Definición de reformarán

Existen varios significados para la palabra Reformarán los podrás ver todos a continuación.

Acepciones de Reformarán como conjugación de reformar

Categoría gramatical: verbo transitivo, verbo pronominal, 2ª persona plural del futuro de indicativo de reformar, verbo transitivo, verbo pronominal, 3ª persona plural del futuro de indicativo de reformar
Categorías gramaticales y tiempos verbales de reformarán explicados

  1. Modificar algo con la intención de mejorarlo
  2. Cambiar el comportamiento de una persona, haciendo que abandone conductas, hábitos, etc., censurables o perjudiciales.
  3. Tomar una forma diferente.
  4. Corregir o enmendar algo.
  5. Arreglar o cambiar una cosa, en general para mejorarla. privar [del ejercicio de un empleo]. cambiar algo para mejorarlo
  6. Volver a formar o hacer una cosa. enmendarse, corregirse en las costumbres o porte.

Ejemplos con la palabra Reformarán

-¿Y para cuándo? -replicó Neluco- son los buenos amigos y los competentes consejeros? ¿En qué ocupación más agradable ni más honrosa podría usted emplearnos?... y perdone la inmodestia con que me sumo con ellos... Y ya que de esto se trata y estoy autorizado por usted para hablarle con franqueza, he de decirle que además de este estudio, del que no puede usted prescindir, hay otra ocupación más del momento todavía, en la que debió de habernos empleado días hace... y no nos ha empleado usted, con gran extrañeza nuestra, con lo cual ha perdido un excelente recurso para matar horas sobrantes... Pensaba yo que, aunque a usted le sobraba el dinero al venir a Tablanca, había de picarle un poco la curiosidad de conocer de vista las haciendas de aquí, heredadas de don Celso, y el organismo, vamos al decir, de los tratos y contratos con sus llevadores, y algo más, a este tenor, que no deja de ofrecer su lado patriarcal, y por ende, interesante y pintoresco para un hombre como usted. Con el pretexto de verlo con los propios ojos, se deja la cárcel que abruma y entristece, se respira el aire libre y se renuevan las ideas y se esparce el ánimo encogido. Con la contemplación de lo visto así, nacen pensamientos que se comunican, por de pronto, con quienes nos rodean, y dan materia abundante para discurrir después si estamos solos, o para departir con interés gustoso si estamos acompañados de amigos que nos quieren bien. La propiedad, por pequeña que sea, tiene esa virtud, y si es recién adquirida, en más alto grado. ¡Figúrese usted si durante estos días en que tan soberanamente se ha aburrido y tan hermoso se ha mostrado el tiempo, nos hubieran faltado motivos de excursiones y temas de conversación y andamiajes de proyectos! Vamos, que parece mentira que ni por instinto de conservación se le haya ocurrido a usted una cosa tan hacedera y conveniente, y haya preferido entregarse atado de pies y manos a las inclemencias de su carcelero. Pero todavía no es tarde para subsanar esta equivocación. Le acompañaremos a usted por esos campos mientras el tiempo lo consienta, veremos y hablaremos lo que a usted le importa ver y de lo que le interesa hablar, continuaremos aquí después las conversaciones de afuera, y se apuntarán o se discutirán y se reformarán cálculos y proyectos. aunque alguna vez resulten castillos en el aire. Esto, por de pronto. Mucho de lo demás, vendrá ello solo a meterse por las puertas de esta casa... Por ejemplo: dentro de pocos días, porque ya estamos en el mes de hacerlo así, verá usted ir llegando la falange de sus colonos y aparceros a pagarle las «rentas» que le deben, unos en maíz, en castañas o en dinero, otros en las tres especies juntas, y algunos con las manos en los bolsillos desocupados, para que usted les provea de lo que más necesitan. Así irá usted conociendo, poco a poco, hasta el pie de que cojean, y descubriendo el camino por donde ha de llegar hasta la entraña misma del misterio... Amén de esto, ¿por qué no ha de volver usted a sus saludables correrías de antes? Ahí está Chisco, más animoso y ufano aún que entonces, porque ha mejorado fortuna, y doblemente apegado a usted por las larguezas que con él ha tenido, ahí está Chorcos suspirando todavía, aunque no tanto como por la hija de Facia, por aquellas aventuras montaraces, y aquellos tragos de licor tan confortantes, y aquellos agasajos tan frecuentes... y aquí estoy yo, finalmente, para cuando quiera disponer de mí, y lo mismo le dirá don Sabas de sí propio, y cada uno de los habitantes de este pueblo... Otro ejemplo más. A la hora menos pensada verá usted retoñar en el campo los preludios de la primavera, hallará la tierra enjuta y salpicada de florecillas esmaltadas, aspirará la fragancia de los montes y de los prados, y quizá se fije en que ya es hora de mover la tierra... pinto el caso, de este huerto, y aun de cultivarle mejor de lo que se ha cultivado hasta hoy, y con esos fines, llama usted a los obreros, hasta por el gusto de pagarles el jornal, y los manda que caven, y según le van obedeciendo, se va usted emborrachando con el olor de la tierra removida, que es el olor de los olores agradables, y piensa en nuevas y variadas plantaciones, y hasta esboza un proyecto de jardín en el rincón más abrigado... Y quien dice mejorar el huerto, dice retejar la casa o reparar sus achaques interiores... en fin, que nunca faltan quehaceres al hombre que se empeña en tenerlos, aunque sea en las soledades de Tablanca... Y ¿para qué se quiere el dinero?
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Errores ortográficos comunes para reformarán


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