Definición de persiguiéndosele

Acepciones de Persiguiéndosele como conjugación de perseguir

Categoría gramatical: verbo transitivo, gerundio de perseguir
Categorías gramaticales y tiempos verbales de persiguiéndosele explicados

  1. Ir tras quien huye para alcanzarlo.
  2. Ir con denuedo tras una cosa o un fin para alcanzarlo.
  3. Ir constantemente tras una persona importunándola.
  4. Buscar permanentemente a una persona para dañarla.
  5. Ocurrirle algo a alguien, presentársele repetidamente, en especial si se trata de algo negativo.
  6. Actuar la justicia contra un delito o una persona.
  7. Tratar de lograr un objetivo difícil de alcanzar.
  8. Seguir a gran velocidad.
  9. Seguir a una persona que huye para cogerla. molestar, dar que padecer [a uno], procurar hacerle daño. seguir a una persona o animal que huye para alcanzarlo
  10. Infligir penas a una creencia u opinión o a sus seguidores.. tratar de conseguir algo con empeño

Ejemplos con la palabra Persiguiéndosele

En este estado de turbación dicen que un ciudadano de la clase de los patricios, muy principal en linaje, de gran opinión en cuanto a su conducta, amigo además de la confianza de Rómulo, de los que vinieron de Alba, llamado Julio Proclo, se presentó en la plaza, y acercándose con juramento a las cosas más sagradas, refirió en público que yendo por la calle se le había aparecido de frente Rómulo, más bello en su presencia y más grande que lo había sido nunca, adornado de armas lustrosas y resplandecientes, a quien, pasmado con su vista, había dicho: “¿Qué te hemos hecho, oh rey, o qué te has propuesto para dejarnos a nosotros entre sospechas injustas y criminales. y a todo el pueblo en orfandad y general desconsuelo?” Y aquel le había respondido: “Los Dioses han dispuesto, oh Proclo, que sólo hayamos permanecido este tiempo entre los hombres, siendo de allá, y que habiendo fundado una ciudad grande en imperio y en gloria, volvamos a ser habitadores del cielo, regocíjate, pues, y di a los Romanos que si ejercitan la templanza y fortaleza, llegarán al colmo del humano poder, y yo, bajo el nombre de Quirino, seré siempre para vosotros un genio tutelar”. Pareció esta relación a los Romanos digna de crédito por la opinión del que la hacía y por el juramento, y además parece que inspiró una cosa parecida al entusiasmo, porque nadie hizo la menor oposición, y apartándose todos de sus sospechas y persecuciones, hicieron plegarias a Quirino y lo invocaron por Dios. Parécese esto a las fábulas que los Griegos nos cuentan sobre lo ocurrido con Aristeas Proconesio y Cleomedes Astupaleo, porque dicen que habiendo muerto Aristeas en un batán, al querer sus deudos recoger su cadáver se les marchó sin saber cómo, y luego dijeron unos que venían de viaje que se habían encontrado con Aristeas camino de Crotona. Cleomedes era un hombre de una corpulencia y una fuerza extraordinarias, pero como fanático y alocado: así hacía mil violencias, y últimamente en una escuela de niños, dando una puñada en la columna que sostenía la obra, la partió por medio, y echó abajo el tejado: perecieron, pues, los niños, y persiguiéndosele en juicio, dícese que se encerró en un arcón grande, llevándose tras sí la tapa, de la que tiraba por adentro, y aunque se juntaron muchos a hacer fuerza para abrirla, no les fue posible, y recurriendo al medio de hacer pedazos el arcón, no le hallaron ni vivo ni muerto, espantados de lo cual enviaron adivinos a Delfos, y la Pitia les dio por respuesta: Sabed que de los héroes el postrero es el Astupaleo Cleomedes. También se cuenta que el cadáver de Alcmena, al llevarla en el féretro, se desapareció, y en su lugar se encontró en aquel una piedra, y a este tenor otras fábulas, queriendo deificar contra toda razón a unos seres por naturaleza mortales, igualándolos con los Dioses. Y como el desconocer la divinidad de la virtud es abominable y feo, así lo más irracional de todo es mezclar el cielo con la tierra. Dejémoslo, pues, ateniéndonos con Píndaro a lo cierto: que el cuerpo de todos está sujeto, a la caduca muerte, pero queda viva una imagen de la eternidad: porque ella sola es de los Dioses, de allá viene, y allá torna, no con el cuerpo, sino cuanto más se aparta y distingue de él, haciéndose del todo pura, incorpórea e inocente, porque el alma seca es la más excelente, según Heráclito, lanzándose fuera del cuerpo como el rayo de la nube. La que se humedece en el cuerpo, y como que se abraza con él, es, a modo de vapor pesado y nebuloso, mala de inflamar y elevarse. Por tanto, no es cosa de que enviemos también al cielo los cuerpos de los buenos, sino que creamos más bien que las virtudes y las almas, por una naturaleza y justicia divina, de los hombres se trasladan a los héroes, de los héroes a los genios, y de éstos, si como en una iniciación se purifican y santifican enteramente, echando de sí todo lo mortal y pasible, no por ley de la ciudad, sino por una razón prudente, se trasladan a los Dioses, habiendo conseguido el fin más glorioso y bienaventurado.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra persiguiéndosele

Errores ortográficos comunes para persiguiéndosele

Palabras más comunes que riman con persiguiéndosele


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Palabras que riman con persiguiéndosele


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