Ejemplos con acompaña

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Febrer, con la rápida visión que acompaña al ahogado y al moribundo en sus últimos instantes, visión en la que se concentran los fugitivos recuerdos de toda la vida anterior, pensó en su juventud, cuando tiraba a la pistola en el jardín de Palma tendido en el suelo y fingiéndose herido, como un ensayo de ilusorios encuentros.
Deteníase de vez en cuando como indecisa, repitiendo los mismos versos tenazmente, hasta que lograba pasar a otros nuevos, lanzando al final de cada estrofa, según costumbre del país, un cloqueo extraño semejante al graznido del pavo real, un gorgorito rudo y estridente como el que acompaña a los cantos de los árabes.
Aquí está: me acompaña a todas partes.
Renegridas, sudorosas, sucias, perdidas en el polvo con sol del mediodía, aún una flaca hermosura recia las acompaña, como un recuerdo seco y duro.
Además, estará allí tu secretario, ese español que te acompaña.
Su nariz vivamente coloreada ya por la Naturaleza, sus ojos torcidos, la ausencia de pestañas, su boca de lobo, la disparatada anchura de sus hombros, el arco de sus piernas y, sobre todo, las muecas grotescas con que se acompaña al hablar o gruñir, provocan la risa, sin más pelucas y afeites.
¡Ahora sí que ha empezado la temporada en la finca! Andar, bien, andar, Ana no puede, pero Petrona la acompaña mucho y Sol, siempre que van Juan y Lucía a pasear por la hacienda, porque entonces ¡qué casualidad! entonces siempre necesita Ana de Sol.
Se injiere en todas las cosas de los humanos, desde las grandes a las insignificantes, interviene en la vida pública y en la íntima, bautiza al que viene al mundo, acompaña al niño a la escuela, monopoliza el amor, declarándolo vergonzoso y abominable cuando no se somete a su bendición, y divide la tierra en dos categorías: la sagrada para el que muere en su seno, y el estercolero al aire libre para el hereje.
Síañadió la mamá, acompaña a Amparito.
Cantemos las alabanzas de ese cuadrado de batista, que nunca se separa de nosotros, que nos acompaña a todas partes, que, como Júpiter y Proteo, adopta todas las formas, pero no en provecho suyo, sino en provecho nuestro, dándonos contínuas muestras de una caridad verdaderamente sublime.
¿Va usted hacia su casa? Pues iremos juntas, porque yo tengo que ir a la calle de Zurita a echarle un réspice a mi herrero, y no hará usted nada demás si me acompaña un poco.
Alargó el brazo como quien acompaña del gesto un vocablo, pero el vocablo, expresión de angustia tal vez, o demanda de socorro, no pudo salir de sus labios.
Pues dicen si la acompaña o no por los caminos.
—Buen remedio, dijo Loaysa, procurad vos tomar las llaves a vuestro amo, y yo os daré un pedazo de cera, donde las imprimiréis de manera que queden señaladas las guardas en la cera, que por la aficion que os he tomado, yo haré que un cerrajero, amigo mio, haga las llaves, y así podré entrar dentro de noche y enseñaros mejor que al Preste Juan de las Indias, porque veo ser gran lástima que se pierda una tal voz como la vuestra, faltándole el arrimo de la guitarra: que quiero que sepais, hermano Luis, que la mejor voz del mundo pierde de sus quilates, cuando no se acompaña con el instrumento, ahora sea de guitarra, o clavicímbano, de órganos o de arpa, pero el que mas a vuestra voz le conviene, es el instrumento de la guitarra, por ser el mas mañero y ménos costoso de los instrumentos.
Vuesas mercedes, señores capitanes, por cortesía, sean servidos de prestarme sesenta escudos, y la señora regenta ochenta, para contentar esta escuadra que me acompaña, porque el abad, de lo que canta yanta, y luego puédense ir su camino libre y desembarazadamente, con un salvoconduto que yo les daré, para que, si toparen otras de algunas escuadras mías que tengo divididas por estos contornos, no les hagan daño, que no es mi intención de agraviar a soldados ni a mujer alguna, especialmente a las que son principales.
El lenguaje puro, el propio, el elegante y claro, está en los discretos cortesanos, aunque hayan nacido en Majalahonda: dije discretos porque hay muchos que no lo son, y la discreción es la gramática del buen lenguaje, que se acompaña con el uso.

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