¿Cómo se escribe decimazéptima?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

La palabra decimazéptima se escribe con S

La manera correcta de escribirla es DECIMASÉPTIMA. Puedes ver la definición de decimaséptima aquí

En algunas partes de España y de América se produce el fenómeno del seseo que consiste en pronunciar con el mismo fonema /s/ la letra z y la letra c delante de las vocales "e,i". En estos lugares es fácil que se produzcan equivocaciones y es necesario recurrir al diccionario para solucionarlas.

Hay palabras que pueden escribirse tanto con "s" como con "c o z" sin cambio de significado, las más representativas son: bisnieto/biznieto, bizcocho/biscocho, mezcolanza/mescolanza, pretencioso/pretencioso, verduzco/verdusco

Ejemplos con la palabra Decimaséptima

Habiendo dado al pueblo este justo placer el nuevo César, jamás por sí mismo se acordó de vengar sus ofensas particulares, y mostrándose afable y benigno a todos, al principio no rehusó el que en los teatros le apellidaran Nerón, y habiendo algunos colocado en sitios públicos estatuas de Nerón, no lo prohibió o se opuso a ello, y aun refiere Cluvio Rufo que a España se enviaron despachos de los que se dan a los correos, en los que el sobrenombre de Nerón estaba añadido al de Otón. Mas como llegase a entender que los hombres de juicio y de opinión se disgustaban de ello, lo dejó enteramente. Con ser ésta la ordenación que se propuso de gobierno, los pretorianos se le hacían molestos, previniéndole continuamente que no se fiase, que se guardase y apartase de sí a los hombres de cierto crédito, bien fuera, porque al efecto les hiciese temer, o bien porque se valiesen de este pretexto para alborotar y mover disensión. En ocasión, pues, en que enviaba a Crispino a traer de Ostia la cohorte decimaséptima, como Crispino tomase sus disposiciones todavía de noche y pusiese las armas en unos carros, los más osados empezaron a gritar que Crispino no tenía sana intención, y que, maquinando el Senado novedades, aquellas armas se llevaban contra el César, no en su favor. Corrió esta voz, y, sirviendo de incentivo, unos se arrojaron sobre los carros y otros dieron muerte a dos centuriones que quisieron contenerlos y al mismo Crispino. Todos ellos se armaron, y excitándose unos a otros a ir en socorro del César, entraron en Roma, e informados de que tenía a cenar a ochenta del Senado, corrieron al palacio, diciendo que aquel era el momento oportuno de acabar con todos los enemigos del César. La ciudad, como si fuese en aquel punto a ser saqueada, se conmovió toda, y en el palacio mismo todo se volvía confusión y carreras, viéndose Otón en la mayor perplejidad, porque mientras temía por los senadores, él mismo les era temible y los veía que tenían en él fijos los ojos, estando inmóviles y sobrecogidos de temor, algunos de ellos habían llevado sus mujeres consigo. Envió, pues, a los prefectos quien les diera la orden de que hablaran a los soldados y los sosegaran, y al mismo tiempo, haciendo levantar de la mesa a los convidados, los despidió por otra puerta, siendo muy poco lo que con la fuga se anticiparon a los pretorianos, que penetraron ya en el cenador preguntando qué se habían hecho los enemigos del César. Entonces, puesto de pie delante de su escaño, les habló largamente para tranquilizarlos, y a fuerza de ruegos y aun de lágrimas consiguió, por fin, aunque no sin dificultad, que se retirasen. Hízoles al día siguiente el donativo de mil doscientas cincuenta dracmas por plaza, y entrando en el campamento se manifestó complacido del amor y buena voluntad que, en general, le tenían, y diciendo que sólo se ocultaban allí unos pocos malintencionados que desacreditaban su moderación y la buena disposición de los demás, les rogaba que lo sintieran con él y le ayudaran a castigarlos. Aplaudiendo todos e inflamándole se prendió sólo a dos, cuyo castigo no había de ser sentido de nadie, y con él se dio por satisfecho.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra decimaséptima

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