Ejemplos con aconsejaría

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y para más aturdirse, para olvidar la pena que le roía el alma fue más allá de lo que la prudencia aconsejaría a una mujer en su caso.
¿Pero no era discreto y razonable que todas estas cosas se las dijese al propio Santiuste, su amor único desde que vivía? Seguramente, cuando se lo dijera, Santiuste le daría la razón, y le aconsejaría que se dedicase pronto a las funciones de intérprete del verbo de O'Donnell, que era el verbo de Mendizábal.
Seguramente, Valentín le aconsejaría que fuese razonable y se dejara de esperar la venida del Anticristo.
Velarde sintió vergüenza de sí mismo, y la ola misteriosa subió, subió del corazón a los ojos, hasta hacerle llorar, con la cabeza entre las manos, llorar a lágrima viva, llorar también sollozando, con más debilidad que una mujer, con más pavor que un niño ¡Su madre sí que le adoraba! ¡No le aconsejaría ella cruzar un par de tiros, ofendiendo a Dios, ponerse delante de una bala con riesgo de perder la vida, con riesgo de perder el alma! ¡Y se habían pasado ya tres años sin verla! ¡Y estaba tan lejos la santa viejecita! ¡Y acababa él, ingrato y perverso, de dejar pasar cerca de dos meses sin escribir una letra a la pobre anciana!.
Si tuvieras treinta o treinta y cinco años, te aconsejaría que te casaras, pero más vale que te hagas la cuenta de que por reciente providencia judicial o divina, han desaparecido todas las mujeres que hay en el mundo, casadas, solteras y viudas.
Lo primero, le aconsejaría que mirase más a la fama que a la hacienda, porque la buena mujer no alcanza la buena fama solamente con ser buena, sino con parecerlo, que mucho más dañan a las honras de las mujeres las desenvolturas y libertades públicas que las maldades secretas.
-Pues, con permiso del señor canónigo, yo aconsejaría carne cruda, mucha carne a la inglesa.
Le juro a usted que si yo no lo creyera así, le aconsejaría que esta misma noche le descubriera usted la verdad.
-Es que -dijo el Castizo- si la Angustias no tuviera pa costearse una corcheta y la Rosario tuviese una mina en el Perú, yo te aconsejaría lo mismíto porque, tenlo tú mú presente, pa que un hombre sea feliz casándose sa menester que mos quiera nuestra mujer más que nosotros a ella.
Esta es la opinión a que mucho más me inclino, que como viese Leonidas que no se quedaban los aliados de muy buena gana, ni querían en compañía suya acometer aquel peligro, él mismo les aconsejaría que partiesen de allí, diciendo que su honor no le permitía la retirada, y haciendo la cuenta de que con quedarse en su puesto moriría cubierto de una gloria inmortal, y que nunca se borraría la feliz memoria y dicha de Esparta, y así lo pienso por lo que voy a notar.
Todo esto le aconsejaría yo.
Correspondióle Nicágoras con afabilidad, contestándole que traía para el rey caballos hechos a la guerra, Cleómenes se echó a reír: “Y yo te aconsejaría- le dijo- que más bien le trajeras tañedoras de flautas o hermosos mocitos, porque éstas son ahora las cosas de más gusto para el rey” Rióse también Nicágoras por entonces, pero haciendo, al cabo de pocos días, conversación en el campo a Cleómenes, le rogó que le pagara el precio, diciendo que no le incomodaría a no haber sentido bastante pérdida en el despacho del cargamento, y respondiéndole Cleómenes no tener ningún sobrante de su asignación, incomodado Nicágoras, denunció a Sosibio el dicho de Cleómenes.
Tú conociste a tu madre, Augusto, a la excelente doña Soledad, si no, te aconsejaría que te casases.
«Es plomo y no alas lo que es preciso dar al entendimiento», decía Bacon, hoy, ante la triste pesadez de nuestra ciencia, aconsejaría lo contrario.
Y el jeique dijo a Hassán: Hijo mío, ¿sigues siempre decidido a partir y a afrontar los peligros sin número que te esperan? ¿O acaso quieres mejor, como yo te aconsejaría, volver sobre tus pasos y regresar al lado de mis sobrinas las siete princesas, que sabrán consolarte de la pérdida de tu esposa Esplendor?.
-Yo le aconsejaría, don Mauricio, que realizara.
Si fuera usted un patriotero vulgar, parte maciza de ese gran montón de inocentes y de malvados, le aconsejaría que se apartara de tan mala senda, y huyera de tan peligrosa compañía, pero yo sé cómo y por dónde ha ido usted a parar ahí, y el lance de esta noche, que confirma todos mis supuestos de algún tiempo acá, dice bien claro hasta dónde puede usted ir con sus propias fuerzas por ese camino, si no se amedrenta ni se encoge.
-Id con tiento, seor valiente, y sed más comedido al pronunciar ciertas palabras que nunca, sientan bien en labios honrados, y moderad los arranques apasionados de vuestro genio: por mi parte os aconsejaría que trataseis con más respeto ese nombre, acreedor a todo género de consideraciones, si quiera por la alta jerarquía sacerdotal de que se halla investido.
Yo la aconsejaría que cuando saliese de casa con aire se echase unas bolas de bronce o hierro en las mangas, como cuando hay en la mar borrasca que se echan áncoras, porque no se la lleve a otro lugar.
El fraile protestó que sus deberes y la propensión natural de su corazón le hacían mirar como la más sagrada de sus obligaciones el auxiliar a los menesterosos, de cualquiera manera que lo necesitasen y en su mano estuviese el hacerlo, que, en consecuencia, aconsejaría a su penitente lo que mejor le pareciese, y que para exponerse menos a errar, lo pensaría detenidamente aquella noche, y a la siguiente mañana.
Alguien aconsejaría a tan aguanoso y desocupado personaje que se encaminara a la Fuente Nueva o a la del Avellano, a cualquier rico venero, para saciar su sed sin entramparse, pero alguien es un cualquiera que, si por acaso va a misa, sabe qué cura la dice más corta para perder menos tiempo, mientras que el deudor de los doscientos reales -que acaso sean ya cuatrocientos- y de los dos mil quinientos vasos -que en la segunda hipótesis serán cinco mil- es un borracho de ideal, que de fijo va a misa y prefiere la misa mayor, necesita echar un rato de palique con la limpia y guapa aguadora, y meditar delante de un vaso de agua: es la creación secular de una ciudad cruzada por dos ríos, es un río hecho hombre.
¿Qué me aconsejaría usted? Ya ve usted que yo no tuve la culpa.
Si yo tuviera una hermana, la aconsejaría así».
-Sí, amigo mío, lo he dicho -concluí conduciéndolos hasta la puerta y despidiéndolos-, pero le aconsejaría de buena gana que en eso de los periódicos no se fijase mucho, porque ya sabe usted que aquí no los hay siempre.

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