¿Cómo se escribe carteálamos?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

La palabra carteálamos se escribe con R

La manera correcta de escribirla es CARTEÁRAMOS. Puedes ver la definición de carteáramos aquí

Las posibles dudas a la hora de escribir una R o una L, vienen dadas porque tanto la letra erre como la letra ele son líquidas, esto es, no hay oclusión del aire, sino que se articulan con el tracto abierto y los posibles obstáculos no impiden la salida del aire.

En algunas regiones hispanohablantes, ambos fonemas se pronuncian de la misma manera, a este echo se le conoce como lambdacismo y normalmente se da en las erres al final de palabra, de esta manera palabras como amor se pronuncian como amol, o dolor como dolol.

Ejemplos con la palabra Carteáramos

-Desde que sé leer y escribir, tengo yo sospechas de que papá y mi tía Lucrecia quieren que sirvan ''para algo'' las cartas y los retratos que nos mandamos tan a menudo Nachito y yo. Chiquitín era él, y ya me requebraba. Se lo reprendí muchas veces, no precisamente porque me requebraba, sino por el modo de requebrarme. ¡Me decía unas cosas tan pegajosas! Figúrate que hasta me llamaba ''huerita'', porque soy rubia. Él tomaba las reprensiones a broma, y apretaba el requiebro, y papá, que entonces leía las cartas, las que iban y las que venían, celebraba mucho estas peleas y me aseguraba que, con el tiempo, irían teniendo más substancia los donaires de mi primo, y que entonces ya me gustarían. Por de pronto me ponía en las nubes su hermosura, y me leía las cartas en que su madre le ponía sobre el sol, por el cuerpo y por el alma. No tenía pero ni por dentro ni por fuera. A mí lo mismo me daba. Crecimos los dos: él entró en la Universidad y yo en el colegio. Como pollo guapo, lo era de verdad entonces, y por lo que toca al estilo, algo se había corregido en lo meloso, pero todavía se pegaba. En el colegio hay que entregar y que recibir abiertas las cartas, para que se entere de su contenido la Madre que entiende en esas cosas. Pues a mí me las recibían y me las entregaban cerradas, por encargo terminante de papá: con esto, y con haberme advertido él que no interrumpiera mi correspondencia con Nachito a pesar de mis ocupaciones de colegiala, me afirmé más en creer que algo se andaba buscando en el empeño de que nos carteáramos a menudo y en secreto el mejicanito y yo. El tal mejicanito, según iba creciendo y estudiando, iba ahondando, aunque no mucho, en los asuntos de sus cartas, pero a mí me seguía sonando todo ello a música de gomoso, y por ese lado me despachaba con él. Así llegamos los dos, Nacho al fin de su carrera y yo a salir del colegio, sin haberme dicho él nunca cosa alguna en serio y formalmente, y sin echarla yo de menos ni extrañarme de que no me la dijera. Que continúa siendo guapo y hombre de bien y es muy rico, y va a venir a España para vivir con nosotros y conocer a su familia... no me pesa nada de ello. Que viene con intenciones declaradas de que resulte lo que yo sospecho que se han propuesto sus padres y el mío... eso será lo que sea y según yo esté de humor, y me llene él o no me llene. Que, estando así las cosas, le desfiguran las viruelas, o resuelve no venir ni acordarse más del santo de mi nombre... pues tal día hará un año. Sentiré lo de las viruelas, como se siente una desgracia en un amigo que es pariente además, pero en cuanto a lo otro, una agradable curiosidad de menos, y santas pascuas.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra carteáramos

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