siglos de fe.
Para ellos se cifraba única y exclusivamente en no trabajar, pasar un día y otro redimidos de la dura ley impuesta por Dios a Adán después del pecado.
Y yo, al leerlo, pensaba: ¡Todavía los turcos encuentran armenios que degollar! , y recordaba con cuánta razón, aunque el consuelo aparezca, viniendo del diablo, Mefistófeles adoctrinaba a Fausto diciéndole: En vano un día tras otro amontono torbellinos, huracanes, incendios, volcanes y lluvias, extirpo al hombre, creo extirparlo, de la superficie de la Tierra, ¡pero no lo logro en definitiva, porque aquella maldecida simiente de Adán, jamás perece y siempre germinal, siempre brota, en ancho río, una sangre vigorosa y nueva!.
Eva estaba caída entre los árboles, con sus ropas en desorden, y Adán sobre ella, con un gesto de locura sexual, la cogía los brazos para dominarla, y pegaba la boca a su pecho con tal avidez, que lo mismo podía besar que morder.
En los primeros medallones, Adán y Eva van desnudos como gusanos.
Allí estaba la Valencia, enorme ascua de oro, brillante y luminosa desde la plataforma hasta el casco de la austera matrona que simboliza la gloria de la ciudad, y después, erguidos sobre los pedestales los santos patronos de las otras : San Vicente, con el índice imperioso, afirmando la unidad de Dios, San Miguel, con la espada en alto, enfurecido, amenazando al diablo sin decidirse a pegarle, la Fe, pobre ciega, ofreciendo el cáliz donde se bebe la calma del anulamiento, el Padre Eterno, con sus barbas de lino, mirando con torvo ceño a Adán y Eva, ligeritos de ropa como si presintiesen el verano, sin otra salvaguardia del pudor que el faldellín de hojas, la Virgen, con la vestidura azul y blanca, el pelo suelto, la mirada en el cielo y las manos sobre el pecho, y al final, lo grotesco, lo estrambótico, la bufonada, fiel remedo de la simpatía con que en pasadas épocas se trataban las cosas del infierno, la , Pintón coronado de verdes culebrones, con la roja horquilla en la diestra, y a sus pies, asomando entre guirnaldas de llamas y serpientes, los Pecados capitales, horribles carátulas con lacias y apolilladas greñas, que asustaban a los chicuelos y hacían reír a los grandes.
Adán, echado del paraíso, no miraría de otro modo el bien que perdía.
Sí sería respondió el primo, porque Adán no hay duda sino que tuvo cabeza y cabellos, y, siendo esto así, y siendo el primer hombre del mundo, alguna vez se rascaría.
Dígame, señor, así Dios le dé buena manderecha en la impresión de sus libros: ¿sabríame decir, que sí sabrá, pues todo lo sabe, quién fue el primero que se rascó en la cabeza, que yo para mí tengo que debió de ser nuestro padre Adán?.
Cuando Dios crió a nuestro primero padre en el Paraíso terrenal, dice la Divina Escritura que infundió Dios sueño en Adán, y que, estando durmiendo, le sacó una costilla del lado siniestro, de la cual formó a nuestra madre Eva, y, así como Adán despertó y la miró, dijo: Ésta es carne de mi carne y hueso de mis huesos.

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