Ejemplos con aborrecía

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En este periodo el rey trató a Gertrud como una verdadera esclava en la corte, la hacía llamar a horas inauditas para que le cantara y la obligaba aceptar papeles en el teatro que la cantante aborrecía.
El viejo duque y el unigénito, adolescente de veintiún años, pasaban los inviernos en Madrid, ciudad que ella aborrecía, sobre todo por el sol.
Desnoyers, el hombre de los cuatro automóviles, los aborrecía, por ser refractario a los peligros de la novedad, por modestia, y porque necesitaba ir a pie, proporcionando a su cuerpo un ejercicio que compensase la falta de trabajo.
Entraba en la medicación el que Pilar anduvíese a lomos de borrico, a fin de que el trotecillo desigual le sirviera de ejercicio moviendo su sangre, sin causarle fatiga, y aunque la enferma aborrecía con toda su alma semejante cabalgadura, y hasta salir del pueblo iba a pie a costa de arrastrarse trabajosamente, consentía en montar, apenas se hallaba fuera de poblado.
Usted sabedijo confusoque yo estimaba poco la vida digo más, que la aborrecía desde que llegué a entender su vacuidad y cuán inútil carga es para el hombre y ahora, muerta mi madre y sin tener a nadie que sintiera mi falta.
En aquel momento aborrecía al muchacho que esperaba en las oficinas.
El corcovadito la aborrecía de muerte, como a todos cuantos se oponían a sus caprichos y deseos, y a la menor corrección la insultaba con dichos y palabras de taberna.
Verdad que tampoco le aborrecía, y algo íbamos ganando.
¿Creerás lo que te voy a decir? Pues me fui con él por lo mucho que le aborrecía.
Verdad que no acababa de aborrecerla, quiere decirse, que la aborrecía y me gustaba cosa rara, ¿verdad? Ahora seremos amigas, crea usted que seremos amigas ¿Lo duda usted?.
La comarca aborrecía a entrambos, pero Barbacana inspiraba más terror por su genio sombrío.
Su afectuosidad me contrariaba, y cuanto más le aborrecía, más desarmaba él mi cólera a fuerza de atenciones.
La aborrecía antes de saber lo que era.
Yo me desesperaba: yo tenía celos de un fantasma: yo aborrecía al hombre que Amparo amaba.
A este tiempo, llamaron a la puerta, y, preguntando quién llamaba, respondió Sancho Panza que él era, y, apenas le hubo conocido el ama, cuando corrió a esconderse por no verle: tanto le aborrecía.
Que en sueños, mientras dormían juntos, la había visto en brazos de un rival, que él aborrecía mucho, que cuando se despertó, el hombre no estaba allí, pero que él lo veía patente, que lo hirió en el corazón, y que, a un grito de su querida, volvió en si, despertándose del todo, y viendo recién que estaban los dos solos y que su cuchillo se había clavado en el pecho de su bien amada.

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