Ejemplos con acabad

Matando a Gerald: Vuestro castillo está siendo atacado, acabad con los humanos antes de que todo se acabe.

Un camino hacia Hexter: Acabad con los caciques a como de lugar pero ten cuidado pues si jurai muere se acaba todo.

Id todos cuerpo a cuerpo, con la larga lanza o la espada herid y acabad con el fiero enemigo.

Torrijos y los demás jefes liberales que creían que todavía algo podía cambiar la situación en la que se encontraban, solicitaron una hora más de tregua, y acabad ésta, otra media, lo cual, terminó desesperando a González Moreno que no le veía fin a aquello.

Lanzad los venablos, y luego avanzad: derribadlos con vuestros escudos y acabad con ellos con las espadas.

Acabad con todos los internados i acabareis con el mariconismo, I tendreis una nacion de hombres mui hombres.

-Canallas, cobardes verdugos, ¿creéis que tengo miedo a la muerte? Haced fuego de una vez y acabad con nosotros.

Y, por agora, acabad de dar el sí desta diciplina, y creedme que os será de mucho provecho, así para el alma como para el cuerpo: para el alma, por la caridad con que la haréis, para el cuerpo, porque yo sé que sois de complexión sanguínea, y no os podrá hacer daño sacaros un poco de sangre.

Acabad.

-Acabad, madre tornera, -dijo Blanca con su voz de ángel.

-Muy retórico sois, hermano pastelero, acabad de una vez de decirnos quién sois.

Las otras dijeron: ¡Por Alah! ¿y cómo ¡oh Hassán! vas a declarar tu amor a un pájaro del aire? Y mientras Hassán bajaba la cabeza y se ruborizaba más aún, dijo Botón-de-Rosa: ¡Con la palabra, con el ademán y con todo lo consiguiente! Las demás dijeron: ¡Entonces será muy grande el pájaro de nuestro hermano! Botón-de-Rosa, dijo: ¡Es de nuestra estatura! ¡Pero acabad de escucharme! Y añadió: ¡Sabed ¡oh hermanas mías! que el espíritu de los hijos de Adán es muy limitado! Por eso, cuando dejamos aquí completamente solo a nuestro pobre Hassán, como sentía muy oprimido el pecho, empezó a recorrer el palacio para distraerse.

Sois jóvenes valientes, orgullosos a plena luz, fieles en la oscuridad, no hay mal alguno en vigilar sobre uno mismo cuando se vigila tan bien sobre los demás, señores, no he olvidado la noche en que me servisteis de escolta para it al Colombier-Rouge, si hubiera algún peligro que temer en la ruta que voy a seguir os rogaría que me acompañaseis, pero como no lo hay, permaneced donde estáis, acabad vuestras botellas, vuestra partida y vuestra carta.

-¡Acabad, querido, acabad - dijo D'Artagnan-, porque, por mi honor, con vuestra sangre fría me hacéis morir!.

-Acabad, pues, lo que habéis comenzado a decirme.

—¡Llevadme, diablos, a tal y tal parte! ¡Demonios, acabad de llevarme allá!.

-Acabad, señora -contestó doña Beatriz con dolorosa resignación-, que a todo estoy dispuesta.

Aceptad mi gratitud y acabad de obligarme, impidiendo que las máscaras de quienes me habéis libertado, y que veo en lo alto de la calle, intenten perseguirme.

La precipitación, el desorden de vuestra carta, vamos, tranquilizaos, o acabad de espantarme de una vez.

-Acabad vuestra taza de té -le dijo el conde-, pues la historia ha concluido.

Recordad aquellos ochenta mil espectadores que aplaudían, aquellas matronas que conducían allí a sus hijas, y aquellas vestales de blancas manos que hacían con el dedo una encantadora señal que quería decir: «¡Vamos, no haya pereza, acabad con ese hombre que ya está moribundo!».