¿Cómo se escribe milésimox?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

La palabra milésimox se escribe con S

La manera correcta de escribirla es MILÉSIMOS. Puedes ver la definición de milésimos aquí

Los problemas que surgen en la ortografía de la letra "x" se producen porque dependiendo del lugar donde se encuentre la letra "x" puede representar el fonema /s/ o bien el fonema /k+s/. Se puede resumir en tres casos:

  • Si se encuentra entre dos vocales o al final de palabra, la letra "x" representará el fonema /k+s/
  • Al final de una sílaba y seguido de consonante, por ejemplo en la palabra expulsar que se separa en sílabas: ex-pul-sar. En este caso dependiendo de la zona se pronuncia como /s/ o como /k+s/
  • Al inicio de palabra siempre debe pronunciarse como /s/

Hay Palabras que pueden escribirse de manera correcta tanto con la letra "s" como con la letra "x": espoliar/expoliar, escusado/excusado, mistificar/mixtificar.

Ejemplos con la palabra Milésimos

CAPÍTULO LXVII. -Pero dime, te lo ruego, Cayo: ¿cómo no ha sido de los nuestros Fortunata? -¿Y cómo? Tú la conoces, respondió Trimalcio, sin haber guardado el servicio y haber distribuido a los esclavos los postres de la cena, ella no es capaz de sentarse tranquilamente a beber un vaso de agua. -Ya lo sé, pero si no se pone en seguida a la mesa, me retiro-. Y, en efecto, ya hizo un movimiento para levantarse, cuando, a una seña de su señor, tres o cuatro esclavos salieron buscando a Fortunata en distintas direcciones. Llegó ésta, vestida con una ligera túnica de color de cereza, levantada y sujeta de un lado por un cinturón verde pálido, y que dejaba ver sus ligas de oro y sus muslos, cubiertos de bordados del mismo metal. Después de haberse secado las manos con el sudario que llevaba al cuello, se colocó en el mismo lecho que Scintila, mujer de Habinas, besándose ambas. -¡Cuánto me alegro, le dijo, de verte!- En seguida llegaron a un grado tal de intimidad, que Fortunata, desciñéndose los ricos brazaletes que adornaban sus rollizos brazos, ofreciolos a la admiración de Scintila, luego quitose también las ligas y hasta la redecilla con que sujetaba sus cabellos, y que aseguró era tejida de hilos del oro más puro. Trimalcio, entonces, hizo traer todas las joyas de su mujer. -¡Ved, dijo, lo que cuesta una mujer! ¡Así, necios, nos despojarnos por ellas! Esos brazaletes deben pesar seis libras y media, yo tengo para mí uno de diez libras, que he hecho hacer con los milésimos destinados a Mercurio-. Y para mostrarnos que no exageraba hizo traer una balanza, y todos los comensales fuimos obligados a verificar el peso de cada brazalete, Scintila, no menos vanidosa, descolgó de su cuello un gran medallón de oro puro, y al cual llamaba Felicio, del cual sacó dos preciosos pendientes, que hizo, a su vez, admirar de Fortunata. -Gracias a la magnificencia de mi marido, dijo, no hay quien los tenga mejores. -¿Qué?, dijo Habinas. ¿No te has arruinado comprando esas chucherías de vidrio? En verdad, si tuviera una hija la haría cortar las orejas. Si no hubiera mujeres en el mundo, despreciaríamos esos vidrios como la basura, hoy nos gastamos el oro en comprarlas-. A este punto, las dos amigas, ya aturdidas, por el vino, reían como locas y acabaron por echarse, ebrias de placer, una en brazos de otra, Scintila elogiaba los cuidados diligentes de Fortunata por el gobierno de la casa, Fortunata, la felicidad de que gozaba Scintila con los buenos procederes de su esposo. Cuando estaban más estrechamente abrazadas, rostro con rostro, Habinas se levanta sin ruido y llegándose al lecho de ambas, coge por los pies a Fortunata y la vuelve boca arriba.-¡Ah, ah!, exclama, viendo abierta por delante la túnica de ambas mujeres, que nos mostraron un instante su desnudez. ¡Ah, ah!... -Fortunata se cubrió inmediatamente y, cubriéndose el rubor que encendió su rostro con el sudario, volvió a echarse en los brazos de Scintila, que la recibió con placer manifiesto.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra milésimos

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