Ejemplos con adornada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El tamborilero, con su redondo instrumento acostado en una rodilla, golpeaba el parche cadenciosamente, mientras su compañero soplaba en la larga flauta de madera, adornada con tallas de primitiva rudeza hechas a cuchillo.
Esposas, látigos, calaveras, rosarios y cirios completaban el adorno, abajo ardía una hoguera en torno a un poste con argolla y figuraba una caperuza como un embudo adornada de serpientes, sapos y cabezas cornudas.
Habían entrado en la casa, adornada con sencillez.
Pues estaba la casa adornada con mucho gusto, pues le aseguro a usted que en Madrid se consiguen los imposibles en hubiendo dinero largo.
Volvió Lucía la cabeza, y fijose en las ventanas, cerradas a la sazón, al través de los cuales se veía a intervalos cruzar una figura de mujer provecta, la cabeza adornada con la tradicional coba guipuzcoana, sujeta con dos agujones dorados.
Una esquina adornada con una fuente las ocultó a los pocos pasos.
Vestía una finísima camisa adornada con encajes, según el estilo del país, enaguas de seda de color obscuro, llevaba una pañoleta de seda encarnada sobre el pecho, y se envolvía en un rebozo fino, de seda también, con larguísimos flecos morados.
No oye Sol los cumplimientos que le dicen: no ve la sala que se encorva a su paso, no sabe que la escultura no dio mejor modelo que su cabeza adornada de margaritas, no nota que, sin ser alta, todas parecen bajas cerca de ella.
Subieron la escalera, adornada con imágenes en cada rellano, y entraron en la antigua cámara, transformada en capilla.
Era su gesto favorito, y levantaba con satisfacción la manga, adornada con galones de sargento.
En una especie de rotonda, adornada con antiguas pinturas al fresco, ya del todo desteñida y borradas, abríase una gran puerta de roble con herraje de bronce y bellos tableros de talla.
No quiso Dios, sin embargo, que acabase de manera tan prosaica criatura tan ideal, a la mitad de una gran galería, adornada con plantas exóticas, jaulas de pájaros y curiosidades de todos géneros, salió al encuentro de Villamelón el gran perro de Kamschatka, meneando cariñosamente la cola, y de repente, cual si resonasen en sus oídos aquellos acentos de Otelo:.
Dentro del templo sonaba la música, la multitud, oprimida en la mezquina rotonda, esparcíase por la plaza hasta la fuente, adornada con un ridículo templete que parecía de confitería.
Que mi locura, de la que con la ayuda de Dios he sanado, se me cuente como martirio, pues mis extravíos, ¿qué han sido más que la expresión exterior de las horribles agonías de mi alma? Y para que no quede a nadie ni el menor escrúpulo respecto a mi estado de perfecta cordura, declaro que quiero a mi mujer lo mismo que el día en que la conocí, adoro en ella lo ideal, lo eterno, y la veo, no como era, sino tal y como yo la soñaba y la veía en mi alma, la veo adornada de los atributos más hermosos de la divinidad, reflejándose en ella como en un espejo, la adoro, porque no tendríamos medio de sentir el amor de Dios, si Dios no nos lo diera a conocer figurando que sus atributos se transmiten a un ser de nuestra raza.
Pero, cuando su padre la vio adornada de fiesta y con tantas joyas sobre sí, le dijo en su lengua: ¿Qué es esto, hija, que ayer al anochecer, antes que nos sucediese esta terrible desgracia en que nos vemos, te vi con tus ordinarios y caseros vestidos, y agora, sin que hayas tenido tiempo de vestirte y sin haberte dado alguna nueva alegre de solenizalle con adornarte y pulirte, te veo compuesta con los mejores vestidos que yo supe y pude darte cuando nos fue la ventura más favorable? Respóndeme a esto, que me tiene más suspenso y admirado que la misma desgracia en que me hallo.
Con estos razonamientos, gustosos a todos sino a don Quijote, llegaron a lo alto y entraron a don Quijote en una sala adornada de telas riquísimas de oro y de brocado, seis doncellas le desarmaron y sirvieron de pajes, todas industriadas y advertidas del duque y de la duquesa de lo que habían de hacer, y de cómo habían de tratar a don Quijote, para que imaginase y viese que le trataban como caballero andante.

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