¿Cómo se escribe sensolias?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

La palabra sensolias se escribe con R

La manera correcta de escribirla es SENSORIAS. Puedes ver la definición de sensorias aquí

Las posibles dudas a la hora de escribir una R o una L, vienen dadas porque tanto la letra erre como la letra ele son líquidas, esto es, no hay oclusión del aire, sino que se articulan con el tracto abierto y los posibles obstáculos no impiden la salida del aire.

En algunas regiones hispanohablantes, ambos fonemas se pronuncian de la misma manera, a este echo se le conoce como lambdacismo y normalmente se da en las erres al final de palabra, de esta manera palabras como amor se pronuncian como amol, o dolor como dolol.

Ejemplos con la palabra Sensorias

Sufrí entonces desórdenes extraños de la inteligencia y aberraciones sensorias muy peregrinas, pero nunca llegué, como en este segundo ataque, a confundir la luna con el sol, y la noche con el día.
Cuando esto decía el enano, el Año, tirando de su breva, se envolvía en la fluida humareda gris. Aquella nube fina le adormecía, y sus párpados se cerraban insensiblemente. No veía ya a su alrededor sino algo humoso que borraba los contornos y adquiría la imprecisión de los sueños. Hasta su olfato se figuró que respondía a las sensaciones de la fumadora. Olía a algo tostado, socarrado por el fuego, como si ardiesen maderas aromáticas, impregnadas de barnices y de esencias inflamables. Al principio, el Año no definió bien estas impresiones sensorias, pero iban acentuándose, y ya no era posible atribuirlas al cigarro sólo. Denso ambiente cercaba al Año joven, y, al través, entreveía al barrigudo haciendo gestos y muecas, abriendo anhelosamente la boca, cual pez sacado del agua, y manoteando a modo de quien rechaza y se defiende de un peligro. Y el Año, quieras o no quieras, tuvo que convencerse. Los envolvía un humo, no ingrávido y delicado como el del tabaco exquisito sino denso, asfixiante, que hacía imposible la respiración. El enano acababa de saltar de la mesa -¡clin, clin!- y de correr a la ventana, queriendo abrirla, pero no alcanzaba a la falleba, y cayó al suelo, retorciéndose y murmurando:
Ver ejemplos de oraciones con la palabra sensorias

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