¿Cómo se escribe helogiará?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

A la palabra helogiará le sobra una H

La palabra helogiará no existe en Español

La palabra helogiará contiene una hache que no le corresponde. La manera correcta de escribirla es ELOGIARÁ

Es fácil caer en el error de omitir la letra h, ya que en la mayoría de los casos no se pronuncia, es decir, es muda. No obstante, aunque es poco frecuente, en algunos préstamos lingüísticos la h se pronuncia con un sonido similar al de la /j/, lo llamamos "h aspirada", por ejemplo en las palabras: hándicap, hámster, hachís... y también en los nombres propios como Hawái.

Puedes ver la definición de elogiará aquí

Ejemplos con la palabra Elogiará

«Lucio Vario, ¿por qué trabajas en vano? Trabajas para la muerte, trabajas para el olvido. Deja el arte, deja la vida, muere. Oye tu destino, el de tu alma, el de tus versos... Serás olvidado, se perderán tus libros. Tu suerte será la de tantos otros genios sublimes de esto que llamará pronto la antigüedad, el mundo. Dentro de poco un sabio pedante pretenderá saber todo lo que supo y pensó y soñó la antigüedad clásica. Llamarán lo clásico a lo escogido por la suerte para salvarlo del naufragio universal... por algún tiempo. Tú no serás grande para la posteridad porque se perderán tus obras, los ratones, la humedad, la barbarie de los siglos, y otros cien elementos semejantes, serán tus críticos, tus Zoilos, acabarán contigo, y la pereza del mundo tendrá un gran pretexto para no admirarte: no conocerte. En vano hoy la fama lleva tu nombre a las nubes, en vano Virgilio te admira, y lo dice, su testimonio se atribuirá a la amistad y a la dulzura, en vano Horacio hablará de tu vuelo Aquilino en la región de la poesía épica, los pedantes del porvenir dirán que alabándote a ti alababan a Augusto, de quien fuiste el cantor cortesano, en vano vendrá dentro de poco un hombre severo, leal, noble, que se llamará Tácito, y elogiará tu famoso Thyestes, la posteridad no creerá en ti, no sabrá de ti. Perteneces al naufragio. Como tú, cientos y cientos de ingenios ilustres de esta tierra griega que buscas y de esa tierra itálica que dejas perecerán por el fuego, por la dispersión, por el polvo, por la sangre, por la barbarie y la ruina... y por la descomposición de la materia... Llegarán tiempos de escasez para el papiro egipcio, las membranas serán caras, faltará superficie duradera en que escribir, y sobre las mismas páginas que contengan las lecciones de vuestra sabiduría, vuestros ideales, vuestros sueños, vendrán otros hombres a escribir otra ciencia y otros errores, otros sueños, otras supersticiones, otras esperanzas, otros lamentos. Con la tragedia de Thyestes naufragarán las tragedias de los trescientos cincuenta trágicos griegos, y la humanidad dirá que sólo hubo tres grandes trágicos en Grecia, los que se salvaron, pero aun de estos perecerá casi todo. De los seiscientos historiadores helénicos, quedarán bien pocos. Y en tu tierra la misma suerte. Contigo perecerán Galo, Polion, Calvo y los venerables antecesores Ennio, Mevio, y Cinna, y Varrón de Narbona... y todo el coro de la tragedia latina... Todavía ayer en Roma contemplabas el Tabulario con envidia... ¡Los archivos! ¡Ellos perecerán! Serán polvo, después del aire, nada. Visitaste el Vicus sandalarius, refugio de libros nuevos y viejos... el Vicus y los libros serán ruina, polvo, viento. En vano habrá sido el afán de Pomponio Ático por acaparar copias y ediciones... En vano crecerá este prurito de almacenar volúmenes, Sanmónico Sereno, ¡cuán ufano se mostrará con su biblioteca de sesenta y dos mil tomos! Roma llegará a tener veintinueve bibliotecas públicas... Un poco de polvo del desierto que se detiene un punto a engañar a la vanidad y a la curiosidad humana en forma caprichosa, seguirá soplando el viento del olvido, y el polvo volverá a cruzar el desierto... Vario, adelántate a la muerte, sé tú el olvido. No escribas, muere».
Ver ejemplos de oraciones con la palabra elogiará

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