¿Cómo se escribe hesclavizáis?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

A la palabra hesclavizáis le sobra una H

La palabra hesclavizáis no existe en Español

La palabra hesclavizáis contiene una hache que no le corresponde. La manera correcta de escribirla es ESCLAVIZÁIS

Es fácil caer en el error de omitir la letra h, ya que en la mayoría de los casos no se pronuncia, es decir, es muda. No obstante, aunque es poco frecuente, en algunos préstamos lingüísticos la h se pronuncia con un sonido similar al de la /j/, lo llamamos "h aspirada", por ejemplo en las palabras: hándicap, hámster, hachís... y también en los nombres propios como Hawái.

Puedes ver la definición de esclavizáis aquí

Ejemplos con la palabra Esclavizáis

A la sazón, acampados los Galos delante de la ciudad tirrena Clusio, le tenían puesto sitio, y los Clusinos, acogiéndose a los Romanos, les pidieron que por su gobierno se enviaran embajadores y cartas a los bárbaros. Enviáronse tres de la familia de los Fabios, varones muy recomendables y que servían los principales cargos en la ciudad. Recibiéronlos los Galos con mucha humanidad por la nombradía de Roma, y suspendiendo el batir los muros, les dieron audiencia. Preguntándoles, pues, los embajadores qué mal les habían hecho los Clusinos para venir así contra ellos, echándose a reirel rey, que se llamaba Breno: “Nos injuriandijo- los Clusinos, cuando es muy poco el terreno que pueden cultivar, con desear poseerlo en gran extensión, y no cedérnoslo a nosotros, que somos forasteros, muchos en número, y lo habemos menester. De este mismo modo ¡oh Romanos! os injuriaron a vosotros en tiempos pasados los Albanos, Fidenates, Ardeates y, ahora últimamente, los Veyentes y Capenates, y muchos de los Faliscos y los Volscos, contra los que movéis vuestras armas, y si no os ceden parte de sus bienes, los esclavizáis, los saqueáis y derribáis sus ciudades, en lo que no hacéis nada que sea reprobable o injusto, sino que seguís en ello la más antigua de las leyes, que da a los más poderosos los bienes de los más débiles, empezando por el mismo Dios y finalizando en las fieras, pues aun entre éstas es impulso de la naturaleza que las de más fuerza hagan ceder a las más débiles. Dejáos, pues, de compadecer en su cerco a los Clusinos,- no enseñéis a los Galos a hacerse humanos y compasivos en favor de aquellos a quienes injurian los Romanos”. Conocieron por este razonamiento los Romanos que Breno no era hombre a quien pudiera reducirse, e introduciéndose en Clusio, animaron e incitaron a aquellos ciudadanos a que saliesen con ellos contra los bárbaros, bien quisiesen enterarse del valor y pujanza de estos o bien hacer muestra de la suya. Verificada la salida de los Clusinos y trabada batalla al pie de los muros, uno de los Fabios, Quinto Ambusto, que tenía caballo, salió al encuentro de un galo robusto y arrogante que se había adelantado mucho a los demás, sin ser aquel conocido al principio porque la audiencia había sido breve, y las armas muy brillantes que llevaba no dejaban que se le viese el rostro. Mas después que quedó vencedor, al ir a despojar al Galo, reconociéndole Breno, puso por testigos a los Dioses de que, contra lo que es reconocido por santo y justo entre todos los hombres, había venido de embajador y tomaba parte en la guerra, por tanto, haciendo cesar al punto el combate, no hizo ya cuenta de los Clusinos, y movió el ejército contra Roma. Mas con todo, no queriendo que se hiciese juicio de que se holgaban con aquella injusticia, y que no deseaban más que un pretexto, envió a pedir que se le entregara aquel Romano, para tomar en él satisfacción, y entretanto marchaba lentamente.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra esclavizáis

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