Ejemplos con abigarrado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El estilo de Goltzius sería más abigarrado que el de Spranger, con un gusto por los ornamentos y las musculaturas exageradas que roza lo bizarro.
Es un pequeño y abigarrado núcleo de gran sabor, en el que se pueden apreciar todas aquellas características, hasta los más pequeños detalles, de la arquitectura tradicional de la zona, sobresaliendo robustos pasadizos, airosas chimeneas troncocónicas, alguna balconada y demás componentes de las casas.
Se encerró en su castillo con un abigarrado montón de pecadores y una incorregible banda de sibaritas, planeando pasar su vida, bebiendo profundamente del cáliz del pecado.
Molduras, ornamento vegetal, medallones, bustos y figurillas de ángeles se distribuyen sin interrupción en todo el abovedamiento, conforme al abigarrado estilo barroco de la primera mitad del siglo XVIII.
Al contrario que la iglesia, la parte exterior de la torre presenta un estilo menos abigarrado aunque sin alejarse demasiado del estilo propio del autor.
De aquí que, entre el abigarrado, multiforme y en ocasiones caprichoso mosaico que componen las comparsas y filaes de las Fiestas de Moros y Cristianos, tenga específica razón de ser y esté justificada plenamente la existencia de un conjunto de labradores.
Su arquitectura es de traza barroca y su abigarrado mobiliario interior responde a diferentes estilos y épocas.
Este último suele ser considerado menos secundario , pero aunque es general la aserción de que puede ser incluido entre los pensadores pampsiquistas, no resulta fácil realizar un resumen de sus puntos de vista, debido a lo peculiar de la terminología que usa y a lo abigarrado de su sistema.
En el abigarrado desfile de las tropas que seguían al general De Gaulle en su entrada oficial en París, observó el público con sorpresa las banderas republicanas españolas que adornaban algunos de los tanques que formaban el cortejo.
Su estilo, marcadamente decorativo, sintonizó con el Renacimiento en boga en Centroeuropa, que fusionaba temas y ornamentos de estirpe italiana con un gusto por lo abigarrado típicamente germánico.
En palabras de Domingo Santos, se trata de un universo abigarrado, variopinto, donde tiene cabida todo, desde las más amplias gestas épicas hasta el devenir cotidiano, pero principalmente un siempre presente sentido de la maravilla y, sobre todo, un gran sentido del humor, a veces patente, a veces soterrado, que es una de las principales constantes de sus autores.
Todo el sistema parasimpático y sistema simpático, de la parte neurovegetativa del sistema nervioso periférico es un enjambre abigarrado de reflejos.
El conjunto es abigarrado y su configuración parece cerrarse sobre sí misma, a modo de anillo concéntrico, estableciendo mecanismos de comunicación entre los edificios a base de galerías y túneles, por medio de los cuales no solamente se relacionan los elementos de una misma casería, sino que también se resuelven las servidumbres de paso al margen de los caminos internos tradicionales, componiendo un peculiar caserío.
Bordone se especializó en obras de tamaño más pequeño, a menudo figuras de medio cuerpo, con semidesnudos siguiendo una temática mitológica o religiosa, y con una característica interacción muscular a pesar del abigarrado espacio.
Manet pinta a este abigarrado grupo con manchas de color.
Apeose la tal de un salto y entró en la basílica seguida del marido y de los jefes que componían su abigarrado séquito.
La muchedumbre militar, en cuya retaguardia iba el mísero poeta y orador Santiuste, marchaba por la población ante un abigarrado gentío.
Conocemos la vida de aquel siglo, por los viajes de los extranjeros, que solían exagerar o mentir, por los documentos de los archivos, que hablan con seca y desabrida elocuencia, por el teatro, en que la imaginación es señora, por la novela picaresca, que sólo resucita tipos de una clase social, por los escritores, que siempre con sentido especialmente devoto, se complacían en censurar las costumbres, describiéndolas de paso, pero los pinceles tercos en esquivar toda representación de cosa vulgar y profana, nos dejaron poquísimos datos referentes a la manera de vivir, los trabajos, oficios, diversiones, casas, habitaciones, muebles y ropas de aquellos caballeros y soldados, clérigos y estudiantes, mercaderes y mendigos, damas y aventureras, cómicas y beatas, dueñas y criadas, cuyo abigarrado conjunto conocemos sólo moralmente, gracias a Cervantes y Quevedo, Tirso y Lope, Zabaleta y Salas Barbadillo, porque los pintores limitados a la representación convencional de lo sagrado despreciaban lo profano.
Engomado, teñido, peinado y reluciente a fuerza de cosméticos, y bailando sobre las puntas de los pies, por no permitirle andar de otra manera el calzado estrechísimo, que le torturaba, sin disimularlos del todo, dos morrocotudos juanetes, entró con grande prisa en la terraza el tío Frasquito, tío universal de toda la Grandeza de España, y de aquellos sus adyacentes de nobles de segundo orden, ricachos de todos cuños, notabilidades políticas y literarias, capigorrones de oficio, aventureros atrevidos y personajes anónimos que forman el de la corte, el abigarrado del gran mundo madrileño.
Las bocas de las tiendas, abiertas entre tanto colgajo, dejaban ver el interior de ellas tan abigarrado como la parte externa, los horteras de bruces en el mostrador, o vareando telas, o charlando.
El caballero, a juzgar por su figura y vestimenta y por el abigarrado aspecto de las tales cargas, parecia juntamente un feriante, un contrabandista y un indiano.
Porque se trataba de una plazoletilla triangular, de irregulares líneas y viejo y abigarrado caserío, donde no había dos balcones iguales, ni dos edificios simétricos, ni monumento alguno bueno ni malo, nada, en fin, que fuese elegante, ordenado, lujoso, o tan siquiera limpio.
Pero el hombre ensimismado lo ve todo, y Rey, fijos los ojos en la oscuridad, miraba cómo se iba desarrollando sobre ella el abigarrado paisaje de sus desgracias.
El reloj, de cuya caja colgaban al descubierto, al parecer, las inmóviles pesas y el voluble péndulo, diciendo perpetuamente que , ocupaba con su abigarrado horario el lugar preeminente entre los sólidos muebles del comedor, completando el ornato de las paredes una serie de láminas francesas que representaban las hazañas del conquistador de Méjico, con prolijas explicaciones al pie, en las cuales se hablaba de un y de una tan inverosímiles como las figuras dibujadas por el ignorante artista.
El abigarrado gentío que poblaba las calles se componía de todas las clases de la sociedad, abundando principalmente la manolería y chispería, hombres y mujeres, viejos y muchachos.
Al pie de uno de los pilares de aquéllos se apoyó María de Regla y se estuvo largo rato contemplando en melancólico silencio el abigarrado y revuelto cuadro del mercado.
Estaba hecho una tempestad en medio de un grupo heterogéneo y abigarrado, aunque se componía exclusivamente de marineros.
La noche se esclareció con el resplandor de millones de luces, y las figuras raras, el abigarrado surgir de muecas, visajes y vuelos de alimañas fantásticas en las faces de las grandes farolas, alborozaron al herido, causándole un transporte de orgullosa locura.

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