Ejemplos con acostumbraron

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Fue escandaloso este principio, pero luego todos se acostumbraron a la nueva moda que llegaba de Europa.
Por su voraz apetito y origen acuático, se acostumbraron a la dieta terrícola, extinguiendo a las anchoas, bajo la idea de una más no hará daño.
Los desarrolladores se acostumbraron a su sistema más adelante, así que podían utilizarlo a su máxima capacidad.
El mercado del lino floreció en cuanto los hombres maoríes reconocieron las ventajas del comercio y se acostumbraron a ayudar en la cosecha y confección de la fibra, labor que, hasta entonces, había sido llevada a cabo exclusivamente por mujeres.
Estos primeros pobladores se acostumbraron al Ande y crearon muchos siglos después, las primeras culturas andinas, y posiblemente una de las primeras, fue la del complejo de Piki en Ayacucho.
Se acostumbraron a la hambre, a la sed, al calor, a ejercicios violentos y a carreras largas y penosas,.
Lo sucedido no fue accidental, éso fue una estrategia implementada por los productores para asegurar la mantención y continuidad de su proyecto, y para asegurar al público que Taylor y McInerney todabía estaban presentes en el grupo, sólo que sus posiciones respectivas habían sido cambiadas, donde los fans al final se acostumbraron a ver a Taylor como la sombra de McInerney.
—Y fué que desde aquel encuentro, en que no hubo colision ni agravio alguno, ambos dejaron de considerarse tan extraños y terribles el uno para el otro como en realidad seguian siéndolo, ambos se acostumbraron a verse sin gran sobresalto en la calle o en la Catedral, y ambos llegaron por consecuencia a chocar de frente el dia ménos pensado, en las peores circunstancias que pudo excogitar el infierno para hacerlos de todo punto incompatibles.
Yo me consolaba diciéndome tonterías y resignándome, pues las muchas desgracias que he tenido desde niña y el verme siempre privada de todo lo que más he querido, me acostumbraron a tener mucha paciencia, muchísima.
Se acostumbraron a vagar, una vez terminadas sus lecciones, alrededor del alto muro, para hablar del hermoso jardín que había al otro lado.
Pronto los planetas electos se acostumbraron a sus caricias, a sus ibasivenías, y la aceptaron.
Sin embargo, era tan placentero, que a pesar de la fatiga que les producía en su siste-ma de alumbrado, pronto se acostumbraron a ello y desearon repetirlo una y otra vez, como si las fascinara, así, constantemente.
Lo que pasa es que cuando vivía en la Tierra, antes de que ésta se desbaratara, lo acostumbraron al elogio, considerándolo como genial al compararlo con los demás terrícolas que ya sabemos, aunque sean nuestros ances-tros, distaban mucho de ser lo talentosos que decían.
Los judíos acostumbraron el monopolio de las mujeres por los ricos.
–Lo que no me explico es cómo se acostumbraron a todo aquello.
Insensiblemente, todos los comerciantes del patio se acostumbraron a utilizar los servicios del cingalés, menos Mahomet, que soñando una noche que se estaba haciendo afeitar por el barberillo de Puloli, se despertó sudoroso de terror.
El cuarto estaba al parecer vacío- no conforme sus ojos se acostumbraron a la tenue luz algo se hizo visible en el ángulo más lejano de la pared.
» Pero es cierto que los españoles se acostumbraron muy pronto al uso del chocolate, y hoy en dia ellos y sus descendientes consumen una cantidad incomparablemente mayor que los indígenas puros, que rara vez le usan.
El trabajo es de sí penoso, y luego que los artesanos se dan al ocio, vuelven con gran repugnancia a su tarea antigua, y a la parsimonia en vestir y comer, luego que se acostumbraron a los ensanches del tiempo de la mayordomía.
Las personas de la casa se acostumbraron a aquel nuevo capricho del señor Fauchelevent.
De este modo, a los Atenienses, que todos a su vez servían en las naves y se ocupaban en las cosas de guerra, con los sueldos y a costa de los aliados, los hizo en breve tiempo señores de los que contribuían, porque, como estaban siempre navegando, manejando las armas, mantenidos y ejercitados en las continuas expediciones, se acostumbraron aquellos a temerlos y a obsequiarlos, haciéndose insensiblemente sus tributarios y sus esclavos, en lugar de compañeros.

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