¿Cómo se escribe perzuadáis?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

La palabra perzuadáis se escribe con S

La manera correcta de escribirla es PERSUADÁIS. Puedes ver la definición de persuadáis aquí

En algunas partes de España y de América se produce el fenómeno del seseo que consiste en pronunciar con el mismo fonema /s/ la letra z y la letra c delante de las vocales "e,i". En estos lugares es fácil que se produzcan equivocaciones y es necesario recurrir al diccionario para solucionarlas.

Hay palabras que pueden escribirse tanto con "s" como con "c o z" sin cambio de significado, las más representativas son: bisnieto/biznieto, bizcocho/biscocho, mezcolanza/mescolanza, pretencioso/pretencioso, verduzco/verdusco

Ejemplos con la palabra Persuadáis

Yo os aconsejo pues, que inmediatamente veáis y persuadáis a Romea, que os reconciliéis con él, y tratéis de asegurarlo en vuestro amor y en la virtud, para que forme una misma cosa con vos y sea el marido de vuestra hija.
Situando Agesilao su campo en la provincia sujeta a Farnabazo, no sólo le mantuvo en la mayor abundancia, sino que recogió imponderable riqueza, y adelantándose hasta la Paflagonia atrajo a su amistad al rey de los Paflagonios, Cotis, deseoso de ella por su virtud y su fidelidad. Espitridates, desde que rebelándose a Farnabazo se pasó al partido de Agesilao, marchaba siempre y se acampaba con él, llevando en su compañía a hijo muy hermoso que tenía, llamado Megabatesdel que siendo todavía muy niño se prendó con la mayor pasión Agesilao-, y a una hija doncella, también hermosa, en edad de casarse. Persuadió Agesilao a Cotis que se casase con ella, y recibiendo de él mil caballos y dos mil hombres de tropa ligera se retiró otra vez a la Frigia, donde corría y talaba la provincia de Farnabazo, que nunca le esperaba ni fiaba en sus fortalezas, sino que, conduciendo siempre consigo la mayor parte de sus presas y tesoros, andaba huyendo de una parte a otra, mudando continuamente de campamentos, hasta que puesto en su observación Espitridates, que llevaba consigo al espartano Herípidas, le tomó el campamento y se apoderó de toda su riqueza. De aquí nació que siendo Herípidas un denunciador rígido de lo que se había tomado, como obligase a los bárbaros a presentarlo, registrándolo e inspeccionándolo él todo, irritó de tal manera a Espitridates, que le obligó a marcharse a Sardis con los Paflagonios, suceso que se dice haber sido a Agesilao sumamente desagradable. Porque además de sentir la Pérdida de un hombre de valor como Espitridates, y de la fuerza que consigo tenía, que no era despreciable, le causaba rubor la nota que le resultaba de avaricia y mezquindad, la que no sólo quería alejar de sí mismo, sino mantener de ella pura a su república. Fuera de estas causas, manifiestas, punzábale también no ligeramente el amor que tenía impreso el joven, sin embargo de que aun estando presente, poniendo en acción su carácter firme, pugnó resueltamente para resistir a todo deseo que desdijese. Así es que en una ocasión, acercándose a él Megabates para saludarle con ósculo, se retiró, y como éste, avergonzado, se contuviese, e hiciese en adelante sus salutaciones desde lejos, pesaroso a su vez y arrepentido Agesilao de haberse hurtado al beso, hizo como que se admiraba de la causa que podía haber habido para que Megabates no presentase ya la boca al saludarle, a lo que: “Tú tienes la culpa- le contestaron sus amigos- no aguardando, sino, antes bien, precaviéndote y temiendo el beso de aquel mozo, pero si tú quieres, él vendrá y te lo dará, bajo la condición de que no has de temerle segunda vez”. Detúvose algún tiempo Agesilao, pensando entre sí y guardando silencio, y después dijo: “Paréceme que no hay necesidad ninguna de que le persuadáis, porque más gusto he tenido en sostener por segunda vez esta misma pelea del beso que en que se me convirtiera en oro cuanto tengo a la vista.” Así se manejó con Megabates mientras estuvo presente, pero después que marchó, al ver hasta qué punto se inflamó, es difícil asegurar que si hubiese regresado y presentándosele hubiera podido hacer igual resistencia a dejarse besar.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra persuadáis

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba