Ejemplos con abadesa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Alrededor del citado claustro se sitúan las principales dependencias del convento, dispuestas en sus diferentes alas: la iglesia y el coro bajo, la sacristía interior, la sala capitular, el refectorio y el despacho de la abadesa.
Una reclamación hecha en el siglo IX en una lista de donaciones de la abadía de Gloucester, en la que aparece que Ethelbaldo había apuñalado o golpeado hasta la muerte al pariente de una abadesa mercia también ha contribuido negativamente a su reputación.
En los que los personajes sufren una crisis espiritual y María les ayuda a solucionar el conflicto, como La abadesa encinta.
Lugar , que figura alternativamente en los valles de Mena y de Tudela y Relloso , perteneciente al partido de Laredo, jurisdicciones, resopectivamente de realengo, con alcalde ordinario, y de abadengo ejercida por la abadesa del Convento de Santa Clara de Medina de Pomar.
Tenía la abadesa de San Andrés jurisdicción civil y penal sobre varios pueblos del entorno, actuando como Señora de horca y cuchillo en todas ellas.
De rodillas en un reclinatorio, la abadesa del convento espera al Capellán de la Cofradía de quien recibe la palma que éste ha portado en la procesión y, a continuación, el sacerdote celebra la misa.
Más una abadesa y un jardinero rudo y sudoroso, de la historia Sexo en el altar mayor, de Paula, alumna del taller de escritura de Fonseca.
Las primeras que lo habitaron fueron tres monjas procedentes del Real Monasterio de Santa Clara de Tordesillas siendo su abadesa una Arellano.
A la muerte de la abadesa Amalperga, fue elegida para sucederla en la sede abacial de Brixen.
Preciso es, pues, que toda esta multitud heterogénea encuentre allí alimento que la nutra y que le agrade, y la sana doctrina que paladea con delicia la abadesa en la de cada mes, seria, profunda y devota, es manjar harto sublime para el embotado paladar de aquellos otros que sólo podrán tragar esa misma celestial doctrina, envuelta en una salsa lícitamente profana.
Por cierto, hermano cabrero, que si yo me hallara posibilitado de poder comenzar alguna aventura, que luego luego me pusiera en camino porque vos la tuviérades buena, que yo sacara del monesterio, donde, sin duda alguna, debe de estar contra su voluntad, a Leandra, a pesar de la abadesa y de cuantos quisieran estorbarlo, y os la pusiera en vuestras manos, para que hiciérades della a toda vuestra voluntad y talante, guardando, pero, las leyes de la caballería, que mandan que a ninguna doncella se le sea fecho desaguisado alguno, aunque yo espero en Dios Nuestro Señor que no ha de poder tanto la fuerza de un encantador malicioso, que no pueda más la de otro encantador mejor intencionado, y para entonces os prometo mi favor y ayuda, como me obliga mi profesión, que no es otra si no es favorecer a los desvalidos y menesterosos.

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