¿Cómo se escribe avergonzáiz?

En español diversas letras comparten el mismo sonido, esto da lugar a infinidad de dudas ortográficas, en muchos casos estas dudas se pueden resolver aplicando las reglas generales de ortografía. Por esa razón, si dudas de cómo se escribe una palabra, introdúcela en nuestro corrector y te la corregimos mostrándote la regla que deberás aplicar para poderla escribir correctamente.

    Los errores ortográficos más comunes son:

  • Errores de acentuación de las palabras, sobre todo en caso de que la sílaba tónica forme parte de un hiato o un diptongo.
  • Empleo de las letras j y g porque dependiendo de la palabra la letra g ha de pronunciarse con el fonema /j/.
  • Empleo de las letras c,z y el dígrafo "qu" para los fonemas /z/ /k/ y /s/, el fenómeno del seseo y del ceceo.
  • Empleo de la letra h que al ser muda, es decir, no tiene un sonido asociado, da lugar a errores.
  • Empleo de r o rr. Ya que en ocasiones la letra r se corresponde al fonema que el dígrafo rr.
  • Empleo de las letras y, ll para los fonemas /y/ y /ll/ y el fenómeno del yeísmo.
  • Empleo de las letras b,v dos letras distintas que comparten el mismo fonema /b/.
  • Empleo de la letra x para representar el fonema /s/ o /k+s/.

La palabra avergonzáiz se escribe con S

La manera correcta de escribirla es AVERGONZÁIS. Puedes ver la definición de avergonzáis aquí

En algunas partes de España y de América se produce el fenómeno del seseo que consiste en pronunciar con el mismo fonema /s/ la letra z y la letra c delante de las vocales "e,i". En estos lugares es fácil que se produzcan equivocaciones y es necesario recurrir al diccionario para solucionarlas.

Hay palabras que pueden escribirse tanto con "s" como con "c o z" sin cambio de significado, las más representativas son: bisnieto/biznieto, bizcocho/biscocho, mezcolanza/mescolanza, pretencioso/pretencioso, verduzco/verdusco

Ejemplos con la palabra Avergonzáis

En el decir era resuelto y sabía dejar parados a los que le contradecían, así, a los de Argos, que disputaban sobre el amojonamiento de su territorio y parecían tener razones más justas que los Lacedemonios, enseñándoles la espada: “El que manda con ésta- les respondió- es el que alega mejor derecho sobre los mojones de su término”. En cierta ocasión, uno de Mégara le habló con mucho desenfado, y él le contestó: “¡Oh huésped! Tus palabras han menester ciudad”. Los Beocios no eran seguros en ninguno de los dos partidos, y les preguntó cómo pasaría por sus términos, si con las lanzas derechas o inclinadas. Rebeláronse los Corintios, y al acercarse a sus murallas vio que los Lacedemonios se detenían en acometer, y al mismo tiempo advirtió que una liebre pasaba el foso, díjoles, pues: “¿No os avergonzáis de temer a unos enemigos en cuyos muros, por su flojedad, hacen cama las liebres?” Murió el rey Agis, dejando a su hermano Agesilao, y a Leotíquidas, que pasaba por hijo suyo, y Lisandro, que había sido amador de Agesilao, le incitó a que se apoderara del reino, por ser Heraclida legítimo, pues de Leotíquidas había la sospecha de que era hijo de Alcibíades, con quien en secreto había tenido trato Timea, mujer de Agis, mientras aquel residió en Esparta en calidad de desterrado, y Agis, según se decía, había echado la cuenta de que no podía haber concebido de él, por lo que no hacía caso de Leotíquidas, y era público que nunca lo había reconocido. Con todo, cuando le trajeron enfermo a Herea, condescendiendo con las súplicas del mismo joven y las de sus amigos, declaró delante de muchos a Leotíquidas por su hijo, y rogando a los que se hallaban presentes que así lo manifestaran a los Lacedemonios, falleció. Depusieron, pues, éstos en favor de Leotíquidas, y además a Agesilao, varón de excelentes calidades que tenía el patrocinio de Lisandro, le perjudicaba el que Diopites, sujeto de grande opi- nión en la interpretación de oráculos, acomodaba el siguiente vaticinio a la cojera de Agesilao: Por más ¡oh Esparta! que andes orgullosa y sana de tus pies, yo te prevengo que de un reinado cojo te precavas, pues te vendrán inesperados males, y de devastadora y larga guerra serás con fuertes olas combatida. Eran muchos los que opinaban por el vaticinio y se declaraban por Leotíquidas, pero Lisandro dijo que Diopites no lo había entendido bien, pues el dios no se oponía a que un cojo mandara en Esparta, sino que manifestaba que entonces estaría cojo el reino cuando los bastardos y mal nacidos reinasen sobre los Heraclidas con la cual interpretación y su gran poder ganó la causa. y fue declarado rey Agesilao.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra avergonzáis

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