¿Cómo se escribe provocaréiz?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

La palabra provocaréiz se escribe con S

La manera correcta de escribirla es PROVOCARÉIS. Puedes ver la definición de provocaréis aquí

En algunas partes de España y de América se produce el fenómeno del seseo que consiste en pronunciar con el mismo fonema /s/ la letra z y la letra c delante de las vocales "e,i". En estos lugares es fácil que se produzcan equivocaciones y es necesario recurrir al diccionario para solucionarlas.

Hay palabras que pueden escribirse tanto con "s" como con "c o z" sin cambio de significado, las más representativas son: bisnieto/biznieto, bizcocho/biscocho, mezcolanza/mescolanza, pretencioso/pretencioso, verduzco/verdusco

Ejemplos con la palabra Provocaréis

Habiendo ocupado su lugar, “Antes- dijo- me era molesto ¡Oh Romanos! el infortunio de haber perdido la vista, pero ahora me es sensible, como soy ciego, no ser también sordo, para no oír vuestros vergonzosos decretos y resoluciones, con que echáis por tierra la gloria de Roma. Porque ¿dónde está ahora aquella expresión vuestra, celebrada siempre en la mazmorra de todos los hombres, de que si hubiera venido a Italia el mismo Alejandro el Grande, y hubiera entrado en lid con vosotros, todavía jóvenes, o con vuestros padres, que estaban en lo fuerte de la edad, no se le apellidaría ahora invicto, sino que con la fuga o con la muerte habría dado a Roma mayor fama? Estáis dando pruebas de que aquello no fue más que una vana jactancia y fanfarronada, temiendo a los Caonios y Molosos presa siempre de los Macedonios y temblando de Pirro, que nunca ha hecho otra cosa que seguir y obsequiar a uno de los satélites de Alejandro, y en vez de auxiliar allá a los Griegos, por huir de aquellos enemigos, anda errante por la Italia, prometiéndonos el mando de ella con unas fuerzas que no bastaron en sus manos para conservar una pequeña parte de la Macedonia. Ni creáis que lo alejaréis haciéndole vuestro aliado, sino que antes provocaréis a los que os mirarán con desprecio, como fácil conquista de cualquiera, si permitís que Pirro se vaya sin pagar la pena de los insultos que os ha hecho, y antes lleve premio de que se queden riendo de vosotros los Tarentinos y Samnitas”. Dicho esto por Apio, decídense todos por la guerra y despiden a Cineas, intimándole que salga Pirro de la Italia, y entonces, si lo apetece, podrá tratarse de amistad y alianza, pero que mientras se mantenga con las armas en la mano, le harán los Romanos la guerra a todo trance, aun cuando venciere a diez mil Levinos en campaña. Dícese que Cineas, mientras estaba en la negociación, dando pasos y haciendo solicitudes, se dio a observar el método de vida y a conocer el vigor del gobierno, entrando en conferencias con los principales, de todo lo cual dio cuenta a Pirro, añadiéndole que el Senado le había parecido un consejo de muchos reyes, y en cuanto a la muchedumbre, temía que iban a pelear con otra Hidra Lernea, porque el número de soldados reunidos al cónsul era ya doble que antes y éste podía multiplicarse muchas veces con los que todavía quedaban en Roma capaces de llevar las armas.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra provocaréis Provocaréiz o Provocaréis

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