Ejemplos con adivinó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Valls adivinó una curiosidad suplicante en los ojos de su amigo.
No dijo más el , pero Febrer adivinó las palabras que el buen payés debía haber lanzado contra él.
Febrer los adivinó en la obscuridad por el olor de cáñamo de las alpargatas nuevas y el de lana burda de sus mantones y jaiques.
Jaime oyó pasos furtivos en las habitaciones inmediatas, vio cortinajes que se agitaban levemente, como movidos por suave céfiro, adivinó tras de ellos cuerpos en acecho, ojos que le contemplaban ocultos.
El buen hombre adivinó este olvido en su mirada indecisa.
Al sentir esta estocada al pecho, Simón miró a Juana, Juana miró a Simón, y el señor cura, mirando al uno y a la otra, adivinó lo que, al cabo de un rato y después de sonreír y vacilar mucho, contestó Simón en estas palabras:.
Belarmino, con su clarividencia psicológica, adivinó repentinamente que pretendían sobornarle.
Pero a través de tales atenciones, Ulises adivinó la presencia de un obstáculo inconmovible.
Ferragut adivinó que el pobre telegrafista deseaba gozar las delicias de dicha tranquilidad.
No decían nada, pero el capitán adivinó sus palabras sin sonido Le insultaban.
Adivinó Ferragut que todo lo dicho era para llegar a este ruego final.
Ella adivinó su pensamiento, y la idea de vender estas joyas le produjo una inquietud mayor que los terrores que le infundía el porvenir.
El capitán adivinó que se acordaba de las aventuras de Nápoles y de aquella proposición vergonzosa guardada como un secreto, relacionándolo todo con la nocturna agresión.
Freya adivinó la presencia de algo que encapaba al influjo de sus caricias.
Adivinó en la silenciosa obscuridad algo real que se acercaba.
Adivinó Ulises que la imponente señora había hecho ciertos preparativos de tocador para recibirle.
Ulises, al seguirla, adivinó fija en sus espaldas la mirada recelosa del escribiente.
Pero este pensamiento se reflejó en sus ojos con tal claridad, que ella lo adivinó.
Sus dedos acariciaban en la cara interior un cerrojo enorme, arcaico, que había pertenecido a una puerta mucho más grande, y parecía que iba a desprenderse de la madera por su peso excesivo Ferragut adivinó que este cerrojo iba a gravitar sobre la cuenta de la comida con todo su volumen.
No pudo verle la cara, y sin embargo adivinó que una mala palabra agitaba sus bigotes: la más terrible que puede decirse a una mujer.
Adivinó lo que iba a decir Ferragut, sus protestas de eterna pasión, sus ofrecimientos de unir su vida a la de ella para siempre, y cortó sus palabras con un gesto enérgico.
A través de la risa juguetona con que acompañaba estas palabras, Ferragut adivinó una voluntad firmísima.
El marino adivinó que durante la noche habían hablado de su persona, mientras él, bajo el mismo techo, pugnaba inútilmente antes de dormirse por concentrar sus recuerdos.
Ferragut adivinó una diferencia importante en las edades de las dos.
¿Cómo lo adivinó tan presto Lucía? El entendimiento se aguza en las horas críticas y extraordinarias.
Sardiola adivinó, con su instinto fiel de animal doméstico, y prevínole el deseo.
Adivinó que le hablaban por el movimiento de los labios, pero nada pudo oír.
Bajaron a poco dos damas, vestidas de chulas, con riquísimos mantones de Manila, pañuelos de seda en la cabeza y antifaces de terciopelo color de rosa, en la estrepitosa carcajada que soltó una al entrar en el coche reconoció Currita a Leopoldina Pastor, y en su alta estatura y el aire de dueña con que dio al lacayo la orden, adivinó al punto en la otra a su mortal enemiga, la Mazacán misma.
Jacinta, en tanto, quería llegar a un arreglo ofreciendo la mitad, mas Guillermina, que le adivinó en el semblante sus deseos de conciliación, le impuso silencio, y levantándose, dijo:.
Paréceme que diera el cadí en aquel punto por hallarse en Nicosia toda la esperanza de su gusto: tanta era la confusion en que se hallaba, aunque le quitó presto della el bajel primero, que sin respeto de las banderas de paz ni de lo que a su religion debian, embistieron con el del cadí con tanta furia que estuvo poco en echarle a fondo: luego conoció el cadí los que le acometian, y vió que eran soldados de Nicosia, y adivinó lo que podia ser, y dióse por perdido y muerto, y si no fuera que los soldados se dieron ántes a robar que a matar, ninguno quedara con vida, mas cuando ellos andaban mas encendidos y mas atentos en su robo, dió un turco voces, diciendo:.

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