Ejemplos con adoras

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y le dijo: todas estas cosas te daré si, postrándote delante de mí, me adoras.
Confiésame que tú también eres un poco, o un mucho, sacerdotisa de ese dios de los gentiles, que tú también a la calladita adoras al ídolo.
Pero, ¿verdad, Rodolfo mío, que me amas, que me adoras, que sólo vives para mí? ¿No es cierto que me apeno sin motivo y que no tengo razón para estar celosa? Y aun cuando tú quieras a Gabriela o a cualquiera otra, ¡qué me importa! ¡Te amo, y con eso me basta! No soy egoísta, no te quiero porque tú me quieras, te amo, y en amarte cifro toda mi dicha.
Tú le adoras en templos, que aun de día necesitan luz: yo en el fondo de mi conciencia, donde me basta para verle el resplandor de la caridad que Él me inspira.
-Yo sé, Olalla, que me adoras, puesto que no me lo has dicho ni aun con los ojos siquiera, mudas lenguas de amoríos.
-¡Elvira mía! ¿Es verdad que tú me adoras? ¿Podré estar seguro de que jamás me olvidarás?.
que me adoras, porque me parece un sueño oírtelo.
«Si existe ese Dios a quien adoras y me sacrificas -decía un párrafo de la carta del suicida-, ¿por qué siembra de aprobios y de afrentas el único camino por donde puedo buscarle para conocerle y merecerle? O tu Dios no existe o es el mal».
Confiésalo: ¿no es verdad que es muy graciosa? ¿No es verdad que tiene talento? ¿No es verdad que la adoras?.
Tienes un marido que te adora y a quien adoras, un par de chicos que son una gloria y el amor de una hermana modelo, vives entre espíritus simples y buenos como el tuyo.
¡Perro! Gritó don Álvaro, ¿adoras al falso profeta?.
-Satanás se apodera de tu corazón, implora la piedad del Dios que adoras.
adoras a mi Dios, y en eternos lazos nos prodigaremos las caricias.
-Y me adoras, y me juraste salvar al inocente monarca, y el desdichado Inca fue víctima de los hijos del crimen, tus compañeros.
Peruana, la decía el sacerdote, derramaré sobre tu cabeza el agua de la salvación, si juras ante este crucifijo que crees en su eterna omnipotencia, que crees los misterios y artículos de fe, y que adoras su nombre.
Ay, Coya, no amarle es un crimen, es el padre del Dios que tú adoras.
Perdona, ¡oh Coya! mi amor es tan puro, tan santo como esa pompa fúnebre, no ofende al sol que adoras.
Te digo más: y es que tú me adoras.
Si es cierto que me adoras, ¿querrás permitir que la aparte para siempre de tu camino, que quede yo sola, confiada en tu pasión?.
¿No es verdad, Murillo, que estás sonando con la mujer que adoras?.
Viviendo como vives, estás expuesta a mil peligros, y esa maternidad que tanto adoras es un lazo que te une sin quererlo al autor de todas tus desdichas.
¿Adoras a ese niño infeliz que no debió haber nacido? Pues sacrifica a Dios este sentimiento.
Tú le adoras y no le estimas.
Confiésame que tú también eres un poco, o un mucho, sacerdotisa de ese dios de los gentiles, que tú también a la calladita adoras al ídolo.
-¡Tú la adoras! ¡Eso es!.
Toda la virtud de un justo, de un Dios, fue necesaria para resistir la tentación del demonio que desde lo alto de una montaña le decía, mostrándole el mundo: -«Todo esto será tuyo si me adoras».
Si me adoras, daráste lindos verdes,.
¡Vaya si me adoras! Lo mismito que siempre, aun cuando me lo hayas negado si he conseguido hablarte o verte a solas.

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