Ejemplos con aditamentos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El pintaron evolucionó al poder utilizar marcadores con colores vivos, fluorescentes y aditamentos magnéticos en el caso de los pintarrones metálicos, como imanes, reglas y borradores con magneto.
Otro aspecto son los componentes o aditamentos esenciales del teatro sofocleo: el dolor del héroe y su sufrimiento, la presencia del destino el poder de los dioses, el papel del conocimiento humano, el carácter de los protagonistas, etc.
El anteojo es el sistema óptico que permite al operador ver a largas distancia, además de tener otros aditamentos que permiten realizar la taquimetría.
En sus libros, los mayas describen diversas formas de elaborar y perfumar la bebida: más líquido o más espeso, con más o menos espuma, con aditamentos como el chile picante.
Es común que se transformen este tipo de van agregándole todo tipo de aditamentos, como televisores, dvd, stereos, cama, etc.
fueron dándole otro carácter, se le agregaron asientos para seis o siete personas, ventanas en lugar de los paneles traseros de metal, estos aditamentos lograron que un público diferente empezara a interesarse, otra característica es que varias empresas se dedicaban a modificar estos modelos, agregándoles televisores, ventanas más grandes, cama, refrigerador, etc.
La indumentaria de estas danzas consiste generalmente en pañuelos de colores con cascabeles y aditamentos especiales a los diablos de mayor rango como alas negras, espejos, coronas, bastones, zapatos o chinelas de dos tonos entre otros.
El y kan también puede contener trozos de castañas, caquis, azukis enteras endulzadas, higos y batata, entre otros aditamentos.
Dotada de aditamentos entre los siglos XV y XVIII.
La iglesia del Salvador es notable por su torre mudéjar, hecha en el estilo habitual del siglo XIII, hubo de reforzarse con aditamentos de ladrillo en el siglo XIX.
Muchas de sus estatuas estaban caracterizadas por portar ricos aditamentos en el cuerpo.
Aditamentos entre los siglos XV y XVIII.
La madera del arco también puede ser arrastrada sobre la cuerdas, una técnica propiamente llamada col legno tratto, mucho menos común, al punto que la indicación col legno sin aditamentos es entendida unánimemente como battuto.
Las mayores exigencias implantológicas y los continuos avances experimentados en este campo han permitido el desarrollo y el perfeccionamiento de los implantes, aditamentos protésicos y procedimientos quirúrgicos, como las técnicas de regeneración ósea y la manipulación de tejidos blandos, mejorando con ello las condiciones de recepción de los implantes y su posterior mantenimiento.
La forma de trapecio al que se accede por el lado mayor, acentúa el efecto de espacialidad y de profundidad, lo que se nos muestra como un recurso de la arquitectura barroca que, sin embargo, no se manifiesta en ninguno de los signos de este edificio que busca mucho más su identificación con la arquitectura rural, como en la forma en que la cubierta baja hacia el atrio de entrada, en la utilización del ladrillo y los revestimientos pintados de blanco, en la forma de interpretar el claroscuro y los muros limpios sin la presencia de aditamentos que enturbien la limpieza y simplicidad de la construcción, de la que se pretende sacar toda su capacidad expresiva.
En la escultura aparecen las figuras amorfas que cada quien interpreta según su forma de percibirlo, en la danza desaparecen todos los aditamentos y vestuarios clásicos para utilizar de mejor forma la expresión corporal.
No hay ya los aditamentos habituales: parte de un lienzo, la mirada a un eventual modelo, atuendo elegante o deseo de mostrar su personalidad y capacidad como artista y quizá, como intelectual.
Además se incluyen algunos otros aditamentos, como un estandarte real y un genuflectorio.
En el largo zaguán, desde la puerta al patio, me encontré de manos a boca con mi amigo Quintín González, imponente y colosal portero, vestido de casacón colorado, con los aditamentos solemnísimos de tricornio y cachiporra.
Fernando a ponerse guapo y elegante, lo que con tal ropa, y los aditamentos de corbata, calzado, peluquería, etc.
¡Compadre, vaya un cocido! La carne de cebón y los aditamentos cerdosos dábanle poder para resucitar un muerto, tras él llegaba la verdura exquisita, con su indispensable oreja, y , morcilla.
Si con estas esperanzas y aditamentos vos, Sancho, gustáis de volver a servirme, sea en buena hora: que pensar que yo he de sacar de sus términos y quicios la antigua usanza de la caballería andante es pensar en lo escusado.
La iglesia parroquial de Lebeña está pregonando en su estructura, y en los componentes de su estilo visigodo bastardo, que es obra indubitada del siglo de los primeros Ordoños y Alfonsos, y bajo este concepto, la Academia entiende que merece se la conserve con grande esmero, para que, si llegasen tiempos más bonancibles para las artes, pueda algún día ser restituida por medio de una hábil restauración á su interesante forma primitiva, hoy adulterada con modernos aditamentos y retoques hechos sin el menor aprecio de su valor arqueológico.
En cuanto a los polisones ¡ay!, yo, Prometeo Liviano, era el fabricante de aquellos absurdos aditamentos.
Mientras estos dos carruajes daban «el tono» entre una docena de otros harapientos y desvencijados que acudían allí para buscarse la vida, exponiendo la de los infelices viajeros que en ellos se metieran, en el andén de adentro aguardaban, él con camisa limpia, sombrero de copa, levita seria y bastón de manatí, y ellas dos arreadas con los trapos y aditamentos que rigorosamente exigía la moda para aquellos lances y aquellas horas, don Roque Brezales, su mujer y su hija Petra, que, por cierto, estaba muy linda.
¡Dichoso día aquél en que el cervantismo pase y vuelva a reinar el Quijote en la patria literatura, sin enmiendas, reparos ni aditamentos, y su autor perínclito sin habilidades ni misterios! Venga, pues, la inmortal obra sin teologías, náutica ni jurisprudencia, y, sobre todo, sin claves ni itinerarios ni almanaques, venga, en fin, como la hemos conocido los que peinamos ya canas, cuando en ella aprendimos a leer, a pensar y a sentir, que así, al pie de la letra y hasta con las erratas y garrafales descuidos de los primeros impresores, ha sido admirada de todos los hombres y traducida a todas las lenguas, y servido de pedestal a la fama de Cervantes, que ya no cabe en el mundo.
Así nace la fama de esa distinción: pregónanla las bocas de los tertulianos donde quiera que se baila y se cena de balde, y luego en corrillos y cafés, y cátala proverbial en todo el pueblo, y a la dama, autorizada para enmendar la plana a la moda reinante y acreditar caprichosos aditamentos de su invención, como prendas de gusto superfino.
Para que todo sea regular en ella, se llama Regla, sin más aditamentos ni afinaduras en su nombre.
En todas estas damas subsiste aún la esencia de la mujer cordobesa, pero sería menester ahondar y penetrar demasiado para descubrir esa esencia al través de tantos aditamentos extraños y de tantas exterioridades postizas.

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